Portainjertos de tomate como alternativa ante condiciones de estrés salino

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La búsqueda de variedades de tomate tolerantes a ciertas condiciones de suelo que interfieren con la productividad, tales como el exceso de salinidad, ha sido objeto de estudios de diversa naturaleza. En este artículo se analizan los resultados del uso de portainjertos de variedades de tomate nativas de México.

La razon de usar portainjertos es que son plantas con mayor sistema radicular, que promueven una mejor exploración del suelo, lo que se traduce en una mayor eficiencia para tomar nutrimentos y agua. Los portainjertos del estudio fueron seleccionados para tolerar diversos factores bióticos y abióticos, y simplifican y acortan los programas de mejoramiento genético.

sidebar1La tolerancia a la salinidad que se encuentra en especies cultivadas y silvestres es una alternativa práctica y económica, que ha dado lugar a la búsqueda de genes específicos.

El principal objetivo del estudio fue evaluar la respuesta de tres portainjertos experimentales derivados por selección de una población nativa de tomate, en contraste con portainjerto comercial, a tres conductividades eléctricas en la solución nutritiva Steiner. Las variedades de tomate injertadas fueron del tipo saladette y bola.

 

Material genético
Los portainjertos experimentales (76, 82 y 112) correspondieron a líneas derivadas por selección de una población nativa para salinidad en solución nutritiva Steiner, y con características de interés agronómico superiores.

Las líneas fueron desarrolladas por el proyecto “Evaluación integral de la diversidad de poblaciones nativas de tomate mexicano,” en el posgrado de Recursos Genéticos y Productividad-Genética.

La variedad de portainjerto comercial (Maxifort®), utilizada como testigo, pertenece a la empresa De Ruiter®, mientras que las variedades híbridas de tomate de crecimiento indeterminado Joya® (B-bola) y Sun 7705® (S-saladette) pertenecen a Nunhems®.

 

Método de injerto y prendimiento
El método de injerto utilizado fue el de púa, que consiste en hacer un corte horizontal en los portainjertos, y una incisión en forma de púa en las plántulas por injertar para insertarla en la plántula que servirá como portainjerto; enseguida se colocó un broche de silicón para mantener unidos ambos componentes.

Las plántulas ya injertadas se colocaron en una cámara de prendimiento a 25°C y humedad relativa de 90 a 95%; proceso que duró seis días. Posteriormente se colocaron en un invernadero con malla sombra al 35% durante cuatro días para su adaptación, y finalmente se llevaron al invernadero para su trasplante definitivo.

 

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Resultados de rendimiento
El incremento de la CE de 4 a 8 dS/m redujo el rendimiento en 32% en tomate bola y 36% en saladette. Esto podría explicarse por el bajo flujo de agua hacia el fruto, por efecto de la presión osmótica, ocasionando poco desarrollo de frutos.

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Las combinaciones (Maxifort x B) y (112 x B) en tipo bola fueron las más sobresalientes al producir 39 y 33.5% más respectivamente, con respecto a la planta sin injertar (B). En tipo saladette las combinaciones más sobresalientes fueron (Maxifort x S) y (82 x S) con rendimientos de 48 y 40% más respectivamente, con respecto a la planta sin injertar (S). Esto pudiera deberse a que las plantas injertadas tienen mayor capacidad de extracción de nutrimentos, originando aumento del vigor de la planta y prolongando el periodo de cosecha.

 

Sólidos solubles totales (°Brix)
La CE incrementó el brix en 27% en tipo bola y 18% en saladette. Los frutos tipo bola obtenidos de plantas injertadas presentaron menos grados brix (5.0 a 5.2 respectivamente), con respecto a las plantas sin injertar B (5.9). Una tendencia similar se registró en la variedad tipo saladette.

Estos resultados demuestran que el injerto no tiene efecto alguno sobre la acumulación de sólidos solubles.

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Color de fruto
Los frutos tipo bola de plantas sin injertar fueron más rojos, mientras que los frutos de plantas injertadas resultaron más opacos. En tomate tipo saladette los frutos más opacos fueron obtenidos de la combinación (Maxifort x S) y los de color rojo moderado fueron los frutos de las combinaciones (76 x S), (82 x S), (112 x S) y frutos de plantas sin injertar (S).

