Hay dos conceptos para tener en cuenta antes de comprender exactamente por qué esta innovación lleva tanta importancia. El primero sería el material biológico carbonizado, lo que se conoce como “biochar”, el cual básicamente es carbón vegetal que se deriva del llamado desperdicio ‘verde,’ los desechos de la planta que se pueden reciclar. El carbón vegetal se crea a través del calor en un ambiente sin oxígeno; lo que a menudo se ocurre a través de entierro. El “biochar” en esta investigación viene de los desperdicios de las plantas de tomate (racimos, raíces, hojas).
El otro concepto clave es el sustrato. En un sistema hidropónico, cuando se siembra una planta en lo que básicamente es el equivalente de contar con un flujo de agua en el que se disuelven los nutrientes, el sustrato es una parte porosa para el soporte de anclaje. Es común que el sustrato sea una roca ligera. Aserrín es buen ejemplo, así como se ha popularizado como sustrato.
En este sentido, este experimento es exitoso y emotivo. Aprobaron que el biochar es tan factible como el aserrín en producir tomates. Los autores de la investigación pronostican que, por hectárea el biochar de los cultivos podría producir entre 13 y 50% del sustrato que se necesita para el cultivo. Y esto será buenas noticias para cualquier productor que le importa sus costos de energía y desperdicio.
Resumen del estudio
Se recomienda que productores de tomate en invernadero reduzcan su huella medioambiental. Aquí se propone evaluar la factibilidad del biochar producido por plantas de tomate y sus desperdicios verdes como un sustrato para la producción hidroponía sin suelo. Se caracterizan y se producen los sustratos que tienen otras combinaciones de biochar y pino. Se estudia el efecto de dichos en el crecimiento del tomate, rendimiento, y calidad de frutos. Se mide las propiedades de los sustratos hechos de biochar y concluye que la mayoría eran factibles como sustrato válido sin suelo.
La conductividad eléctrica de los sustratos hechos de biochar al inicio estaba alta, pero se redujo fácilmente a <0.5 mSxcm-1 a través de lavar con agua antes de usar. El nivel de pH de sustratos de biochar estaba más alto de lo que se considera aceptable para la producción de tomate (7.5-9.3) pero no afectó el crecimiento de la planta ni el rendimiento ni calidad de los frutos frente a las plantas que se cultivan en aserrín de pino. Los resultados apoyan el concepto de crease un sistema cerrado en que el biochar se usa como sustrato en producción hidropónica de tomate, proveyendo una manera sustentable para promover el crecimiento de cultivos de alto valor.
Fuentes: Extracto de artículo publicado por Modern Farmer, escrito por Dan Nosowitz, y la revista científica HortScience, “Closing the Loop: Use of Biochar Produced from Tomato Crop Green Waste.”