Fisonomía de un líder agrícola

Fisonomía de un líder agrícola

¿Qué nos hace humanos? Estamos en un momento que transcenderá en la historia universal, en el que creo que el futuro será determinado por la habilidad de volver a las bases de la humanidad. Y, si mi teoría es correcta, entonces habría que cuestionarse: ¿dónde están los verdaderos líderes? ¿Por qué es tan complejo identificarlos?

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¿Has pensado qué sería hoy del hombre si tuviéramos que recurrir únicamente a las tecnologías disponibles del siglo XIX? Sólo imagínate sin celular, aire acondicionado, internet, ni siquiera con un ordenador… ¿Qué tanto estos adelantos que nos facilitan la vida nos roban nuestra humanidad de forma simultánea?

Este orden de ideas para nada implica una manifestación en contra de la tecnología. Vamos, todos recurrimos y usamos alguno de estos adelantos de forma diaria. Quizás el punto es analizar qué tan peleada está la convivencia con la tecnología mientras se fomenta el continuo desarrollo y ejercicio de las habilidades humanas como: pensar, dialogar, sentir, experimentar, convivir de forma presencial, etc.; porque al final del día, los liderazgos que se requieren y la mentalidad adecuada sólo se lograrán a partir de recuperar la sensibilidad que caracteriza a los mejores.

Mucho hemos hablado de lo que hemos avanzado en materia de producción, tecnología, mercados y competitividad en el sector agrícola. Sin embargo, el mundo es dinámico, y aún hay mucho que hacer. Los cambios sociales y políticos, las necesidades de alimentar más gente, tener que ser aún mejor para cubrir los requerimientos de los mercados… Son tiempos frágiles y el camino que se requiere aun transitar es largo. La prioridad es buscar las voluntades para llegar a los mejores acuerdos que permitan la reconversión productiva, modernización, organización y gestión de valor, buscando más el bien común que el de unos pocos.

Reitero necesario el cambio de mentalidad, migrar hacia una cultura empresarial, lograr una visión de largo plazo y hacer los estudios y análisis para promover la modernización en nuestro sector y nuestras empresas.

Con la intención de hacer esta transición un camino más ameno, analicemos los ejes de la política del campo que hoy deberían estar en la mente de los líderes que encabezan los principales gremios de la industria para ser adoptados de manera inmediata:

1.- Cambio de mentalidad

  • Es necesario sembrar ambición, “fertilizar” con una visión global gestionando el valor de lo producido y procesado a través del campo.
  • Cosechar los logros, poniendo como ejemplo las historias de éxito para que éstas se puedan replicar.
  • Hacer una reconversión sobre la idea del paternalismo y preparar a nuestro campo para adoptar una actitud verdaderamente empresarial, es decir, que la contribución del gobierno fomente la rentabilidad y riqueza que permita las inversiones de fondos privados para la modernización e innovación tecnológica. Asimismo, que los recursos del erario sean invertidos en gestionar negocios, identificar mercados, abrir fronteras y para desarrollar el capital humano, así como en infraestructura que permita el aprovechamiento de dichas oportunidades bajo un formato profesional que reposicione a México por su confiabilidad.

2.- Reposicionamiento del campo

Reconocer al sector primario como una de las principales turbinas de desarrollo productivo, económico y social y así poder contagiar su entusiasmo al resto del país, para también sumarlo a la agenda pública en general como base y prioridad de la estrategia política nacional.

Tenemos que recuperar el amor y orgullo nacional, repatriar a nuestro campo en los corazones de los mexicanos. Si esto se logra, se puede atraer inversionistas tanto nacionales como extranjeros, ajenos o partícipes de la actividad primaria. En el mundo, e inclusive en nuestro país, hay mucho dinero ocioso; el campo puede ser una inversión inteligente con buena rentabilidad.

3.- Gestión congruente

El campo mexicano ha sido un sector reactivo que muchas veces se deja influir por modas y tendencias y sólo en ocasiones reacciona ante ciertas contingencias. Eso debe cambiar inmediatamente y se debe buscar la transición hacia la proactividad. Cuando hablamos de congruencia, nos referimos a que cada proyecto que se impulse debería ser analizado y validado bajo una óptica total, es decir, que el proyecto sea congruente económica, ecológica, comercial, técnica y socialmente.

