Disección del nuevo acuerdo del tomate

Disección del nuevo acuerdo del tomate

La noche del pasado 20 de agosto México y Estados Unidos llegaron finalmente a un nuevo acuerdo que obliga a realizar revisiones exhaustivas sobre la calidad de los tomates mexicanos en las aduanas estadounidenses y eleva los precios de referencia de los tomates de especialidad.

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Después de meses de incertidumbre, es finalmente que toda la cadena de la industria tomatera tiene de vuelta su aliento, pero ¿qué significa exactamente este nuevo acuerdo? ¿Qué es lo que implica? ¿Cómo deberán tomarlo los productores?

Eric Viramontes, director ejecutivo de Meister Media Worldwide México, y Roberto Farfán, representante de Greehouse Produce Company, compartieron sus opiniones sobre este nuevo acuerdo a través de un Webinar organizado por la casa editorial de esta revista.

Los antecedentes

Primeramente, Viramontes compartió un breve repaso a la historia del acuerdo de suspensión para poner en contexto a la audiencia:

La práctica Dumping se entiende cuando un producto se comercializa en el extranjero, por debajo del precio del mercado nacional de origen o cuando este mismo se oferta a un precio menor al costo de producción (o su costo de producción construido en el país de origen).

¿Qué tipos de tomates están incluidos? Todo el tomate fresco o refrigerado que pertenezca al género “Lycopersicum Esculentum” que tenga como origen a México, excepto los que sean destinados para procesamiento.

El procesamiento es la preservación para propósitos comerciales de enlatado, deshidratado, secado, adición de sustancias, o la manufactura de jugos, salsa, pastas o puré. Los tomates frescos importados para ser cortados o usados en la preparación de salsa fresca o barras de ensalada están incluidos.

En resumen, todo el tomate mexicano bajo los códigos arancelarios 0702 está incluido.

Los productos que incluye son: Romas, Beef, Grapes, Cherry, Vine-ripe, Mature green y diversas especialidades de invernadero.

¿Quiénes forman el acuerdo? Más de 600 firmantes afiliados a cinco organismos agrícolas grandes están involucrados.

El acuerdo de suspensión del tomate fue firmado entre los exportadores mexicanos y el gobierno de los Estados Unidos. No es de gobierno a gobierno.

Para el gobierno de EE.UU. este es un acuerdo voluntario, pero para que siga funcionando lo recién negociado se establece el compromiso de incorporar al 100% de los exportadores nacionales. Si no logramos y no mantenemos el 100%, el acuerdo puede ser terminado.

Disección del nuevo acuerdo del tomate

¿Cómo se llegó a esto?

De acuerdo con Eric Viramontes, la generación de este nuevo acuerdo tuvo muchas dificultades, ya que involucraba a todas las partes de la industria. “Otra dificultad que hubo fue que estábamos negociando unas situaciones políticas. Entonces, es evidente que haber llegado a un acuerdo fue un gran logro”, señaló.

Por su parte, Roberto Farfán comentó que se había visto una saturación de producto en el mercado local debido al retiro de exportadores por el arancel. “Esto fue un tema que en mayo pasado no se dimensionaba todavía pero que conforme fue pasando el tiempo se sintió con los productores, hubo mucha incertidumbre y preocupación”, dijo.

Agregó que no es para menos, pues cualquier situación que afecte al tomate, automáticamente tiene una repercusión en los otros mercados y esto le debe de servir a toda la industria agrícola para aprender de la historia y no volver a repetirla.

Además, Eric destacó que una de las importancias de esta industria es su valor, pues son 1,700 millones de dólares el valor de las exportaciones de tomate al mercado estadounidense, por lo que perder dicho mercado representaría algo impresionante.

Otra cosa que, de acuerdo con Eric, nos dejaron de lección los meses pasados es que tenemos que entender es que en algún momento de la historia tuvimos la oportunidad de diversificar mercados y hoy por hoy dejamos pasar esas ventanas, lamentablemente.

“Sin embargo, el mercado americano es un mercado que nos beneficia, y el tomate de Florida es muy diferente al mexicano y por tanto es un mercado que valía la pena defenderlo”, compartió.

¿Qué sigue ahora?

“Antes que nada, una recomendación general, sobre todo por la especulación que se ha dado en este tema, es que nos podamos acercar a las asociaciones a las que pertenecemos para que de primera mano tengamos la información”, comentó Roberto.

Agregó que vale mucho la pena que los productores tengan una persona específica que lleve el tema del acuerdo de suspensión en sus empresas.

Además, abundó en que el tema de las violaciones va a ser muy monitoreado y vigilado. Incluso unas omisiones que el Departamento de Comercio puede considerar como violación a este acuerdo y que desgraciadamente son prácticas que se han llevado en algún momento a cabo.

“Esto es un tema que nos debe de obligar a ordenarnos, a trabajar ‘como Dios manda’ para demostrar que la industria de agricultura protegida en México es seria y bien formada y eso nos va a dar referencia ante nuestro cliente”, dijo Farfán.

Tenemos, agregó, al cliente más grande del mundo a nuestro lado, si queremos venderle, él ya puso sus condiciones y si queremos estar bajo éstas tenemos que ordenarnos. De otra manera vamos a perder a ese cliente.

“En mi opinión, creo que vale la pena defender este mercado natural. Y sí, hay que volvernos más empresarios, tener un departamento de administración del acuerdo por empresa que pueda, de manera puntual, turnarle la información a las asociaciones que están ayudando a administrar el acuerdo, esto es sumamente importante”, señaló Eric por su parte.

