Precauciones al realizar sus propias mezclas para tomate de invernadero

Para la mayoría de los productores de hortalizas, el uso de un fertilizante premezclado comercializado por una compañía con buena reputación es la mejor decisión. De esa manera saben que esa mezcla es confiable y no se arriesgan a cometer errores al pesar ellos mismos los ingredientes.

Esto ocurre en especial con los productores nuevos que carecen de la experiencia o de la habilidad para mezclar cuidadosamente los distintos elementos de fertilización para obtener la mezcla perfecta. Por tal motivo y para no errar, es preferible comprar una mezcla comercial preparada especialmente para tomates de invernadero hidropónicos.

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Lo que si recomiendo es que no compren un fertilizante de propósito general 20-20-20 para tomates. Aunque esos fertilizantes sirven para plantas de propagación y para muchas ornamentales, este grado de fertilizante no es adecuado para tomates. Si desean mezclar sus propios fertilizantes, hay muchos factores que deben tener en cuenta para evitar desastres. Uno de esos factores es el límite de solubilidad.

Límite de solubilidad
Dicho de manera sencilla, existen límites en cuanto a la cantidad de fertilizante que se puede disolver en el agua — los llamados Límites de Solubilidad. Es importante disolver por completo el fertilizante en el agua, ya que de otra forma, se sedimentará en el tanque de mezcla y las plantas no obtendrán la dosis completa de elementos fertilizantes.

En el cuadro adjunto se muestran los límites de solubilidad de algunos fertilizantes comunmente utilizados en invernadero. Las cifras se expresan en en kilogramos de fertilizante por 100 litros de agua fría.

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Si añaden más de esa cantidad de fertilizante a ese volumen de agua fría, parte del fertilizante no se disolverá y se sedimentará en el fondo del tanque donde no podrá ser aprovechado. Si encuentran difícil disolver por completo todo el fertilizante, hay un par de “trucos” para realizar el trabajo. Por ejemplo, la solución puede ser mezclada con una mezcladora mecánica (o manual para operaciones a pequeña escala); también se puede utilizar una bomba circulante para recircular la solución hasta que se disuelva; o se puede utilizar agua caliente (82°C) para integrar el fertilizante a la solución.

Cómo mezclar sus propios fertilizantes

En el cuadro hay varios aspectos que debemos considerar. En primer lugar, el cuadro muestra la mayoría de los ingredientes que se pueden utilizar para mezclar sus propios fertilizantes; sin embargo, no se deben utilizar todos los ingredientes al mismo tiempo. La lista incluye varias fuentes posibles de nitrógeno, potasio y otros elementos.

Es necesario calcular las partes por millón (ppm) de cada fertilizante para que el total de cada elemento vaya de acuerdo con la cantidad que desean aplicar.

El sulfato de magnesio es igual que la sal de Epsom. Es el nombre químico para la molécula, mientras que “sal de Epsom” es el nombre utilizado comúnmente.
Aun cuando estos fertilizantes se disuelven bastante bien en agua fría, hay algunos que son menos solubles. Es preciso prestar atención especial a este tipo de fertilizantes. El sulfato de potasio (o sulfato potásico) es un buen ejemplo. Aunque es una buena fuente de potasio, no es posible disolver más de 10 kilos en 100 litros de agua fría; lo cual es equivalente a sólo 100 gramos por litro.

Siempre y cuando no se exceda esta cantidad, o se utilice alguno de los métodos mencionados para disolver los fertilizantes (mezclarlos con agua caliente), no habrá ningún problema.

En cuanto a los micronutrientes, no hay cabida para el error. Por ejemplo, el boro (B) se mezcla para obtener 1 ppm, lo cual es una cantidad mínima.  Cometer un error de medición en este caso, incluso de décimas, puede ser tóxico para sus plantas.

Recuerden — en caso de duda — es preferible seguir cultivando tomates de invernadero con un fertilizante comercial premezclado.