Producción sustentable de hortalizas en invernaderos

Un invernadero que incurriese en costos más bajos y que fuese más “verde” que la norma es una de las metas investigativas del Centro de Agricultura en Ambiente Controlado (CEAC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Arizona, EUA.

Este pasado abril la revista Productores de Hortalizas asistió a su curso anual de producción en invernaderos y tuvo la oportunidad de ver el progreso en curso de la universidad. Aunque las instalaciones de energía solar del invernadero captaron la atención de los asistentes, fue la utilización de arena como sustrato de cultivo, la capacidad de ésta de filtrar el agua de fertirriego hasta casi convertirla en agua destilada y la utilización de un fertilizante orgánico con base en excedentes de alimentos de supermercados lo que más impresionó a los asistentes.

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Más ecológico, económico y eficiente

Murat Kacira, experto en ingeniería agrícola de la Universidad comentó: “Queríamos crear un sistema de invernadero que fuese más bajo en costos, integrara un generador de energía alternativa solar que nos permitiera tener una unidad de producción de alimentos independiente de la cuadricula de energía municipal.”

Kacira comentó sobre el enfoque en darles acceso a este sistema productivo a personas en localizaciones remotas donde no tuvieran el acceso ilimitado a energía, agua o fertilizantes químicos. El proyecto investigativo fue complementado con un nuevo fertilizante orgánico, de una empresa relativamente nueva en el mercado.

“Este año estamos trabajando con la empresa WISErg, para poder hacer este sistema uno más limpio aún. Ellos tienen un digestor de alimentos, y utilizando los alimentos frescos excedentes de supermercados, han generado un fertilizante orgánico líquido. Estamos experimentando con él en este cultivo de lechugas y comparándolo con otro fertilizante tradicional, para así ver cuáles son los beneficios o ventajas del fertilizante orgánico.”

Aplicación de nuevo fertilizante orgánico líquido

De acuerdo a reportes de la Agencia de Protección Ambiental de EUA, (EPA, por sus siglas en inglés) EUA desperdicia 34 millones de toneladas de alimentos al año. A fin de utilizar estos desperdicios como insumos agrícolas, la empresa WISErg ha creado un sistema patentado que le permite utilizar los desperdicios, convirtiéndolos en fertilizante orgánico, antes de que éstos se deterioren al punto de que pierdan su valor nutritivo. Haciendo así, la empresa ha podido crear un sistema de recuperación y conversión de nutrientes que puede ser utilizado en el sistema de fertirriego, sin atascarlo.

Tim Robie, ingeniero de WISErg explica: “Nuestra tecnología se localiza en los supermercados. En vez de deshacerse de sus excedentes de alimentos (frutas, hortalizas, carnes, quesos, panes, entre otros no empacados) a través del compostaje, los supermercados lo ponen en nuestro digestor. Ese material líquido es entregado a nuestras instalaciones centrales, donde refinamos el producto, para que éste cumpla los requisitos que satisfagan niveles mercadeables. El producto final es un fertilizante orgánico que no tiene sólidos sedimentables comunes en otros líquidos orgánicos.”

Robie afirma que el producto ya ha mostrado un gran desempeño en suelos a campo abierto en el Noroeste Pacífico de EUA y California. La expansion de los trabajos investigativos de la empresa WISErg a producciones protegidas era sólo cuestión de tiempo; fue una evolución lógica.

“Este trabajo con el centro [CEAC] es nuestro primer intento en entender la eficacia de nuestros productos en ambientes controlados de producción.”

Desempeño en invernaderos

El producto WISErganic 3-0-1 Fertilizante Orgánico Líquido fue utilizado como fuente principal en el sistema de fertirriego instalado por la Universidad. El producto — actualmente bajo revisión por la OMRI — fue adaptado a las necesidades del cultivo de lechugas en el invernadero. Robie explica el procedimiento, mientras nos muestra las hileras de distintas variedades de lechugas y col rizada, :

“Comenzamos este proyecto en enero con el Dr. Merle Jensen, quien analizó las unidades (ppm) de cada micro y macronutriente necesario. Él ha tomado nuestro material y lo ha desarrollado, convirtiéndolo en una fórmula de nutrientes completa, en dos partes, el cual cuenta con niveles óptimos de nutrientes vegetales. Lo que ustedes están viendo aquí es el segundo cultivo. Cultivamos el primero a las 5 semanas, mostrando un rendimiento de más de 600 cabezas de lechuga de 400 gramos de peso/unidad, además de plantas de brócoli y col rizada.” afirma Robie.

“Este cultivo tiene 10 días. Plantamos las mismas variedades, aplicando los mismos niveles de nutrición en otro invernadero, excepto que la nutrición es derivada de insumos sintéticos. Estamos colectando datos para comparar el desempeño de los tratamientos orgánicos frente a los sintéticos.”

 

Arena + óptima nutrición = plantas saludables y agua limpia

Orgulloso de su contribución a los sistemas de riego por goteo, Dr. Merle Jensen, experto en producción protegida de frutas y hortalizas explicó a los asistentes al curso cómo la arena como sustrato de cultivo le permite al productor filtrar el agua de fertirriego naturalmente, de manera que ésta termine viéndose casi tan limpia como agua destilada.

“[Los expertos de la Universidad de Arizona] Kacira y Giacomelli sugirieron el cultivo en arena, dado que la arena existe en todas partes del mundo y es un sistema sencillo. Ya hemos obtenido un exitoso cultivo de tomate, pero esta vez decidimos ver el desempeño en lechuga. Sin embargo, ahora podemos utilizar un subproducto de los desperdicios de alimentos, con sales aprobadas por OMRI para integrar una solución orgánica de nutrientes debajo de este cultivo,” expresa Jensen.

Mostrando el desempeño y la estética de las lechugas cultivadas en el invernadero, Jensen estima que algunas de estas variedades llegarán a pesar aproximadamente 300 gramos por cabeza. Jensen atribuye el éxito de la calidad de la cosecha a la nutrición que éstas están recibiendo.

“Esta fantástica cabecita de lechuga va a pesar aproximadamente 300 y pico de gramos, partiendo de semilla a una cabeza de lechuga en cuatro semanas, es increíble, y está desempeñando 20% mejor que un fertilizante sintético. Estamos entusiasmados; se puede hacer en cualquier parte del mundo y probablemente producirá algunas de las mejores lechugas orgánicas en el mercado. Es un procedimiento sencillo, fácil y asequible,” afirma Jensen.

 

Futuros proyectos

Sin embargo, todos aquellos interesados en el desempeño de este sistema de nutrición y fertilización en cultivos de tomates, pimientos o berenjenas tendrán la oportunidad de enterarse a mitad o finales de este año.  “Estamos trabajando en un diseño de valoración del desempeño entre tomates, pimiento o berenjenas orgánicas frente a convencionales, el cual está pautado para sembrarse a finales de julio,” afirma Robie.

¡La revista Productores de Hortalizas le mantendrá informado de los desarrollos de este prometedor proyecto!

 

 

Meléndez es Editora gerente y en línea del Grupo Horticultura, Latinoamérica, Meister Media Worldwide. Puede seguirla vía Twitter:

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