Cómo los patógenos sobreviven y dañan la cosecha de papa

Algunas de las plantas y algunos de los animales con los que estamos familiarizados tienen una cosa en común: requieren oxígeno en la atmósfera (o en el agua) para existir. Las personas, los perros, los gatos, los peces, el maíz, las papas y casi todo el resto de seres vivos — incluyendo la mayoría de las especies de bacterias y hongos — requieren oxígeno para sobrevivir. Nos referimos a estas formas de vida que dependen del oxígeno como “aeróbicas.”

Nos resultan menos familiares las formas de vida que no pueden crecer en la presencia de oxígeno. Conocidos como “anaeróbicos,” la mayoría de estos organismos son bacterias, aun cuando existen unos cuantos organismos multicelulares anaeróbicos.

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Cómo los patógenos sobreviven y dañan la cosecha de papa

Cosecha de la papa en el Valle de Yaqui, SON. Foto de David Goldense

Probablemente, los organismos anaeróbicos más conocidos son los miembros del género bacteriano Clostridium, incluyendo C. tetani, el organismo que ocasiona el tétanos, y C. botulinum, el organismo que produce la toxina botulínica, un veneno que puede provocar la parálisis y otras complicaciones graves en los humanos. De manera incidental, las pequeñas dosis de esta toxina (vendidas bajo la marca Botox, entre otras), se utilizan para propósitos cosméticos.

Patógenos que Sobreviven con y sin Oxígeno

Hay un grupo de organismos que son diferentes, ya que pueden vivir tanto en presencia como en ausencia del oxígeno; su metabolismo los convierte en cierto medio de fermentación cuando hay poco oxígeno. A este tipo de organismos les llamamos “anaeróbicos facultativos.”

En realidad, el más familiar de estos organismos es Saccharomyces cerevisiae, la levadura común que se utiliza para producir cerveza y fermentar el pan. Otras bacterias anaeróbicas facultativas son las del género Lactobacillus; utilizadas en la producción de un gran número de alimentos importantes como el yogur, la col agria en salmuera, los encurtidos y el pan de masa fermentada de manera natural, entre otros.

Por lo tanto, ¿qué tiene esto que ver con las papas? La bacteria que produce la Pudrición blanda, posiblemente el patógeno de la papa más importante conocido hasta el momento, es anaeróbico facultativo. Las bacterias del género Pectobacterium (anteriormente Erwinia), y Dickeya (responsables de producir la pudrición de las semillas), la Pierna negra, la Pudrición blanda del tallo, así como grandes pérdidas en almacenamiento, son miembros de este grupo.

Nos guste o no, los tubérculos de papa son sometidos periódicamente a condiciones anaeróbicas tanto en el campo como durante su almacenaje. Las áreas de los campos de papa que reciben exceso de agua; por ejemplo las zonas bajas, las áreas en hondonadas centrales, o incluso las áreas que están expuestas a exceso de lluvia, pueden crear condiciones anaeróbicas en el suelo. De hecho, con toda probabilidad la causa más frecuente de la Pudrición blanda de las semillas y de la Pierna negra son los suelos que se anegan en el momento incorrecto.

A pesar de todas sus facultades, las bacterias que provocan la Pudrición blanda son incapaces de crear sus propios puntos de entrada y requieren algún tipo de herida para entrar al tubérculo. Las hendiduras, los cortes y las magulladuras son puntos frecuentes de invasión y los puntos débiles naturales como las lenticelas pueden ofrecer acceso al tubérculo, en especial bajo condiciones de anegamiento.

Cómo los patógenos sobreviven y dañan la cosecha de papa

La Pudrición blanda, la más destructiva. Foto por Gerald Holmes

 

Sin embargo, las heridas que más se infectan son las que producen los distintos organismos patógenos de la papa. Las infecciones anteriores ocasionadas por Tizón tardío, Tallo poroso por Pitio, Pudrición seca por Fusario, etc., pueden hacer que los tubérculos se vuelvan vulnerables a la infección de la Pudrición blanda.

La tendencia a invadir las heridas ya existentes transforma a los organismos que provocan la Pudrición blanda en excelentes invasores secundarios y en este papel, con frecuencia son responsables de graves pérdidas. El daño por heladas es otro tipo de daño foliar y de tubérculos, que lleva a la infección de la Pudrición blanda.

La capacidad de existir entre ambos mundos, con y sin oxígeno, ofrece un nicho único para este grupo extremadamente importante de patógenos, haciendo que la Pudrición blanda sea la más destructiva de las enfermedades de la papa bajo condiciones de almacenamiento.

El manejo cuidadoso de la ventilación y la temperatura son los únicos métodos efectivos de control de la Pudrición blanda bajo condiciones de almacenamiento. Los altos volúmenes de aire secarán los tubérculos infectados y las temperaturas inferiores a 10˚C son desfavorables para el desarrollo de la Pudrición blanda. En el campo, las únicas técnicas de manejo efectivas incluyen el control adecuado de otros patógenos, evitar el exceso de riego y tomar las medidas necesarias para reducir el daño mecánico al mínimo.


Artículo originalmente publicado en la revista American Vegetable Grower, revista hermana de Productores de Hortalizas.
El autor, Phil Nolte, es especialista en la producción de papa para la universidad de Idaho, Estados Unidos.