Gremios a favor de la humanización del campo

Gremios a favor de  la humanización  del campo

Para individuos como yo, que nos tocó crecer en los 80’s, ser testigos de la actual evolución del mundo es algo alucinante. ¡Caray! Temas de películas de ciencia ficción, aun las más impresionantes, hoy son rebasadas por la realidad.

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Ver los temas de robótica y cómo éstos son opciones para solventar la crisis de mano de obra que hoy se vive, o hablar de inteligencia artificial para aplicaciones productivas, te deja con la boca abierta. Escuchar la capacidad que hoy tienen las máquinas para aprender y tomar decisiones, basada en información que obtienen de mil fuentes de la red, aprender de la interacción del medio ambiente y demás elementos para fijar una acción que permita ganar eficiencias en riegos, nutrición, protección o manejo; es increíble. Vamos, con las capacidades de estas tecnologías, me duele la cabeza de intentar vislumbrar todas las posibles aplicaciones y entender su fundamento.

Sin duda, la cuarta revolución industrial es tan adelantada, que rebasó la capacidad de asombro y comprensión de muchos, pero en este mismo sentido, y volviendo a considerar la época de dónde vengo, pienso si estos adelantos podrían también marcar el principio del fin de la humanidad.

Y es que, aunque ahora posiblemente estés pensando en la película de “Terminator”, que de pronto no está tan descabellada, yo más bien me refiero a rasgos esenciales del ser humano que pudieran ser sustituidos por la tecnología tan avanzada.

Imagínate un mundo donde las relaciones humanas son reemplazadas por otros formatos de interacción, donde la toma de decisión ya no sea función de seres humanos y se pase por alto la intuición, experiencia o corazonadas que hacen de nuestro sector algo tan humano.

No sé si sea la tecnología la que nos esté llevando por el camino de la individualidad, pero es una realidad que hoy se le resta atención a la congregación y, consecuentemente, podría entonces promover que conceptos como “gremios”, “cámaras”, “asociaciones” y “clubes” sean pronto obsoletos.

Gremios a favor de  la humanización  del campo

Para que el análisis no sea tan subjetivo, hablemos de cómo se va desarrollando la verdadera crisis de integración social.

Actualmente en México existen más de 10 mil registros para diferentes asociaciones ligadas al sector agroalimentario. Como que, en algún momento de la historia, la moda fue constituir organizaciones especializadas.

El gobierno ha promovido también que las cadenas productivas se integren, con el fino propósito de centralizar las comunicaciones y la administración de programas oficiales específicos de cada industria.

Cuando surgen crisis (llámale de mercado) o controversias técnicas, comerciales, de seguridad o salud pública; la defensa obliga algún tipo de organización, tanto para financiar los trabajos y litigios, como también para llegar a comunes acuerdos en cuanto a la postura que esa industria asumirá sobre el caso en cuestión.

También a los partidos políticos les pareció buena idea entrarle a la organización de sectores del campo y con un obvio fin de aglutinar para crear núcleos de poder para fines electorales. Pero habría que poner en tela de juicio en cuántos de estos gremios reina el espíritu de bien común, con un verdadero orden de gobierno que represente la voluntad de la industria dictada por las mayorías y un genuino plan de sucesión que permita que sus dirigentes queden al frente sólo el tiempo justo para servir los objetivos comunes y no los propios.

Me pesa ver que con todo lo que se esta viendo venir, guerras comerciales, incertidumbre y controversias de todo tipo, las cúpulas del campo se están concretando más a la organización de congresos, que entrarles a los temas que podrían marcar el futuro de a quienes representan.

Y aunque tampoco quiero restar importancia a este tipo de eventos, ya que soy total defensor de dicho concepto; veo aún vital la oportunidad de reunir a las membresías, bajo un programa de conferencia y así promover una mayor integración, aunque cada vez son mejor organizados y con buenas concurrencias.

El punto que pretendo hacer es que la organización de eventos no debería de ser el único fin de una asociación de productores. Vamos a analizar el top 10 de los principios que las organizaciones sectoriales deberían incluir y trabajar, para así poder ser de valor para quienes representan, y de esta forma podemos hacer de esta historia, una guía, en vez de crear controversia.

Gremios a favor de  la humanización  del campo

Estos principios básicos son:

1.- Integración de la industria. Esto, en esencia, es lo más importante, ya que entre más integrantes de una industria se afilien a un gremio, se valida y se convierte en su voz. Que de lograr ir más allá de sólo reunir gente en común y conseguir incorporar a sus mayorías, entonces se convierte en cúpula, con capacidad verdadera y representativa para gestión y voz oficial de sus agremiados.

2.- Profesionalización y superación de socios. El principio básico está en que la “vanguardia jale a la retaguardia”. Y es que pensar que puedes integrar sólo a los mejores es un error, porque entonces los peores estarán por su propia cuenta representados y podrían desmerecer la imagen de lo que la unidad busca, y termina por crear conflictos internos. Además, esta es la oportunidad de fomentar la excelencia y reconocimiento de una industria unida.

