La evaluación integral de salud del suelo proporciona mejor control

La siguiente entrevista a Thomas Bjorkman, Profesor de fisiología de cultivos hortícolas de la Universidad Cornell ,  quien ha estado trabajando con el Laboratorio de Pruebas de Salud de los Suelos de Cornell, contiene sus comentarios respecto a la prueba “Evaluación Integral de Salud del Suelo” que realiza el laboratorio, así como sobre la importancia de conocer más que sólo los niveles de nutrientes de los suelos para producir cultivos saludables.

La última versión del manual  “Evaluación Integral de Salud del Suelo, el Marco de Trabajo de Cornell”, describe los indicadores y las estrategias de manejo para la mejora de los suelos, utilizados en dicha evaluación. Este manual puede ser descargado de forma gratuita en inglés:  http://soilhealth.cals.cornell.edu/training-manual. Las Pruebas de Salud del Suelo están disponibles desde el 2006, pero Bjorkman dice que han sido actualizadas para que obtener resultados más rápidos y a mejor costo.

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P: ¿Por qué es importante que los productores tengan más información sobre sus suelos, además de los niveles de nutrientes que contienen?

Bjorkman: Estas pruebas les permiten saber cuáles aspectos de la labranza del suelo requieren un mejor manejo para mantener la productividad de las tierras.  Aun cuando muchos productores toman el suelo con las manos para sentirlo, e incluso lo huelen y lo saborean, la calidad biológica y física de los suelos ha disminuido. Muchos estudios de investigación realizados en las granjas han demostrado (y muchos productores lo han reconocido) que las pruebas de calidad de los suelos son esenciales, porque les permiten tomar decisiones de manejo más efectivas.

P: ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre las nuevas pruebas de suelo de Cornell y las otras pruebas de suelo que se encuentran en el mercado?

Bjorkman: desde hace algún tiempo se realiza la medición de las propiedades físicas y biológicas del suelo.  El equipo de Salud del Suelo de Cornell decidió desarrollar algunas pruebas que cumplen con varios criterios.  En primer lugar, las pruebas tienen que ser relativamente baratas y rápidas de realizar. En segundo lugar, deben ser repetibles, para que los productores puedan recolectar las muestras dentro de límites de tiempo y de condiciones de suelo razonables.  En tercer lugar, las pruebas deben ser agronómicamente importantes y deben reflejar de manera exacta las condiciones que los productores están tratando de manejar.

El equipo de evaluación ha estado utilizando métodos de análisis de información “Big Data” para aprovechar los miles de resultados de las muestras, para interpretar y asignar un significado práctico a los valores obtenidos.  Considero que esa interpretación es esencial para que las categorías de suelos malos, de condición aceptable y suelos buenos, realmente aporten valor.

Las pruebas actuales equilibran esos criterios para proveer un paquete que ofrece información a los productores sobre las medidas que pueden aplicar a un costo razonable.

P: ¿Por qué deberían medir los productores la actividad microbiana y el nitrógeno orgánico del suelo?

Bjorkman: El nitrógeno orgánico es el banco de nitrógeno mineralizable que el cultivo puede extraer en los siguientes ciclos agrícolas.  La actividad microbiana refleja la cantidad de microorganismos presentes en el suelo que permiten mineralizar el nitrógeno y realizar otras funciones valiosas de mejoramiento del suelo.

P: Las nuevas pruebas de suelo con frecuencia recomiendan dos prácticas de manejo para mejorar la salud del suelo: reducir la labranza y reforzar el suelo mediante cultivos de cobertura. ¿Qué beneficios tendrán los productores si hacen ambas cosas?

Bjorkman: La labranza ofrece un beneficio a corto plazo para el crecimiento del cultivo, pero ocasiona un deterioro a largo plazo. La labranza hace dos cosas dañinas: descompone los agregados del suelo y provoca que la materia prima sea consumida con mucha rapidez. Al reducir la labranza se vuelve más lenta la tasa de deterioro de los dos parámetros con los que se mide la salud del suelo.

Los cultivos de cobertura aumentan la cantidad de materia orgánica que tiene el suelo y las raíces vivas producen nuevos agregados.  Es posible elegir los cultivos de cobertura ideales para cumplir con esas metas y  que sirvan al mismo tiempo para suplementar a los cultivos hortícolas que dejan muy pocos residuos de la cosecha, o que producen pocos agregados.

Es posible combinar ambas prácticas para que los cultivos de cobertura ayuden a aflojar el suelo y supriman las malezas, sin tener que recurrir a la labranza.  Sería muy valioso que los productores pudieran utilizar métodos con menos labranza antes de que se deteriore la salud de sus suelos y sobre todo antes de que hayan comprado todo el equipo necesario para un sistema de labranza intensiva. Este tipo de pruebas ayuda a que los productores se mantengan alerta para evitar que la condición de sus suelos se deteriore.


Este artículo originalmente fue publicado en inglés en la revista American Vegetable Grower.