Proteja al pepino orgánico en invernadero

Después de la sandía, calabaza y melón, el cultivo de pepino (Cucumis sativus L.) es la cucurbitácea más cultivada en México. En el año agrícola 2013 (PV + OI), se cosecharon 15,524.5 hectáreas obteniéndose una producción de 637,395 t, que equivale a un rendimiento de 41 t/ha y un valor de la producción de 3,364 millones de pesos.

A nivel mundial, China es el país con mayor producción de pepino. Los Países Bajos, seguida del Reino Unido, Islandia, Dinamarca y Suecia, son los países con mayores rendimientos por hectárea.

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pepino beauty shotUno de los problemas más graves a los que se enfrentan los productores de pepino durante el ciclo de producción son las enfermedades causadas por hongos, bacterias, nemátodos y virus. Estos patógenos causan considerables reducciones en el rendimiento, afectando la producción, productividad y rentabilidad del cultivo.

Principales enfermedades del pepino

Dependiendo de la etapa fenológica del cultivo (plántula, crecimiento vegetativo, floración y fructificación) y del sistema de producción (invernadero, casa sombra, acolchado y riego por goteo en campo abierto); existen diversas enfermedades que son causadas por hongos y que pueden dañar a las plantas de pepino.

Las principales enfermedades que afectan al cultivo de pepino son las siguientes:

a) Pudrición de raíz (Pythium spp y Rhizoctonia solani): Causan pudriciones radiculares en plantas jóvenes en sistemas de producción en campo abierto e invernadero.

b) Mildiu velloso (Podosphaera fusca y Pseudoperonospora cubensis): Estas enfermedades son de mayor importancia en la estación lluviosa. El síntoma característico es la aparición de un micelio de aspecto aterciopelado, color blanco-grisáceo entre las venas del envés de las hojas, que luego se convierte en manchas cloróticas de mayor tamaño y número. Las pérdidas causadas por esta enfermedad pueden oscilar entre el 30 y 80%.

c) Antracnosis (Colletotrichum spp.): El ataque de esta enfermedad afecta las hojas, tallos y frutos de pepino. El síntoma principal son manchas color café en las hojas. En los frutos se forman manchas redondas u ovaladas de color café-pardo, que se convierten en pústulas rojizas.

En sistemas de producción orgánica, el uso de fungicidas químicos para el manejo y control de enfermedades no está permitido. En consecuencia, los productores deben emplear alternativas sostenibles e insumos que permiten las normas que regulan la producción orgánica del pepino.

Métodos de control

Entre las estrategias e insumos que pueden utilizar los productores de pepino orgánico son las siguientes:

1. Uso de bacterias antagonistas: Pseudomonas fluorescens, Pseudomonas sp. y Bacillus subtilis. En ensayos realizados en cultivo de pepino se demostró que estas bacterias son antagonistas de hongos que causan pudriciones de raíz en plantas jóvenes, como es el caso de Pythium ultimum. Además, hay evidencia científica suficiente que demuestra que estas bacterias son, además, promotoras de crecimiento de plantas.

2. Uso de Bacillus subtilis, Pseudomonas fluorescens, Derxia gummosa y Trichoderma harzianum para el control de Podosphaera fusca y Pseudoperonospora cubensis, enfermedades que causan el mildiu velloso en plantas de pepino bajo condiciones de invernadero.

3. Cultivares resistentes a algunas enfermedades. Hay en la literatura científica artículos publicados que hacen referencia a genes de resistencia a algunas de las enfermedades de pepino.

4. Apropiado manejo agronómico del cultivo. Evitar excesos de humedad, adecuado manejo nutricional, asociación y rotación de cultivos, labores culturales, control de insectos vectores de enfermedades, apropiada fecha de siembra, solarización previa de la parcela de producción, conveniente contenido de materia orgánica, etc.

