Manejo de Mildiu
La detección temprana requiere de métodos de laboratorio especializados, ya que los síntomas no suelen detectarse al inicio de la temporada. Se recomienda realizar la detección antes o durante los 10 primeros días después de la defoliación para establecer un programa de manejo efectivo.
• Obtenga la planta de un vivero confiable que maneje protocolos de sanidad, en el establecimiento de plantaciones nuevas.
• Envíe a analizar la planta que está adquiriendo, por medio de métodos moleculares (PCR).
• Una vez establecida la plantación, aplique un programa de manejo a partir de los primeros días después de la defoliación, especialmente en temporada de lluvias. No base sus decisiones en la ausencia de síntomas en hojas.
• Considere las condiciones ambientales favorables al desarrollo de la enfermedad, así como una estrategia preventiva. Una vez establecido el patógeno será más difícil su control.
• Exija a su asesor técnico un uso razonado de las herramientas de manejo fitosanitario basado en el conocimiento del patógeno, medio ambiente, modo de acción y riesgo de resistencia del patógeno a los fungicidas, de tal manera que se le brinde un servicio basado en el menor costo económico y ambiental, y eficacia. De no hacerlo, va a incurrir en costos excesivos, baja eficacia, mayor impacto ambiental y residuos de agroquímicos en sus cosechas.
• En productos con poco soporte de investigación, solicite mayor información de su eficacia en el problema a atacar o prevenir, de preferencia con estudios realizados por instituciones independientes.
Manejo de Moho gris
El manejo de B. cinerea requiere enfoque integral, teniendo en cuenta lo siguiente:
• Evite la acumulación de residuo de cosecha en el interior y las orillas de las parcelas, pues representan una fuente de infección para el cultivo, especialmente si está en la etapa de floración.
• Inicie un programa de manejo de la enfermedad cuando se tenga del 10 al 20% de floración. No espere a observar síntomas en frutos, ya que esta etapa es generalmente tardía o resultará más caro el control de la enfermedad.
• Dos o tres aplicaciones de fungicidas (fludioxonil+ciprodinil, iprodiona, fenhexamida o pyraclostrobin+boscalid) en precosecha, son suficientes para manejar la enfermedad en poscosecha. Estas aplicaciones pueden ser complementadas con aplicaciones de captan o con el uso de fungicidas biológicos o biorracionales.
• Otra opción es iniciar el programa con aplicaciones de captan en floración y continuar con aplicaciones de los fungicidas mencionados anteriormente, iniciando cuando el fruto empieza a tornarse rojo.
• Si produce zarzamora orgánica o sin residuo, los mejores resultados se han obtenido con aplicación de productos a base de Bt (Bacillus subtilis), pero en este caso debe incrementar el número de aplicaciones, de 5 a 6 a partir de la floración hasta la cosecha. Los extractos de semilla de cítricos y los peróxidos de hidrógeno han mostrado resultados inconsistentes y requieren de mayor investigación.
• Es posible elaborar programas de manejo de la enfermedad con las herramientas existentes en el mercado, ya sean biológicas, químicas o biorracionales, pero siempre solicite información científica que respalde dichos productos y de preferencia, con experimentos realizados por una institución independiente.
Fuente: Extracto del documento “Manejo del Mildiu y el Moho gris de la zarzamora en Michoacán,” por Angel Rebollar Alviter, publicado en su totalidad por la Universidad Autónoma Chapingo en mayo de 2011. Para más información escriban al autor a rebollaralviter@gmail.com