Control biológico preventivo de enfermedades

Control preventivo

La lucha biológica está en su apogeo — cada año se desarrollan productos que ofrecen controlar problemas de manera específica. Sin embargo, la contaminación de bacterias es un claro ejemplo de que, a pesar de los esfuerzos por mantener a raya a enfermedades y plagas, persiste la posibilidad de contaminación involuntaria en los procesos de producción, transporte, almacenamiento y procesamiento de los alimentos.
El problema es que resulta prácticamente imposible determinar el punto de infección. Por ello, los experimentos apuntan claramente hacia una nueva generación preventiva que logre minimizar los efectos de la incidencia de plagas y enfermedades. Quizá por ello, las estructuras de ambiente controlado pueden y deben marcar la pauta de los nuevos programas que se requieren para lograr controlar la incidencia de plagas y enfermedades.

Certificación oficial

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Existe una propuesta para certificación oficial de producción bajo ambiente controlado, y es muy probable que en el futuro cercano se generalice el incipiente consumo doméstico de estos productos, que por ahora se enfocan principalmente en las exportaciones.

Una de las nuevas líneas de control, está  formada por los sanitizantes, cuyos ingredientes forman parte de las estrategias de manejo integrado, y se combinan con los agentes tradicionales de control. De acuerdo con los especialistas, lo importante es no perder de vista el aspecto preventivo y mantener las aplicaciones de estos productos, a pesar de que se haya logrado un control eficaz en las primeras etapas productivas.

De manera específica, el programa de control deberá incluir prácticas culturales y tratamientos para las diferentes etapas de producción, comenzando con la limpieza del invernadero y la producción de trasplantes. En cuanto a las enfermedades, destacan sobre todo las ocasionadas por hongos — Tizón tardío, Cenicilla y Botritis. Recientemente, ciertas enfermedades bacterianas — Esclerotinia, Erwinia, Pseudomonas y Cáncer bacteriano — han tomado una posición relevante y su control debe ser muy estricto.

 

Programa de control

Para establecer un programa de control sanitario se deberán considerar las condiciones en las que se producen los trasplantes, las cuales deberán ser acordes con las necesidades de cada sistema de producción. Es decir, que en campo abierto las plántulas deberán estar aclimatadas y acondicionarse para resistir el estrés. En cambio, las destinadas a invernadero, aunque requieren de periodo de aclimatación, deberán considerar medidas especiales de transporte y manejo antes de llegar a su destino final.
Los requerimientos actuales de sanidad exigen transportes con aire acondicionado y candados de seguridad para el transporte de plantas, a manera de garantizar que las plantas tengan las condiciones adecuadas y no se expongan al medio ambiente antes de llegar a su destino final. Así se pueden evitar muchos problemas asociados a contaminación e incidencia de enfermedades.
Por lo anterior, el criterio para seleccionar el método de producción y transporte de plántulas deberá ser acorde con las necesidades de cada proyecto. En ambos casos, las aplicaciones preventivas en la etapa de desarrollo de plántulas, deberán incluir Imidacloprid, Propomocarb, Bacillus subtillis y Clorotalonil, cuando se utilizan charolas con musgo o perlita. Si se utilizan charolas o cubos de lana de roca, se pueden utilizar los mismos ingredientes, agregando una mezcla de micorrizas para favorecer la acción protectora sobre las raicillas. La aplicación de estos productos deberá hacerse a través del riego.

Enfermedades fungosas

En las enfermedades causadas por hongos se recomienda el tratamiento desde la etapa de trasplantes con fungicidas específicos aplicados en riego a partir de 18-20 días después del trasplante. El control en invernadero podrá realizarse a partir de 25 días, con repeticiones cada 10-20 días, dependiendo de las condiciones de ambientales en el invernadero.
Para Tizón tardío se recomienda la aplicación foliar de B. subtilis con B. pumilis, combinadas con aplicaciones de Clorotalonil, corte de hojas dañadas y remoción de plantas en caso necesario. En control de Cenicilla se aplican los mismos productos dependiendo siempre de las condiciones ambientales. Si persiste su avance se puede aplicar Myclobutanil. Para Botritis se recomienda control biológico con Trichoderma harzianum cada 10-15 días a la base del tallo.

Enfermedades bacterianas

Para su control se requiere una estrategia sanitizante que incluye desinfección del invernadero, sistema de riego y sustratos. Existe una línea que incluye polifenoles, cuaternario de amonio, kasumicina, hipoclorito de sodio, dióxido de hidrógeno, yodo, bisulfuro de amonio, sulfato de estreptomicina y sulfato de gentamicina, cuya combinación en aplicaciones alternadas cada 15-20 días deberá ser supervisada por personal especializado en control bacteriológico. Adicionalmente, se realiza una inspección cuidadosa para detectar síntomas ocasionados por estas enfermedades, entre las cuales destacan Esclerotinia, Pseudomonas y Cancér bacteriano.