 

Fuente: Estudio presentado por Dr. Prometeo Sánchez García, Investigador del Colegio de Postgraduados – Campus Montecillo, Texcoco, Edo. de México (México), durante el Congreso Internacional de Tomate 2013

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Contenido de licopeno
El contenido de licopeno no presentó diferencias estadísticas a diferentes niveles de CE; pero sí hubo diferencias numéricas, presentándose el valor más alto a CE 12 dS/m en ambos tipos de tomate.

Las plantas injertadas y no injertadas no mostraron diferencia estadística, pero sí numérica. Los frutos de plantas sin injertar (B) presentaron mayor contenido de licopeno 13.1 mg 100-1, seguido de la combinación (82 x B) con 12.4 mg 100-1 y el de menor licopeno (Maxifort x B) con 11.8 mg 100-1; en tanto que en tomate tipo saladette, las combinaciones con diferencia numérica fueron (Maxifort x S) con 14.4 mg 100-1 y (82 x S) con 14.1 mg 100-1 y la planta sin injertar (S) con 13.9 mg 100-1.

Frutos por planta
A la CE más alta, el número de frutos por planta disminuyó 25.5% con respecto a los tratamientos 4 y 8 dS/m en tomate tipo bola; mientras que en saladette la disminución del número de frutos fue de 23 y 35% con respecto al tratamiento de 4 dS/m.

Entre plantas injertadas y no injertadas de tomate (B) y (S) no se encontraron diferencias estadísticas, sin embargo sí se registraron diferencias numéricas.

Tamaño de fruto
El tamaño de los frutos se vio afectado por la CE en ambos tipos de tomate.

Por ejemplo, la producción de frutos grandes disminuyó 73.5% en tipo bola y 77% en tipo saladette al pasar de 4 a 8 y 12 dS/m.

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En frutos medianos, no hubo diferencia estadística en tipo bola, pero sí en tipo saladette con 37% más de frutos medianos con respecto al tratamiento de 12 dS/m.

La producción de frutos pequeños se incrementó en 65.5% para tipo bola y 87% en tipo saladette al pasar de 4 a 8 y 12 dS/m.

Haciendo un comparativo entre la producción de frutos grandes, medianos y pequeños en la variedad tipo bola, resultó que el 22% del total corresponden a frutos grandes, 28% a medianos y 49% a frutos pequeños. Algo similar ocurrió en tipo saladette con 27% de frutos grandes, 26% frutos medianos y 47% frutos pequeños.

Estos resultados demuestran que la salinidad en solución nutritiva reduce el tamaño de frutos, mas no el número de frutos por planta.

En el tratamiento de 4 dS/m, las combinaciones (76 x B), (82 x B), (112 x B) y (Maxifort x B) produjeron 42% más de fruto grande con respecto a las plantas sin injertar (B).

En los tratamientos 8 y 12 dS/m la producción de frutos grandes en las combinaciones (76 x B), (82 x B) y (112 x B) disminuyó 82% en tomate tipo bola y en la combinación (Maxifort x B) el efecto de la salinidad fue menor con 59%. Mientras que las plantas sin injertar (B) el impacto fue más drástico, con 92% de reducción de frutos grandes.

En el tratamiento de 12 dS/m-las combinaciones (76 x B), (82 x B), (Maxifort x B) presentaron más frutos medianos 13, 11 y 15 respectivamente, en tanto que el injerto B lo hizo en 8 dS/m con 11 frutos. Las plantas sin injertar (B) se vieron más afectadas en los tratamientos 8 y 12 dS/m, con 21 y 26 frutos pequeños respectivamente.

En el tratamiento de 4 dS/m las combinaciones con más frutos grandes fueron (112 x S) y (Maxifort x S) con 48 y 43% en comparación con las plantas sin injertar (S), (Figura 2c). En los tratamientos de 8 y 12 dS/m, la producción de frutos grandes disminuyó drásticamente para plantas no injertadas, en tanto que las menos afectadas fueron las combinaciones (Maxifort x S), seguido de (82 x S).

En el tratamiento de 4 dS/m la producción de frutos pequeños fue menor que en los tratamientos de mayor CE. En términos globales las plantas sin injertar (S) produjeron 7% más frutos pequeños con respecto a las injertadas.

