Exótica protección para cultivos de alto valor

Descubre este nuevo método para combatir plagas que está en prueba en España

Exótica protección para cultivos de alto valor

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En España se encuentran con un nuevo proyecto para optimizar la protección de cultivos, esto mediante una planta que puede atraer sexualmente a insectos dañinos hacia una emboscada mortal.

Científicos de dicho país ya demostraron que es posible modificar genéticamente una planta para que produzca feromonas, las sustancias químicas que emiten los insectos hembra para atraer a los machos. El objetivo de esto es producir plantas “sexy” capaces de proteger cítricos y otros cultivos de alto valor económico.

Cabe señalar que las feromonas ya son usadas para proteger cultivos, pero son sintetizadas en el laboratorio a un costo muy elevado. El nuevo proyecto, denominado Susphire, busca en cambio transformar a las propias plantas en biofábricas de feromonas.

“Imaginen una planta que es capaz de atraer a los insectos con la especificidad y la eficacia de una feromona. Y una vez que los insectos llegan a la planta podemos matarlos”, explicó a BBC Mundo Vicente Navarro, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia e integrante del proyecto Susphire. “Es un arma muy potente”, enfatizó.

Este método puede resultar bastante eficaz ya que cuando las feromonas son emitidas en grandes cantidades confunden a los insectos machos, impidiéndoles encontrar a las hembras y por tanto reproducirse.

“Algunas de estas estructuras químicas son muy complejas y hay veces que hemos tratado de trabajar con feromonas que resultan carísimas de fabricar”, dijo Navarro.

“Estoy hablando de más de 20,000 o 30,000 euros (US$23,000 a US$35,000) y algunas se van a más de 100,000 euros (US$117,000) el kilo. Eso hace que no sean viables para utilizar en el control de plagas por el precio”.

El proyecto Susphire reúne no sólo a científicos de España, sino también de Alemania, Eslovenia y Reino Unido. El objetivo es “utilizar a los propios seres vivos para producir feromonas”.

“Utilizamos las rutas que usan las plantas para producir ácidos grasos o cualquier compuesto e introducimos modificaciones genéticas”, señaló Navarro. “Hay muchos hongos que se pueden modificar genéticamente para que acaben haciendo un antibiótico que nosotros luego nos tomamos. Los han modificado para que produzcan esas sustancias y en este caso haríamos que produjesen una feromona”, añadió.

Una vez que las plantas atraen a los insectos a un sitio determinado, allí se pueden hacer aplicaciones controladas y específicas con insecticida. La idea es repeler a los insectos de la zona de cultivo y llevarlos a los extremos, colocando plantas transgénicas en en el exterior de las parcelas.

Un proyecto piloto llamado SexyPlant ya logró que una planta produzca feromonas. La iniciativa galardonada en Estados Unidos fue presentada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España y la Universidad Politécnica de Valencia.

“Conseguimos que una planta tipoNicotiana benthamianaprodujese una feromona de un lepidóptero. Hemos conseguido introducir la ruta para que la planta produzca esa feromona”.

“Ahora la cuestión está en no hacerlo en una planta tipo sino en una planta más real y con estructuras que no sean lineales como la de esta feromona sino estructuras más complejas, que es donde habría rentabilidad”.

Uno de los insectos que los científicos intentan combatir con las plantas “”sexy” es una plaga de los cítricos llamada cotonet.

“Son insectos hemípteros que succionan y producen un algodoncillo en la planta. Lo que secretan estos insectos son azúcares que provocan la invasión luego por hongos y al final la planta termina muy afectada y se pierden producciones aquí en España.” Estos cotonets tienen unas feromonas muy singulares y muy caras de fabricar.

Está previsto que el proyecto Susphire tenga una duración de tres años. Dependerá luego de que haya interés a nivel de empresas en comercializar el producto.

“Nos consta que hay empresas interesadas, pero nunca podría estar el producto en el mercado antes de cinco años”, afirmó Navarro, quien no tiene dudas de que las plantas “sexy” “pueden llegar a revolucionar el control de plagas”.

“Un método tan específico para ese solo insecto puede regular un poco los desequilibrios que provocamos con los monocultivos extensivos que tenemos en la actualidad, que son una invitación a las plagas”.

“La producción extensiva de monocultivos reduce la biodiversidad por la ausencia continuada de fuentes alternativas de alimentos. Esto provoca desequilibrios ecológicos, entre ellos la reducción de enemigos naturales de las plagas como son los depredadores y parasitoides”, señaló el investigador.

“Este desequilibrio conlleva la proliferación de plagas y por lo tanto la aplicación de grandes cantidades de plaguicidas para combatirlas que, aunque son efectivos en el momento de aplicación, generalmente provocan un mayor desequilibrio a medio plazo”.

 

Fuente: BBC Mundo