Mallas de protección

Mallas de protección

El sombreo con malla sombra negra ayuda a bajar la temperatura de las hojas en la parte inferior de la planta y a reducir la corriente de transpiración de la planta y la evaporación del suelo. Esto permite crear un mejor ambiente de crecimiento para las plantas, al ensalzar el crecimiento vegetativo de las mismas.

Publicidad

 

Factores naturales

Durante el invierno, el sol está más bajo en el cielo, los días son más cortos y la radiación solar toma más tiempo en atravesar la atmósfera para llegar a la Tierra. Cuando la radiación llega al suelo, el ángulo de radiación es mucho más amplio y la energía se esparce en una superficie mucho más grande que durante el verano. Esto reduce la intensidad y capacidad de calentamiento de la radiación solar.
 
Aún así, los invernaderos pueden calentarse bastante durante días de invierno, permitiendo la maduración del fruto e incluso provocando posibles quemaduras de sol.
 
Al acercarse el invierno, las plantas cargan frutos fuertes; los productores se afanan en el manejo apropiado de la cosecha para evitar sobreofertas en el mercado que propicien una reducción potencial de precios.
 

Mallas durante el invierno

Durante el invierno, es de suma importancia proteger los cultivos de posibles daños climáticos — aún dentro del invernadero. Por ejemplo, los cultivos de pimientos en invernadero pueden llegar a sufrir temperaturas veraniegas de hasta 35°C. La utilización de malla sombra negra es una opción viable para la protección de los cultivos.
 
Al proteger los cultivos del daño del sol, la temperatura de las hojas en la parte inferior de la planta disminuye. Adicionalmente, la malla sombra negra reduce la corriente de transpiración de la planta y la evaporación del suelo. Estos factores optimizan el ambiente de crecimiento de las plantas, ensalzando el desarrollo vegetativo de las mismas.
 

Protege la maduración del fruto

En las condiciones anteriores el productor obtendrá plantas fuertes y saludables con altos índices de polinización antes de la temporada de invierno. Es importante notar que la cosecha comienza en el invierno y al bajar las temperaturas, también se reduce el proceso de maduración.
 
Por eso, la cobertura con una malla negra en enero, ayuda a desacelerar el proceso de maduración, protegiendo también al fruto de posibles quemaduras del sol. Además, se ha demostrado que cuando las temperaturas nocturnas son muy bajas, las mallas protegen al cultivo contra daños por heladas. El resultado final es un periodo de cosecha extendido y menos daños al fruto.