Sistemas productivos mediante el manejo de fertirrigación

Después de casi 15 años, la fertirrigación de los cultivos de campo abierto ha evolucionado de tal manera que ahora podemos encontrar sistemas que aprovechan la salinidad del agua de riego y de los sustratos, para mejorar las cualidades organolépticas de algunas variedades de tomate.

Podemos encontrar resultados de estas aplicaciones, principalmente en Baja California y Sinaloa, y de manera incipiente en Tehuacan, Puebla, donde el contenido de sales aporta una diferenciación importante al sabor de los frutos cosechados en esas regiones.

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Por otra parte, las nuevas tecnologías de sustratos y semillas han avanzado de tal forma que ahora la fertirrigación es un complemento necesario para aprovechar el potencial productivo que ofrecen estas tecnologías de manera integral. Es decir, que en la actualidad no podemos entender el uso de la fertirrigación, sin sus complementos.

Prácticamente el 80% de la superficie cultivada de hortalizas en México, utiliza ahora las técnicas de riego por goteo y fertirrigación, las cuales se pueden aplicar lo mismo en tomates, que en pimientos, pepinos, calabacitas, berenjenas, ejotes, lechugas, sandía, melón y espárrago.

 

¿Demasiados nutrientes?

Algunos estudios han revelado que. al existir una mayor disponibilidad de nutrientes, las plantas podrían dejar de producir los compuestos flavonoides antioxidantes, y por lo mismo, se considera que los productos orgánicos pueden ser más beneficiosos para la salud de los consumidores. En un caso extremo, podemos encontrar que, aquellos cultivos que reciben una cantidad ilimitada de nitrógeno, podrían reportar cierto grado de contaminación debido a la acumulación de nitratos.

Todo ello nos indica que la fertirrigación, al ser una herramienta para incrementar los rendimientos, deberá ser utilizada de manera razonable para lograr un beneficio sin detrimiento del medio ambiente o de la salud de los consumidores.

 

Puntos básicos

De acuerdo con los especialistas, la mejor forma de aprovechar los sistemas de fertirrigación comienza por identificar la calidad del agua que será utilizada, haciendo énfasis en pH, conductividad eléctrica (CE), presión osmótica, sales disueltas, suma de cationes y aniones, relación de absorción de sodio, y presencia de calcio y magnesio.

El segundo paso a considerar, tomando en cuenta las condiciones del agua y del suelo, es el manejo de aguas salinas, lo cual es un problema recurrente en México. Para enfrentar este problema existen varias opciones: uso de variedades tolerantes, modificación de las técnicas de riego, uso de secuestrantes y acondicionadores del agua, mezcla de aguas, lavado de sales, y prevención de obturaciones de la tubería de riego.

 

Análisis de agua

Para obtener un buen resultado, es necesario conocer las características del agua de riego y aplicar las medidas correctivas. En caso de ser necesario el ajuste del pH, se pueden neutralizar los bicarbonatos, dosificando los fertilizantes de acuerdo con los elementos que aportan para evitar un exceso de elementos minerales que pudieran ser nocivos.
Generalmente, el contenido de amonio, calcio y magnesio, puede aprovecharse; mientras que el contenido de boro, cloro y sodio puede ser causa de alguna toxicidad.

El tema de la salinidad nos ayudará a seleccionar el sistema de riego más adecuado, y al mismo tiempo nos ayuda a determinar las necesidades diarias de lavado de la tubería para evitar la acumulación de sedimentos.

Otro dato de importancia, es determinar la presencia de partículas sólidas, tales como arena, algas o materia orgánica, a fin de seleccionar el sistema más adecuado de filtrado, cuyos orificios deben ser menores al tamaño de las partículas presentes en el agua.

 

Análisis de suelo y sustratos

Los valores encontrados en los análisis de fertilidad del suelo, nos indican el potencial del mismo para aportar y adsorber nutrientes, mientras que los análisis del extracto de la solución del suelo (o sustrato), nos indica la disponibilidad real de nutrientes y particularmente las reservas de fósforo y potasio.

El porcentaje de sales disueltas es un indicador para determinar la frecuencia y el volumen del lavado que se requiere realizar para evitar la acumulación de sales y los taponamientos.    

  
Análisis foliares

Los análisis foliares y del extracto de savia, aportan información puntual sobre el estado nutricional de la planta y los efectos causados por posibles deficiencias o toxicidad. También sirven de indicadores sobre los niveles óptimos de nutrientes que requiere la planta en diferentes etapas de su desarrollo; incluso sirven para determinar el nivel de reservas, a través de los porcentajes de almidón; pero quizá lo más importante es que permiten realizar las correcciones necesarias para optimizar la nutrición.

Para ello, se requiere analizar no sólo las hojas cuya respuesta al crecimiento es más lenta, sino también los tejidos conductores, es decir, tallos, peciolos y brotes axilares, ya que las nuevas variedades que producen una gran cantidad de biomasa, requieren asimismo de fuentes directas para analizar el contenido de nutrientes.

Los análisis bromatológicos que se aplican a los frutos y la planta, nos permiten conocer la extracción real de minerales, carbohidratos, aminoácidos y proteínas. Con ello, se puede determinar la relación de los elementos N-P-K y también determinar la composición de los frutos respecto a otros elementos minerales que pueden ser de importancia en el manejo de la fertirrigación.

 

Conclusiones

Finalmente, debemos mencionar que los diferentes análisis descritos en este artículo no son una panacea y deben servir de complemento para integrar el programa de fertirrigación.

En algunas ocasiones se ha observado que los principales errores en la aplicación de nutrientes son originados por una técnica de muestreo equivocada, una recolección deficiente de las muestras, o una mala interpretación de los resultados obtenidos. También es necesario verificar que los laboratorios cuentan con la experiencia y el equipo adecuado para realizar los análisis en el tiempo requerido.

En suma, los análisis, son una herramienta más para obtener un mejor resultado en la práctica de la fertirrigación.

 

 

 Referencias:
• H. Burgueño, Fertirrigación de cultivos de hortalizas. Seminario de Fertirrigación. UAAN 2004.
• C. Cadia. Fertirrigación de cultivos hortícolas y ornamentales. Mundi-Prensa, Madrid. 1998.