3.- Defensa y representación. Un gremio debe ser un frente de defensa y, en su caso, de ataque para fijar posturas y ser la voz de los intereses del grupo. A veces las organizaciones confunden la colaboración con la amistad. No se puede ser amigo del gobierno, por decir un ejemplo, y es que sólo se puede ser cooperador, ya que habrá días que el gobierno actuará contrario a los objetivos e intereses de la organización y ésta deberá estar lista para confrontarlo, ser fuerza opositora y estar libre de todo compromiso y amistades que puedan afectar la promoción de una negociación.

4.- Promover el bien común. Aquí es donde los parámetros son la herramienta ideal, no hay organización más valiosa que la que estandariza su membresía. Y ojo, esto no va en contra del principio número uno, ya que al fijar estándares que promuevan dicho bien común, un gremio deberá ayudar a quienes están fuera de éste a alcanzarlo y así es que hacemos fuerte a los principios número uno y dos: integrar y profesionalizar.

5.- Gestar valor a la membresía. Esto se refiere a contar y desarrollar servicios que apoyen a sus socios. Hay aspectos que de forma individual son complicadas o ineficientes, pero cuando la ventaja del volumen te permite negociar beneficios o hacer servicios y productos en serie para los socios, entonces la cuota gremial valió la pena, ultimadamente de la fortaleza y representatividad del gremio.

6.- Promover su autonomía y solvencia. Una organización debe estar libre de compromiso y deudas que afecten la objetividad de sus trabajos. Recibir dinero de gobierno, por continuar el mismo ejemplo, muchas veces compromete esta autonomía; por lo que todo gremio deberá contar con un sistema acordado de recaudación de recursos financieros, provenientes de la misma membresía, con la cual deberá solventar su operación básica y plan de trabajo. Sólo así es cuando la podemos considerar autónoma.

7.- Desarrollar un programa de trabajo proactivo. Las organizaciones deben ser estudiosas del entorno de la industria que representan, deben siempre poner atención a los elementos y factores que puede influir cambios. Entonces, muchas de sus gestiones y acciones deben anticipar situaciones y con suficiente inventiva para poner a sus representantes en posiciones más cómodas. Es decir, adelantarse a situaciones que pudieran afectar y así ganar competitividad para sus agremiados. Esto no significa que nunca deberá reaccionar; si alguna controversia se suscita la cúpula del sector debe estar totalmente habilitada, capacitada e integrada para entrarle a las batallas y ser frente de defensa, aunque esto se toca en el punto 3. Estar listo y bien armado para los golpes es también proactividad.

8.- Poseedor de la inteligencia. Quien tiene la información tiene el poder y domina el negocio, una organización que no sea capaz de gestar estadísticas y datos reales en tiempo y forma sobre su industria no debería jactarse de ser cabeza de sector. Hoy la información es clave.

9.- Promover, comunicar y difundir. Los gremios deben ser el aparador de sus industrias, éstas deben siempre contar con estrategias que hagan saber al mundo y a los eslabones de la cadena que interactúan con sus socios de las fortalezas, beneficios, logros y todo lo positivo que hay que decir sobre sus miembros. La comunicación es clave y ésta debe ser tanto al exterior como al interior, porque tampoco es válido que el socio no cuente con la información necesaria y su organización no mantenga una íntima comunicación con su membresía.

10.- Promover orgullo, identidad, lealtad y arraigo hacia el sector. Un gremio unido es clave, y esto se logra con fines en común, afinidad e integridad. Toda organización debe llevar este principio a su máxima expresión.

Gremios a favor de  la humanización  del campo

Y con estos diez puntos me ahorro cualquier malentendido de que alguna organización de las que hoy son mis aliados se sienta aludida.Además debo aclarar que la actual crisis a la que hago referencia no necesariamente es culpa de las organizaciones. ¡No! Sino todo lo contrario, veo directivos muy comprometidos y equipos de trabajo altamente profesionales y dedicados. Más bien pienso y debo decir que la crisis está en la apatía, son los socios los que deben también fortalecer a sus organizaciones: éstos deben de participar, exigir y colaborar.

Creo que hay muchas oportunidades y que, con lo revuelto de los ríos, hoy se abren nuevos horizontes, capacidad de globalizar la oferta y, sobre todo, que, a través de estrategias de comunicación y acuerdos congruentes, la verdadera oportunidad de los gremios está en revaluar y gestar valor a los productos del campo.

La justicia social incluye al agricultor y éste merece una mejor retribución por su trabajo, los gremios activos de México deben conjuntar esfuerzos y hacerle ver, tanto al consumidor como a los eslabones que lo anteceden, que hacer valer los alimentos pudiera significar la sobrevivencia de la humanidad bajo un mundo de paz.