10 productos naturales para hacer tu operación más sustentable

Aceites esenciales:

Eucalipto, hisopo, romero, hierbabuena: Los aceites a base de materiales vegetales demuestran una capacidad de irritar a los artrópodos hasta el punto de sofocarlos. Esta técnica es una forma de simplemente aprovecharse de los mecanismos defensivos de la planta misma y brindarle esta defensa al cultivo.

Canela: Los aceites esenciales extraídos de la canela, parte de la familia laurácea, son ricas en compuestos protectores con beneficios antibacteriales.

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Piretrina, crisantemo: Hecha de las flores secas de crisantemo, la piretrina es un producto que presenta la ventaja doble de no tener ningún residuo porque degrada en poco tiempo, pero también brinda una alta toxicidad para un gran rango de insectos.

Aceite de árbol de té: Uno de los ingredientes fundamentales de los bioinsecticidas y biofungicidas más ubicuos del mercado orgánico, el aceite de árbol de té se destaca por ser uno de los contribuidores más impactantes en el gran auge y continuo crecimiento de la producción orgánica.

Por sus propiedades como desinfectante, el aceite de árbol de té ha ido al alza gracias al aprovechamiento de unos científicos israelíes que al fin y al cabo lograron integrar sus compuestos naturales como biofungicida en productos biológicos que ahora están disponibles en los principales mercados agrícolas del mundo.

Extracto de chile: La capsicina es el repelente natural por excelencia, y este extracto ya forma parte del programa de controles biológicos entre muchas de las operaciones alrededor del territorio mexicano.

Extracto de ajo: el extracto contiene compuestos de azufre que sobreexcitan el sistema nervioso de insectos y ácaros produciendo desorientación y repelencia.

d-Limonene: es el componente principal del aceite derivado de la cáscara de los frutos cítricos, siendo su primer beneficio el de afectar el sistema nervioso de los artrópodos con una muy baja toxicidad para el consumo humano.

Otras opciones sustentables

Silicio: La ventaja más estudiada del silicio en los procesos fisiológicos de las plantas tiene que ver con su capacidad de apaciguar el estrés abiótico y biótico. Aunque no se entienden bien los mecanismos moleculares hasta la fecha, sí se ha demostrado la protección en un gran rango de plantas y factores que contribuyen al agobio de la planta. La fortificación del sistema de defensa de la planta se realiza con el espesamiento del tejido epidérmico al efecto de proteger las raíces y acelerar los procesos químicos de la planta para responder al estrés.

Más allá de estas superioridades fisiológicas, el silicio también brinda algún apoyo en la lucha contra las plagas. Algunos entomólogos han propuesto que los tratamientos de silicio han ayudado a que se minimice la ovoposición de los áfidos.

Tierra de diatomeas: El resultado de siglos de la descomposición de los fitoplánctones que vivían en los ríos y océanos antiguos, la tierra de diatomeas presenta eficaz contra varios insectos debido a las partículas abrasivas y los absorbentes que componen este material.

Feromonas: Compuestos por las múltiples variaciones de sustancias químicas de los insectos con el propósito de provocar una reacción en otros individuos de su misma especie, las feromonas pueden ser aprovechadas para inhibir la reproducción.

10 productos naturales para hacer tu operación más sustentable

La utilización de feromonas demuestra utilidad en atrapar a los insectos como la mosca blanca, como se observa en esta operación de pepinos cultivados en malla sombra.


Fuente: “Insecticidas biorracionales” por Dr. H. O’Farrill-Nieves, Univ. de Puerto Rico-Mayaguez