Uno de los problema fitosanitarios más importantes en sandía es el causado por el patógeno del suelo Fusarium oxysporum f. sp. niveum. En el caso de melón, es otra especie de Fusarium la causante de la marchitez.
Síntomas de la enfermedad
Aunque los daños más graves se producen antes de la recolección, el hongo puede atacar a plantas de cualquier edad, dependiendo de los niveles de infección del patógeno, el cual penetra directamente a las raíces y se aloja en los haces vasculares, obstruyendo la absorción de agua y nutrientes.
Los primeros síntomas de la enfermedad son amarillamiento de las hojas y marchitez durante el día.
Posteriormente la planta muere en un lapso de 3 a 4 días. Cuando se inspecciona la raíz, se observa que los haces vasculares presentan coloraciones oscuras características que indican obstrucción de los mismos (Fig. 2 y 3). Los síntomas finales se caracterizan por marchitez de la planta, que ocurre antes de la cosecha (Fig. 1). Se conocen tres razas de este género diferentes entre sí por el rango de variedades a las que atacan.
Ciclo de la enfermedad
Este hongo puede transmitirse por semilla, por lo que es muy importante utilizar semilla obtenida en suelos libres de la enfermedad. La penetración del micelio es directa al tejido radicular y favorecida por el ataque de nemátodos Meloidogyne spp., principalmente. Otra fuente de contaminación es por sustratos contaminados por agua de riego, viento y maquinaria.
El rango de temperatura más adecuado para infección y desarrollo va de 20 a 28°C.
Fusarium en melones
La especie que ataca el melón, F. oxysporum f.sp. melonis, puede presentarse en la plántula causando secadera, o en plantas adultas. Otros síntomas son amarillamiento de hojas basales y achaparramiento de la planta. Posteriormente ocurre marchitez típica, y en la parte interna del cuello se observa coloración oscura de tejidos vasculares. Las raíces presentan pudrición cuando la enfermedad está avanzada, y los frutos se pudren por entrada de microorganismos secundarios.
Control de Fusarium en Cucurbitáceas
Entre las medidas a considerar para evitar daños por este género fungoso destacan las siguientes:
- Rotación amplia de cultivos, ya que el monocultivo tiende a incrementar los niveles de inoculo del hongo.
- Uso variedades tolerantes a las diferentes razas del patógeno.
- Uso de semillas libres de la enfermedad.
- Al producir plántulas para transplante, utilizar una proporción de 1:3 de lombricomposta en el sustrato utilizado para plantación (1/3 de lombricomposta + 2/3 del sustrato)
- Uso de plantas injertadas sobre patrones resistentes al patógeno.
- Utilizar en el sistema de riego de plántulas o en campo, una solución del Hongo Trichoderma harzianum y lixiviado de lombricomposta (Esto ayudará al control biológico de la enfermedad).
- La aplicación de fungicidas contra Fusarium oxysporun, no ha sido efectiva.
Dr. Guerrero es Profesor-Investigador de la Universidad de Sonora, México (cosmeguerrero@hotmail.com)