Cada proyecto que se fomente debe ser altamente rentable porque se basa en la identificación y validación de un mercado de valor, capaz de consumir su oferta. Además, estará dotado con la tecnología óptima para lograr la productividad y competitividad requerida, bajo expectativas plenamente identificadas y estudiadas, mismas que no degraden el medio ambiente, promuevan equilibrio social mediante la creación de empleos de calidad y promuevan un impacto favorable a las economías regionales y locales.

Es decir, si los proyectos son rentables, tienen potencialmente el compromiso de llegar a mercados más redituables, gestando valor, las técnicas son eficientes, sustentables, productivas, competitivas, acordes al clima y fisiografía geografía y deben de contar con la gente adecuada y óptima, impactando favorablemente la localidad.

4.- Estrategia a largo plazo

Las soluciones deben de tener una visión global, sustentable y de largo plazo, promoviendo el bienestar común, el ordenamiento y el desarrollo integral. Las inversiones deben impactar y redituar.

5.- Profesionalización

Una de las mayores debilidades se encuentra en la formalidad y credibilidad, por ello, debemos siempre insistir en el cambio de mentalidad, sin perder nuestras raíces rurales, tenemos que incorporar el sentido empresarial y así convertimos no sólo en los principales productores y exportadores, sino en una de las industrias más serias y confiables del planeta en procesos, certificaciones, administración, eficiencia, promoción y manejo de crisis.

Necesitamos activar acciones, programas y estrategias para la formación, capacitación y comunicación estratégica, mejorar la calidad de la mano de obra, incrementar la capacidad técnica del personal especializado, fomentar el surgimiento de nuevos y/o mejores empresarios y así mostrar y evidenciar una mejor cara del campo.

En el ámbito público, quien trabaja de este sector debe ser gente experta en el ramo, se aprecia la experiencia burócrata, pero se requiere más experiencia y recorrido en los subsectores agropecuarios.

6.- Competitividad

Actualmente, el tema de competitividad en el sector de frescos significa destacar sobre los demás para permanecer en el mercado. En los productos agropecuarios, aun en nuestros días y a pesar de los grandes avances en materia de seguridad e inocuidad alimentaria, el consumidor internacional sigue desconfiando de los productos de origen mexicano.

Por lo anterior, se debe dotar al agro y habilitarlo para lograr cumplir las especificaciones comerciales del cliente, los requisitos oficiales de mercado destino y expectativas de éste.

Asimismo, ser proactivo en temas de seguridad, buenas prácticas, responsabilidad social y lograr la diferenciación que gane preferencias de los mercados.

Fisonomía de un líder agrícola

7.- Fomentar la innovación y la investigación aplicada

México es proveedor de tecnologías productivas para el país más diverso del mundo, pero además de seguir innovando y desarrollando, debemos de crear toda una industria para la generación de tecnología que promueva eficiencias en nuestro país, así como ingresos.

Queda mucho por investigar en relación con los procesos biogeoquímicos suelo-planta-atmósfera, microrganismos benéficos y la medición de variables de suelo y meteorológicas para usarlas en modelos de predicción que permitan mayor eficiencia en el uso del agua, fertilizantes y manejo de plagas y enfermedades. Necesitamos entender a la naturaleza para actuar en armonía y no en su contra, potencializar el clima en vez de pretender que con él podemos competir.

La investigación y transferencia de conocimientos y tecnología deben estar en sintonía con el sector productivo para así trabajar en las soluciones reales de las problemáticas actuales.

8.- Fomentar y desarrollar mercados y cadenas de valor

Ejercer acciones encaminadas a fomentar el desarrollo de negocios a nivel local, nacional e internacional, promoviendo a su vez la generación de valor mediante la integración comercial nacional y global de forma rentable, competitiva y sustentable. Fomentar modelos de negocio acordes a la escala de las unidades productivas.

