El sector social agrícola y su futuro

El sector social agrícola y su futuro

El crecimiento de la demanda agrícola hacia el año 2050 implica una reorganización del sector y su desarrollo. Los sistemas alimentarios coordinados ofrecen a las zonas urbanas alimentos estandarizados, así como oportunidades de empleo formal; no obstante, es imperativo que sean acompañados de inversiones responsables, que atiendan los medios de vida de los pequeños agricultores, y se preocupen por la huella ambiental, acompañado de un cuidado por la calidad de vida de los trabajadores. Esto produce sistemas alimentarios más eficientes, inclusivos y, especialmente, resistentes.

Publicidad

Sustentabilidad y viabilidad

Durante su participación en el Meister Media Worldwide Industry Summit, llevado a cabo en León, Guanajuato, el pasado mes de junio, Mario Steta, vicepresidente y director general de Driscoll’s México, señaló que los temas respecto al desarrollo social en el sector agro que deben tener prioridad son los referentes al trato con el trabajador: ¿cuál es el actual panorama de los empleados?, ¿cuál es el problema de la mano de obra y qué es lo que lo causa?, ¿cuál es el impacto de cuidar y procurar un buen ambiente de desarrollo social para los trabajadores del sector agro? —no sólo en el ingreso económico, sino en el desarrollo familiar-social integral como viviendas, escuelas, actividades recreativas y socioculturales, así como oportunidades de crecimiento—.

Los objetivos principales deben ser retener la mano de obra, evitar la migración, disminuir la fuga de capital humano, ofrecer desarrollos para levantar el área rural (viviendas) y, en general, cuidar al trabajador.

Mario Steta indicó que “la sustentabilidad y/o viabilidad de nuestro sector sólo se mantendrá si damos oportunidades a nuestros trabajadores del campo. Todos somos co-responsables: productores, empresas, autoridad, gobierno.” El futuro que estamos dejando hoy es un aumento en la necesidad de alimentos. Las condiciones sociales y en desigualdad no son sostenibles, lo cual lleva consigo una disminución en la posibilidad de la mano de obra. La demanda alimenticia es clara, así que le pregunta es: ¿cómo haremos para cubrirla?

La respuesta no se basa únicamente en la voluntad, también radica en una estrategia de negocio, es decir, si analizamos los sistemas socioeconómicos actuales, los extremos de distribución de riquezas continúan con su tendencia de separarse cada vez más: el 15% de la población recibe el 82% de las riquezas del mundo, la desigualdad continúa en aumento.

La disminución en la disponibilidad de la mano de obra para la agricultura, y en particular para la horticultura, debe modificarse a través de la equidad. Si no se cuida la fuerza laboral que se tiene, es un hecho y una realidad la fuga de la misma: ¿quién desearía trabajar en condiciones adversas y/o mal remuneradas?, donde no se habla de una ganancia referente sólo a lo económico, sino una remuneración en la calidad de vida y dignidad humana, hacia el individuo y hacia la familia.

El sector social agrícola y su futuro

¿Qué sucede en el campo?

La mayor población que genera la producción agropecuaria y pesquera en México es la que corresponde a personas de 15 años en adelante. Por lo tanto, ¿qué es lo que provoca actualmente una disminución en dicha fuerza de trabajo?

  • Edad: estamos comenzando a envejecer. La curva comienza a invertirse y los jóvenes comienzan a disminuir.
  • La disponibilidad de la gente capacitada es cada vez más limitada, debido a una fuga de capital de trabajo rural hacia la gran ciudad.
  • Existen malas y difíciles condiciones de trabajo.
  • Oferta de bajos ingresos con malas o nulas prestaciones.
  • Inequidad salarial y de condiciones de vida.

Debe existir un compromiso con procesos de estándares de cumplimiento para establecer una normatividad. En aspectos de tema laboral y de administración, se deberá probar que se cumplen con condiciones sociales y de trabajo. Ante esto, para mantener consumidores y generar buenas condiciones laborales, el vicepresidente de Driscoll’s expone lo siguiente:

  1. Cumplir con las leyes, los reglamentos, los convenios, y los estándares laborales.
  2. Proveer un ingreso digno (no sólo el salario mínimo).
  3. Crear mejores empleos y condiciones laborales (la tecnología juega ya un papel importante).
  4. Contribuir a mejorar la condiciones básicas de bienestar e infraestructura, dentro y fuera del área de trabajo.
  5. Colaboración y asociación entre los individuos, interna y externamente.

El modelo general, dijo, debe envolver no sólo implementaciones, sino limitaciones; aplicar la ley como lo indica y crear un compromiso hacia los valores de bienestar del trabajador.

El ingreso digno tiene barreras altas, como la presión competitiva a lo largo de la cadena de valor que acota márgenes y salarios, las reglas y leyes laborales con aplicación limitada, las instituciones débiles, e interferencia política.

Sin embargo, la colaboración y acuerdos entre todas las partes puede llevar a un desarrollo integral. Por ejemplo, la base de la filosofía social de Driscoll’s, comentó Mario Steta, es: “¿Cómo te hago mejor, cómo te enriquezco?”.

El sector social agrícola y su futuro

Pensar humanamente

Trabajadores mejor pagados, y en general mejores empleos, crean empresas sólidas con un amplio rango de vida. “Podemos cumplir con todas las leyes, firmar todos los reglamentos, pero eso no garantiza la mejora de las condiciones de la gente. Se trata de tener trabajadores sanos, en comunidades, en infraestructura, y en su digno trabajo y vida”, enfatizó Steta sobre la importancia de pensar humanamente en el trabajador como persona.

Agregó que la creación de alianzas y sistemas que puedan transmitir la información y los valores es primordial para los años venideros, para organizar, comunicar y regular. La Alianza Hortofrutícola Internacional para el Fomento de la Responsabilidad Social (AHIFORES) es un ejemplo digno de mencionar.

Su idea surgió de la necesidad para abordar los temas sociales y laborales para generar, con los esfuerzos individuales y colectivos, de industria y autoridades, oportunidades y soluciones que mejoren el recurso humano, y la propia industria. Actualmente involucra a más del 80% de los integrantes del sector hortofrutícola de México.

Quedarse sentados y seguir el modelo anterior, donde el trabajador no alcanza a cumplir sus necesidades, no es opción, porque al final, el trabajador es la base del sector, mismo que tendrá mayor demanda en próximas décadas.

Se debe trabajar por las expectativas de los consumidores y los clientes, por el cumplimiento de la ley, y por la estrategia de la supervivencia del negocio. Al final, depende de cada uno de nosotros, y de nuestro nivel de compromiso con la sociedad y con el sector.