3 factores de gran impacto en los nuevos plásticos para invernadero

La horticultura protegida siempre ha estado en la vanguardia de la tecnificación del campo mexicano, y ahora se encuentra en otra fase en la cual se está avanzando y perfeccionando las condiciones climáticas dentro del invernadero a través un manejo preciso tecnológico de los plásticos de cubierta. El aprovechamiento de los resultados de estudios agronómicos recién elaborados amplia nuestro entendimiento sobre las condiciones ideales para promover la salud de las plantas a una medida mucho más precisa de lo que se podía anteriormente.

Es por ello que los comentarios siguientes de Carlos Reátegui, gerente de ventas en Latinoamérica para Hyplast, sobre las novedades en el sector de plásticos para invernadero se ven tan oportunos y sobresalientes. Para que la industria se refuerce en el camino de establecerse como una referente internacional de primera clase, esta clase de avances tecnológicos para eficientar el aumento de producción resultan ser tan necesarias.

Para satisfacer las exigencias de las numerosas operaciones de media o alta tecnología en México, las empresas plastiqueras realizan pruebas y constantemente se están dedicando recursos a “la búsqueda de nuevas fórmulas que ayuden al agricultor,” comenta Reátegui. Por este motivo, dichas empresas están invirtiendo en la investigación e innovación de nuevos productos para poder cumplir con las peticiones de los agrónomos, cuyas ganancias pueden ser mejoradas con unos cambios muy finos y precisos.

Manejo del rango de los rayos ultravioleta

Por ejemplo, cuando se trata de los rayos ultravioleta, una modificación pequeña puede conllevar unas condiciones muy distintas dentro del invernadero.

Hay gran diferencia entre el plástico que permite la transmisión de rayos ultravioleta desde los 320 nm y los que bloquean el ultra violeta hasta los 390 nm. Las consecuencias del rango permitido de rayos UV más afectan a los insectos benéficos, porque bloquear hasta 390 nm implica la totalidad del UV, algo que imposibilitaría la presencia de los insectos. A la vez, dejar que entre más luz UV para sostener las condiciones ideales para los insectos benéficos puede también ocasionar que entren insectos plaga.

Reátegui destaca que es necesario implementar un buen programa de control de plagas, porque tales como los picudos de chile, que han dañado frutos de pimiento bajo invernaderos de plástico donde se transmite más rayos UV. Por todo lo dicho, expandir la transmisión de luz PAR con más rayos UV trae ventajas innegables, pero también requiere de que los productores estén diligentes en controlar los insectos plagas.

1. La polinización

Una de las fuentes de preocupación para los productores de invernadero, especialmente los tomateros, es sin duda la polinización. Uno de los dilemas principales para los tomateros en invernadero es que los abejorros acaban siendo desorientados al instalar un nuevo plástico debido a sus aditivos de protección contra los rayos ultra violeta para evitar una degradación prematura del plástico.

No obstante, nota Reátegui, nueva tecnología de Hyplast ‘Pro-polinización’ consta en un plástico con estabilizadores de UV especiales que permite poder transmitir más del 85% de todo el espectro de los rayos UV y ofrecen las mismas garantías mecánicas de los plásticos que los que se fabrican con aditivos para extender su vida útil. El resultado es que se promueven no sólo la entrada de mayor cantidad en el espectro del ultra violeta, sino mayor cantidad de luz PAR, y se consigue una activación muy importante en los abejorros que resulta de un incremento del porcentaje de polinización inmediato.

Las complicaciones de abejorros provocadas por los aditivos de protección contra de la degradación por UV del fabricante en nuevas instalaciones de plástico, forman parte de las metas para solucionar en esta nueva era de alta tecnología en los invernaderos.

2. Manejo antigoteo de los plásticos

Reátegui también resalta la cuestión del control antigoteo como uno de los aspectos en la formulación de los plásticos que surgirán aún más como una clave en el futuro, si no ya se hizo evidente. La meta para los plastiqueros será fabricar un plástico que dure más tiempo y también que mantenga la propiedad del antigoteo durante toda la vida útil.

Las gotas que se generan en el plástico de cubierta por consecuencia de la condensación no sólo puede llegar a bloquear más de 8% de luz total (muy perjudicial para las empresas que buscan incrementar producción en los meses de diciembre y enero); sino también, aumentan el riesgo de la transmisión de patógenos y enfermedades, la propiedad del antigoteo permite resbalar el agua condensada hacia los laterales del techo y dejar que escurra sin afectar los cultivos. Una de las quejas de los agrónomos sobre la tecnología antigoteo es que ésta se pierde en menos de 5 meses de instalado el plástico. Aclarando este dilema, Reátegui nota que la mayoría de plastiqueros no usan las resinas adecuadas durante la producción, pues la propiedad antigoteo sólo funciona correctamente si el plástico es térmico, y que contengan las resinas especiales que permitan la fusión, así se consigue un plástico cuya duración del antigoteo es superior a los 2 años.

3. Resistencia de químicos

Otra característica que los fabricantes de invernaderos tendrán que seguir innovando es la resistencia de los químicos. Según Reátegui, el azufre suele acumularse, y esto representa un problema delicado que acelera la degradación prematura del plástico, especialmente en las estructuras de doble capa donde hay plástico inflado. Mientras menos deterioro haya en el material de capa, mejor se podrá seguir optimizando la transmisión de luz a lo largo del ciclo productivo.

Resumiendo la gran necesidad para seguir innovando e invirtiendo en soluciones que ayuden al agricultor, Reátegui comenta de pruebas en la República con una posible resistencia sin límites (a base de nuevas tecnologías de polímeros de flúor) junto con una mayor transmisión ultratérmica de luz.

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