Comienza tu producción adecuadamente

 

 

Mientras más adelantado tengas asegurado el comienzo de tu producción, mayor la probabilidad de tener una cosecha exitosa. Sin embargo, es importante tener en cuenta factores de éxito que te permitirán cuidar de esta importante inversión.

 

Semillas

Las semillas deben escogerse de acuerdo a las necesidades de la producción. Es importante notar que sea para campo abierto o invernadero, y las semillas deberán contar con viabilidad, vigor, recubrimiento o peletización.


Viabilidad:
La capacidad de una semilla de germinar en condiciones óptimas.

Vigor: Semillas que cuentan con una germinación rápida y uniforme, que pueden producir una planta normal en un rango amplio de condiciones ambientales.

Semillas peletizadas: Estas semillas permiten el agregado de pesticidas, agentes biológicos, o reguladores de crecimiento.

Recubrimiento: Proceso que permite a la semilla un mejor flujo de movimiento durante la siembra al vacío.

Además, asegúrate que las semillas son almacenadas a una temperatura adecuada, ya que su calidad se deteriora durante el almacenaje a alta temperatura y humedad relativa.

 

Trasplante

Al optar por los trasplantes, es importante tener en cuenta que necesitas contar con las instalaciones adecuadas, para la manutención de los mismos.

 

Estreses ambientales y biológicos originados en la rizosfera pueden ser expresados en el tallo, afectando la partición de biomasa, el desarrollo vegetativo y la productividad del trasplante.

 

Los requerimientos hídricos del transplante varían con el estado de desarrollo del mismo, condiciones climáticas y volumen de las celdas de las charolas. La mayoría de las especies hortícolas requieren un mayor nivel de humedad.

 

Sin embargo, las raíces de algunos cultivos (lechuga) son más sensibles a los cambios de humedad comparadas con sistemas radiculares profundos (tomate). En términos generales, el uso excesivo de irrigación aérea tiende a promover el desarrollo del tallo, mientras que la irrigación vía ‘flujo y reflujo,’  promueve el desarrollo radicular, reduciendo la relación tallo/raíz. Este problema se ha observado en tomate, col y maíz dulce sometidos a irrigación continua vía flotación, sin ciclos o ciclos cortos de secado.

 

Injerto

El injerto consiste en empalmar dos plantas diferentes por medio de cortes: el cultivo objetivo y el otra planta, normalmente de la misma familia que le confiere al cultivo objetivo una determinada característica deseable.

 

En los últimos años se ha extendido rápidamente el uso de injertos en hortalizas, entre cuyos objetivos se encuentra la ampliada tolerancia a patógenos. Algunos especialistas opinan que con el auge de los invernaderos y el incremento de problemas fitosanitarios, el injerto será la alternativa para poder obtener plantas resistentes.

 

Un ejemplo de la efectividad de esta estrategia es el proceso de selección y adaptación adecuando llevado a cabo por especialistas que estudian el comportamiento de las variedades silvestres. Estas variedades suelen presentar un follaje abundante y pocos frutos de aspecto irregular. Algunas hasta cuentan con hojas que despiden un olor desagradable que las hacen poco atractivas para los insectos.

 

Cuando se utilizan injertos, el costo de producción es mayor, pero se reducen los tratamientos de agroquímicos, y se puede reducir la densidad de plantación. Otra ventaja es que el mayor vigor obtenido ofrece la posibilidad de adelantar o atrasar el transplante y obtener más frutos por planta, lo cual se traduce en mayor rendimiento. 

 

 

Para mas información escriba a pdh.edit@meistermedia.com

 

 

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