Cómo evitar que las temperaturas altas dañen las uvas

Los productores de uvas están dándose cuenta de que las olas de calor en épocas inesperadas provocan efectos negativos en sus viñedos.

Al elevarse la temperatura, los viñedos incrementan su actividad metabólica, ayudándoles a crecer. Sin embargo, alrededor de los 35°C, disminuye la actividad fisiológica y las parras pueden sufrir daños.

Ashraf El-Kereamy, consultor especializado en vitivinicultura y frutos de tamaño pequeño del Departamento de Extensionismo Cooperativo de la Universidad de California en el Condado Kern, dice que hay ciertas cosas que pueden hacer los productores para estar preparados y proteger sus vides del calor excesivo; el cual, de acuerdo con su opinión, afectará más y más a las zonas productoras de uva debido al cambio climático.

“En este momento, es preciso cuidar las uvas y mantenerlas regadas. Cuando sufren de estrés calórico y después estrés hídrico, las plantas son sometidas a doble estrés. Las parras no toleran esos dos tipos de estrés juntos,” dice El-Kereamy.

El estrés calórico y el estrés hídrico afectan a las uvas de distintas maneras a lo largo del ciclo agrícola. A principios del ciclo, las altas temperaturas pueden reducir el área foliar y ocasionar quemaduras en los brotes y en las bayas. En la época de floración, el calor puede ocasionar caída de frutos excesiva, reduciendo el número de bayas en cada racimo. Después del cuajado de los frutos, el calor puede inhibir el crecimiento de las bayas y ocasionar lesiones semejantes a cicatrices, así como agrietamiento. De igual forma, las altas temperaturas pueden inhibir la maduración y producir frutos descoloridos.

A lo largo de todo el ciclo de crecimiento, El-Kereamy sugiere:


Este artículo fue originalmente publicado en ingles en GrowingProduce.com, una marca de Meister Media Worldwide.

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