 

Fuente: Estudio presentado por Dr. Prometeo Sánchez García, Investigador del Colegio de Postgraduados – Campus Montecillo, Texcoco, Edo. de México (México), durante el Congreso Internacional de Tomate 2013

Deficiencia de calcio en frutos
La CE incrementó la deficiencia de calcio en frutos tipo bola.pic2

En el tratamiento de 4 dS/m se obtuvieron 0.3 frutos/planta con deficiencia de Ca, mientras que en el tratamiento 8 y 12 dS/m se incrementó a 2.7 y 5.4 frutos; en estos dos últimos tratamientos no existió diferencia estadística. En tanto que en tipo saladette fue de 0.1 frutos en el nivel más bajo de CE y en los tratamientos 8 y 12 dS/m se incrementó de 2.3 a 4.2 frutos.

Entre las combinaciones (76 x B), (82 x B), (112 x B) y el testigo (Maxifort x B) no existió diferencia estadística con deficiencia de Ca. Sin embargo, las plantas sin injertar (B) se vieron más afectadas. Esto pudiera deberse a que las plantas de tomate injertadas tienen mayor capacidad de extracción del Ca con respecto a las no injertadas, así como la absorción del resto de nutrimentos, y como resultado mayor acumulación de biomasa y por ende mayor vigor de la planta.

sidebar3Mientras que en saladette las plantas no injertadas (S) con 4.9 y combinación (76 x S) produjo 4.8 frutos/planta con deficiencia de Ca, las combinaciones (82 x S), (112 x S) y (Maxifort x S) mostraron menos frutos con deficiencia de Ca.

Estos resultados demuestran que es necesario injertar las plantas de tomate cuando se cultivan en agua con salinidad, ocasionada por NaCl.

En el tratamiento de 4 dS/m, las combinaciones (112 x B) y (Maxifort x B) no presentaron deficiencia de Ca; sin embargo, al incrementarse la CE a 8 y 12 dS/m, las plantas sin injertar (B) y la combinación (76 x B) se vieron más afectadas; en tanto que las combinaciones (112 x B) y (Maxifort x B) fueron las menos afectadas.

En tomate tipo saladette no se encontraron frutos con deficiencia de calcio en el tratamiento de 4 dS/m; sin embargo, en los tratamientos 8 y 12 dS/m, los más afectados fueron (76 x S) y las plantas sin injertar (S).

Morfología de planta
El análisis de varianza mostró diferencias estadísticas (P ≤ 0.05) por efecto de la CE en altura de planta (AP) en tomate tipo bola; y en AP, materia seca radicular (MSR) y materia seca foliar (MSF) en tipo saladette.

El efecto de los portainjertos sólo fue significativo para MSF en ambos tipos de tomate, en donde las plantas sin injertar (B) presentaron mayor MSF (62.16 g/planta), con respecto a las injertadas. En saladette ocurrió lo contrario — las combinaciones (Maxifort x S), (82 x S), (112 x S) y (76 x S) mostraron más MSF, en comparación con las plantas sin injertar (S) con 44.42 g/planta.

Resultados similares encontró Godoy et al., (2009), donde las plantas injertadas produjeron 1036 g/m2 de MSF en comparación con las plantas sin injertar con 922 g/m2.

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Conclusiones de estudio
Las líneas 112 y 82 pudieran ser una alternativa para usarse como portainjertos ante condiciones de estrés salino, ya que presentaron 33.5 y 40% más de rendimiento en comparación con plantas no injertadas en bola y saladette respectivamente. Sin embargo en sólidos solubles totales y licopeno,
no superaron las plantas sin injertar (B y S).

Los frutos bola obtenidos de plantas sin injertar presentaron un tono más rojo que los obtenidos de plantas injertadas, mientras que en tipo saladette, los frutos más rojos fueron cosechados de las combinaciones (76 x S), (82 x S) y (112 x S) y plantas sin injertar (S), y (Maxifort x S) presentó frutos menos rojos.

Las plantas injertadas produjeron frutos más grandes con respecto a las sin injertar y la deficiencia de calcio se presentó más en plantas no injertadas en ambos tipos de tomate.

 

Fuente: Estudio presentado por Dr. Prometeo Sánchez García, Investigador del Colegio de Postgraduados – Campus Montecillo, Texcoco, Edo. de México (México), durante el Congreso Internacional de Tomate 2013