Seminario virtual presenta dilemas alimentarios y cómo enfrentarlos con un cambio de paradigma

La tercera parte de la serie actual de seminarios virtuales impartidos por el Dr. Luis Alberto Lightbourn Rojas tomó lugar el mes pasado. Titulado “La huella ecológica de la agricultura convencional,” este webinar forma parte de la serie CultiValor y se realiza a través de la cooperación con el renombrado instituto Intagri y la revista Productores de Hortalizas.

La presentación del Dr. Lightbourn, fundador y presidente de Bioteksa y del Instituto Lightbourn, está entre una gran gama de oportunidades de capacitación disponibles en línea que ofrece Intagri.

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En esta disertación más reciente, el Dr. Lightbourn siguió destacando los retos más urgentes que se están manifestando en todas partes del mundo. Basado en esta perspectiva macro, él demostró la gran importancia de unificar los esfuerzos para combatir el cambio climático con la optimización de la producción agroecológica. Entre estos retos se notan algunos factores fundamentales como el manejo del agua, la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, y garantizar la inocuidad. Éstos se sitúan entre los dilemas medioambientales, y cuando se contempla las complicaciones que los productores hoy día se están enfrentando, como costos elevados de insumos y rendimientos disminuidos, la situación parece menos sustentable.

Como mencionó el doctor, es necesario que aceptemos la realidad del problema para revolucionar el paradigma de la nutrición vegetal. Ésto es lo que se logró profundizar en su presentación más actual.

Los dilemas de la producción convencional

Las consecuencias de la producción convencional y su fertilización subsecuente son varias, ya que cada vez se pone menos eficiente. El Dr. Lightbourn enfatizó los efectos adversos no solo en las bajadas en producción, sino también en los daños que presentan por el impacto ecológico.

Algunos de los resultados más graves son la eutrofización, lixiviación, euctesis (volatilización de gases), acidificación/alcalinización, y la acumulación de metales pesados.

Lamentablemente, este sistema puede provocar o empeorar el ciclo vicioso de baja eficiencia que Lightbourn había destacado en presentaciones anteriores.

Alcanzando el equilibrio

Debido a la contaminación de los suelos por los fertilizantes tradicionales, incluso los nitrogenados, se pierde la diversidad de la comunidad microbiana y se requiere dosis más y más altas con menos utilidad. Ejemplificando la problemática de la baja eficiencia es el caso del fósforo, en el cual tan solo 10-50% se asimila a la planta de la cantidad aplicada. Para superar estos retos substanciales, el experto y promotor de la bionanofemtotecnología comentó que será imprescindible adquirir un equilibrio en el cual se evite el uso excesivo de fertilizantes para recuperar el suelo y se priorice la tasa de eficiencia como una medida clave en la producción agroecológica.

Negociando el estrés hídrico

Más allá de la huella de carbono, este seminario también se dedicó a presentar la importancia de la huella del agua, cuya definición se considera como el global del “agua que se utiliza para producir nuestra comida, proceso industrial y generación de energía, así como la que ensuciamos y contaminamos a través de estos procesos.” Dado a que la agricultura es el sector que más impacta la huella de agua (responsable del 70% de la extracción de agua dulce en México), es y seguirá siendo el más responsable en apaciguar los problemas causados por el estrés hídrico. Para el doctor, el nivel de consumo del agua debe de ser valorizado igual como el rendimiento en cuanto a los factores que dictan la toma de decisión agronómica.

Notó que la huella de agua en la producción de tomate mexicano excede 2700 m3/tonelada, una tasa que está encima del promedio mundial de 1788 m3/t.
huella de agua
El Dr. Lightbourn detalló la imperativa para lograr una mejor productividad sin contaminaciones tantas orgánicas como inorgánicas. Dijo que es “una realidad que tenemos que enfrentar y adecuar nuestras técnicas de producción de una forma más sana.”

Para quebrar este ciclo vicioso y quitarnos de esta producción no sustentable, requiere de mucho trabajo y más investigación sobre cómo recuperar el suelo, eficientar el consumo de recursos naturales, y darle la prioridad merecida a los cultivos y técnicas de producción agroecológica que minimicen la huella de carbono y agua y optimicen los rendimientos. Este gran proyecto vanguardista es trabajo de todos, ya que la diseminación de esta realidad representa el primer paso en una nueva trayectoria hacia la nueva era de agricultura: una que cuida al medioambiente mientras alimenta a una población creciente.