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Las asociaciones

Asimismo, Viramontes resaltó en la importancia de que los mismos productores fortalezcan a las asociaciones, pues el costo de representación y de la parte de litigio que tienen este tipo de acuerdos es muy grande. Comentó que si los productores no fortalecen económicamente a estas asociaciones se pone a la industria en desventaja.

“Las asociaciones como AMHPAC, CAADES, el Consejo Agrícola de Baja California, el Sistema Producto, son vitales en este tipo de litigios. Y las asociaciones que no tengan nada que ver con el tomate deben acercarse también a estas organizaciones porque estas son situaciones que pueden pasar en sus industrias”, recomendó el director ejecutivo de Meister Media Worldwide México.

También hizo un llamado a los productores para que tengan este acuerdo muy cerca de ellos, que lo analicen, asistan a los foros que se hagan para saber todos los detalles de cómo administrar y que tengan muy buena comunicación porque, incluso 23 años después de los hechos, aún hay tomateros que no entienden este acuerdo, lo cual es muy delicado.

Las grandes diferencias del acuerdo

Eric y Roberto profundizaron en las diferencias más significativas que presenta este nuevo acuerdo, de las que Viramontes comentó que los incrementos a los precios de referencia es una de las más importantes.

Además, mencionó que, aunque hay aspectos positivos, se perdieron algunas cosas valiosas, como el tema de la estacionalidad: ya no hay diferencia entre precios de invierno y de verano. Esta es una concesión necesaria para llegar al acuerdo, pero no es muy grata.

“Otra cosa es que se había hecho una diferenciación que nos daba un cierto búfer para poder administrar y controlar mejor entre lo que era ambiente controlado y tecnología adaptada, y pues obviamente hubo aumentos en el precio de referencia”, dijo.

Roberto ahondó en el tema de la estacionalidad: antes teníamos 32 centavos por libra de tomate en época de verano y pasábamos a 41 centavos en época de invierno. Esto se pierde ahora, se homologa de alguna forma y, por ejemplo, en el caso del tomate Roma, estaría en 31 centavos por libra y en el caso del tomate de racimo estaría en 51 centavos por libra en producción convencional.

“Con esto, mucha gente pensará que al vender el tomate más caro se soluciona el problema, pero también cuando entras a producciones donde tienes competencia de otras zonas Canadá o Estados Unidos donde el precio es más bajo y tú tienes ese precio mínimo para tu producto, pues realmente estás saliendo del mercado”, comentó.

Además, hay otro tema importante: el producto orgánico de México tiene un aumento del 40% sobre el precio, esto es que, por ejemplo, en el caso del convencional de tomate tov que lo traemos a 51 centavos, pasamos a 71 centavos la libra en el tov orgánico.

“Esto nos habla de lo mismo: tenemos que reforzarnos, producir mejor para que nuestro producto tenga una presentación atractiva hacia nuestro cliente que es Estados Unidos”, dijo Farfán.

Señaló que otra cuestión en el nuevo acuerdo es que se va a revisar el 92% de los camiones que crucen con tomate a Estados Unidos, un tema un poco más delicado, porque quien no cumpla la calidad le está sumando días de vida de anaquel por esperar a que pase la inspección de la USDA para poder cruzar.

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Aspectos positivos

A pesar de lo dramático que pudiera verse, Farfán destaca un aspecto positivo: todas estas son condiciones en donde forzosamente están obligando a los productores a ser mejores, pues si quieren seguir en esta industria tienen que hacer lo que les pidan.

Otro aspecto positivo, de acuerdo con Eric, es que en este acuerdo, más que en otros, se está tomando mucho en cuenta la calidad. “Esto es importante, desde mi punto de vista, porque cuando estamos tomando en cuenta el posible costo de producción en México, el cual se utiliza para calcular el margen Dumping una vez que está en mercado doméstico, el hecho de considerar las calidades nos genera un diferencial que nos permite restablecer ese margen dumping”, señaló.

Otro de los aspectos positivos que comentó Eric es que cuando haya un incumplimiento del acuerdo ya va a haber procesos civiles en contra de quien está haciendo la violación.

Ser competitivos

“Yo creo que varios coincidimos en el hecho de que la industria de agricultura protegida en México es muy competitiva, es de muy buena calidad y ha venido mejorando contra las situaciones que hemos enfrentado. ¿Qué podemos hacer? Mucha de la producción se ha hecho de alguna manera ‘cómoda’, y si apretamos un par de ‘tuercas’ nos va a llevar a muy buen puerto”, comentó por su parte Roberto.

Viramontes agregó que es necesario incrementar la productividad de los invernaderos, no sólo pensar en producir más sino hacerlo con calidad y concentrarnos en poder tomar decisiones a nivel empresarial de cómo podemos enviar alta calidad y cómo podemos procesar.

“Y bueno, desde mi punto de vista es una obligación estar dentro de una asociación u organización que vele por los intereses de la industria”, insistió.

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Conclusiones

Como conclusiones, Eric compartió que “fue un acuerdo muy complicado por el momento histórico que atravesamos y obviamente no se podía llegar a la negociación ideal, pero en mi opinión sí necesitábamos un acuerdo, porque sin éste la incertidumbre mataría a esta industria. Claro que hay condiciones que no nos favorecen, pero cuando estamos en una situación entre la espada y la pared los negociadores sacaron lo mejor posible”, dijo.

Además, insistió en que absolutamente todos los tomateros mexicanos deben participar y entender sí o sí este acuerdo y esta situación.

Mientras que Roberto insistió por su parte en que debemos de entender que esto no es un tema de tomate solamente, si somos o no somos tomateros esto nos afecta.