5. Caldo bordelés. Se puede preparar en la operación agrícola o comprar algún producto comercial. Se prepara con sulfato de cobre e hidróxido de calcio (cal apagada); también puede usarse el óxido de calcio (cal viva), en este caso se requiere un 30 a 70% menos producto en la fórmula (la cantidad exacta debe comprobarse con el pH).

6. Uso de sustancias naturales. Compuestos azufrados, cobre, bicarbonatos de sodio y potasio, sílice o silicato de potasio, aceites vegetales y minerales, extractos de plantas como neem (Azadirachta indica), ajo, (Allium sativum) y “cola de caballo” (Equisetum arvense), entre otros. Existen en el mercado nacional muchos productos disponibles de diversas marcas, formulaciones y preparados que incluyen algunos de estas sustancias.

7. Uso de desinfectantes. Existen en el mercado diversos productos desinfectantes y sanitizantes como el dióxido de cloro, el cual es un material sintético no encontrado en la naturaleza. Es un gas y/o líquido antimicrobiano y plaguicida utilizado para controlar microorganismos dañinos incluyendo bacterias, virus, y hongos en objetos inanimados y superficies, principalmente en interiores.

Se utiliza en los sistemas de limpieza de agua y desinfección en el suministro de agua potable del servicio público. También se emplea como un agente blanqueador en la fabricación de papel y textiles, como desinfectante de alimentos (frutas, hortalizas, carne y aves de corral), para la esterilización de equipos de procesamiento de alimentos y el tratamiento de los desechos médicos, entre otros usos.

Con respecto a la producción orgánica, el hipoclorito de calcio, el hipoclorito de sodio y el dióxido de cloro están aprobados actualmente para la desinfección y sanitización de instalaciones y equipos ganaderos y como alguicidas y desinfectantes, incluyendo la limpieza del sistema de riego en la producción de cultivos orgánicos.

Además, estos materiales son aprobados para la desinfección de superficies en contacto con alimentos en la producción de productos procesados etiquetados como “orgánico” o “hecho con orgánico.” Los niveles de cloro residual de todos estos usos aprobados no podrán superar el límite máximo de desinfectante residual bajo la Ley de Agua para consumo.

Conclusiones

Existen en el mercado nacional diversos insumos y se proponen también múltiples estrategias para el control de enfermedades en el cultivo de pepino orgánico. En los procesos de producción, la prevención juega un papel primordial en la sanidad del cultivo.

Estrategias como la asociación y rotación de cultivos, la solarización del suelo previa al establecimiento de las plantas en las parcelas de producción, tener y mantener un adecuado nivel de materia orgánica en el suelo, apropiado drenaje, etc. son algunas de las alternativas que nos permiten prevenir el ataque de enfermedades en los cultivos. En los últimos años, el uso de microorganismos benéficos que actúan como promotores de crecimiento de las plantas y como antagonistas contra enfermedades está teniendo mucho auge, ya que cada vez son más ampliamente usados por productores agrícolas, en sistemas de producción convencional y orgánica.

Existen en el mercado muchos bioplaguicidas con diversas formulaciones y combinaciones de hongos y baterias. Además, hay en la literatura evidencia científica que ha demostrado el poder de estos productos en el control de enfermedades en el cultivo de pepino.

Finalmente, podemos encontrar también algunos productos químicos que están aprobados por la normatividad para su uso en agricultura orgánica como desinfectantes de frutas y hortalizas, para el tratamiento de agua y para limpieza de maquinaria y equipos para el procesamiento y empaque.

En búsquedas realizadas en las principales revistas científicas relacionadas con la producción agrícola tanto nacionales como del extranjero, no se encontraron artículos científicos que documentaran el uso de estos desinfectantes en ensayos comparativos en campo o invernadero para el control de enfermedades del cultivo de pepino. Por lo tanto, su uso se restringe a lo señalado por las normas oficiales que regulan la producción de frutas y hortalizas orgánicas.