9.- Promoción comercial y fomento a las exportaciones de alto valor

El mercado natural de México es la Unión Americana y Canadá, sin embargo, esto no limita la exploración de otros mercados por medio de la investigación. Lo anterior, no sólo con el propósito de buscar e identificar dónde se compra lo que vendemos, sino de reconocer necesidades para producir lo que nichos específicos, aun en Estados Unidos, pueden demandar, y que significan un margen de alto valor. Con una docena de tratados internacionales las oportunidades están sobre la mesa.

10.- Financiamiento para lograr autonomía comercial

El factor de financiamiento será primordial y, de ser manejado correctamente, podría sustituir la mayor parte de los subsidios. Es importante trabajar en estrategias que logren combinar la banca de desarrollo, la banca privada y los fondos mixtos gubernamentales (como garantías líquidas), a fin de activar este concepto desde instituciones en territorio nacional que liberen a los productores primarios de situaciones que los obliguen a comprometer su producción a través de canales de poco valor comercial. Una correcta estrategia financiera significa la autonomía comercial.

Potencia mundial

China, una potencia mundial de gran diversidad socioeconómica, ha construido una de las obras de ingeniería más imponentes de la humanidad, levantando una gigantesca cortina de concreto, considerada hoy como la segunda Muralla China.

La Presa de las Tres Gargantas ha sido la obra hidráulica más grande del mundo, con una inversión de 23 mil millones de dólares, almacena más de 39,000 millones de metros cúbicos del líquido vital y activará 26 grupos electrógenos con una capacidad combinada de 18.2 millones de kilovatios.

¿Qué será lo que tienen en mente los chinos? Creo que lo que pretenden alcanzar es la seguridad alimentaria para su pueblo, ya que en algún momento de la historia cayeron en cuenta de que, como nación, no tendrán la capacidad de dominar económicamente si no son capaces de alimentar a su gente.

Y aquí radica el otro secreto para el dominio mundial, es más importante para una nación con tales aspiraciones dotar a los habitantes con la capacidad monetaria para cubrir todas sus necesidades, que conformarse con una estrategia de producción para autoconsumo, y es aquí donde se interponen conceptos de autosuficiencia alimentaria, con seguridad alimentaria: la primera es sinónimo de estancamiento, la segunda es promotor de riqueza y desarrollo.

Es claro que los países que tienen agua, clima adecuado, territorio y están en capacidad de producir alimentos serán las potencias económicas del futuro mediato. Volvamos ahora a México:

Agua. A pesar de no ser lo suficientemente proactivo en materia de obras hidráulicas para conservarla y limpiarla, en nuestro país tenemos algo de infraestructura y mucho potencial fisiográfico para hacer obras de esta índole.
Suelo y clima. Aun con un mayor porcentaje de territorio accidentado, tenemos 31.1 millones de hectáreas del mejor suelo y clima para la actividad agrícola, siendo la envidia de los agricultores estadounidenses y canadienses; 71.9 de tierras ganaderas y 21 de bosques maderables.

Entonces lo que nos hace falta es la visión, voluntad y la mentalidad de ser una potencia mundial, como la que hoy demuestran ser los chinos.

En nuestro país se requiere que el empresario, tanto del sector agroalimentario como de otros sectores, los productores primarios, la sociedad en general, políticos y los gobernantes se den cuenta del gran potencial que se tiene en mano a través de nuestro campo y así se trabaje conjuntamente para fomentarlo y aprovecharlo gestando beneficios para el mexicano.

Nuestro México debería ser potencia mundial, no sólo por petróleo, minería, o por sus paradisíacos sitios turísticos; sino porque tenemos los recursos, el clima, el suelo, pero, sobre todo, por el capital humano que tenemos. Si queremos ser proveedores de alimentos para el mundo, tenemos que volver a humanizar el sector primario y hacer de sus habitantes un sector rico en todo sentido.

Artículo escrito por Eric Viramontes, director ejecutivo de Meister Media Worldwide México, casa editorial de la revista Productores de Hortalizas y Hortalizas.com