La sensibilización del campo

La sensibilización del campo

La sensibilización e involucración de personas de manera eficaz son una de las principales dificultades ante las iniciativas que trabajan en torno a la sustentabilidad. El concepto de sensibilizar permite lograr una reflexión humana para asumir un cambio en la actitud ante eventos nuevos, internos y/o externos que se encuentren ocurriendo en el entorno para, de este modo, responsabilizarse de los actos que logren consolidarse dentro y fuera de la empresa u organización.

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Es de vital importancia adaptar la estrategia, el discurso y el enfoque con base en el principio del ser humano. Se debe poder gozar de la opcionalidad al momento de promover el paso a la acción mediante la concienciación y la sensibilización respecto a diversas problemáticas a las que nos enfrentamos.

Carlos Cueto, director de Agrícola Cueto, comenta: “en la agricultura todos los días lo vemos, nunca se te olvida: si regaste bien la planta, crece; si la cuidaste de las plagas, se mantiene saludable; todos los días reflexionamos esa lección. Lo mismo se ve con la gente, con el mercado, con los clientes, porque finalmente producimos alimentos, como dice nuestra visión: ‘[…] agregar valor a clientes, proveedores, trabajadores, accionistas y sociedad’.”

Dentro de la misión de su empresa, indica la capacidad de “garantizar las necesidades del mercado nacional e internacional, manteniendo el respeto al ambiente, y los requerimientos de nuestros compañeros e intermediarios”. Cueto comenta que si cuidamos y tenemos claro esta parte, tendremos un proyecto sustentable que siempre va a prevalecer: “Es una lección de vida de todos los días, si cuidamos cada sistema (gente, proceso, la propia naturaleza) todo prevalece.” Nos comenta que “la agricultura es un arte, y la parte fina es la parte humana, la que nos hace diferente a todo. Tenemos que buscar dignificar la actividad: si la gente no comprende que producimos alimentos para estar sanos, para alimentarnos, puede llegar a desaparecer.”

La sensibilización es una idea con tiempo de uso, pero bajo un velo de nuevo concepto en la interacción mundial. Dalia Virgilí Pinto, en su investigación Reflexiones teórico-metodológicas sobre sensibilización y capacitación en género (2014), presenta algunas bases dentro del mundo de esta acción: “el principio metodológico para lograr la sensibilización es el ejercicio de procesos de reflexión y autorreflexión que favorezcan la toma de conciencia.”

Es con base a esto que llegamos al planteamiento de cómo logramos un equilibrio, para lo cual, en el mundo del campo, Carlos expone que el equilibrio se logra con la distribución de la riqueza, “el agricultor debe generar riqueza y repartir riqueza”. Esto se genera con transparencia, nos dice, de lo que resume con la expresión de la tradición cultural: “lo que siembras es lo que cosechas”. Asimismo, la parte que nos diferencia es la naturaleza humana, todo lo que se hace es por una entrega completa a la tierra, a la gente, continúa expresando el director.

El tema de la sensibilización encuentra una mancuerna con la cultura organizacional, en lo cual Katherin Stefanie Londoño Vargas, de la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá, Colombia, comenta en su investigación Estrategias de sensibilización que promueva una cultura organizacional de calidad que: “La cultura organizacional es un factor determinante en el proceso de implementación y operación exitosa de los sistemas de gestión de calidad […] se plantea una nueva propuesta para gestionar el cambio en la cultura de las organizaciones, donde lo primordial sea el ser humano, su desarrollo, y la mejora continua y satisfacción de los clientes”.

El desarrollo de la sensibilidad se ha utilizado para la capacitación de gerentes, preparación de equipos, para datos de investigación sobre la organización, sus procedimientos, tomas de decisiones, comunicaciones y operaciones. A su vez, se utiliza para la solución de problemas y cambios organizacionales, manejo de conflictos, entrenamiento en equipo y para todo personal de nivel superior.

En una comparación con lo anterior, Carlos Cueto menciona que encontramos inversionistas o capitalistas que ingresan al sector sin sensibilidad, produciendo una deshumanización, “la gente se transforma en números”. Tiene el recuerdo de, en un foro reciente, recibir el dato que el 1% de la población concentra la mayor parte de la riqueza, “la mayor parte de los mercados se dedican a subsistir” comenta.Y es a partir de este dato que Cueto ve a la agricultura como un modelo de desarrollo sustentable de largo plazo que puede generar riqueza, bienestar, arraigo, tradición y cultura: “le faltan valores a la actividad económica (…), lo vemos como generación de riqueza sin pensar en todas las partes”.

Ante lo anterior, expresa sobre el equilibrio que debe existir entre la agricultura y la influencia del consumidor, en donde si al consumidor se le proporciona información respecto a estos desequilibrios se puede cambiar la perspectiva de consumo: “lo importante es crear una diferencia de la subsistencia hacia una industria con desarrollo, valorización, hacia dignificar lo que es un alimento, hacia la salud”.

Existe el tema político y el modelo económico que define Carlos como “depredadores” ante los recursos más valiosos de la naturaleza. Se debe sensibilizar el gran valor que tiene la agricultura frente al modelo de la autosuficiencia agroalimentaria, siendo éste un concepto equivocado. El objetivo no es únicamente el de proveer alimento suficiente para la población (y de esto radica la diferencia ante una agricultura de alto valor), el objetivo de la agricultura es generar riqueza para todos los que intervienen en la cadena productiva.

La sustentabilidad representa un equilibrio de las palabras productividad, competitividad, rentabilidad y equidad. No se debe ver únicamente la sustentabilidad ecológica, sino también la social y de mercados. Incluso para el sector agroalimentario debemos agregar calidad y responsabilidad.

En conclusión del CEO de Cueto Produce, dice que “nos toca estar en un sector de lo mejor que existe”, el cual cosecha salud, equilibrado hacia el sentido humanista, con un valor hacia la persona. “En la agricultura es palpable de forma inmediata la lección de todos los días; lo que hagas con tu cliente, tu trabajador, con el agua, el clima, el suelo, se representa en el patrimonio de la humanidad. Esto es la parte final que tiene la agricultura”.