Alternativas al uso de bromuro de metilo

Alternativas con futuro

La prohibición del uso del bromuro de metilo y la necesidad de encontrar fuentes alternativas para desinfección del suelo en cultivos de hortalizas, ha motivado a realizar constantes experimentos con sistemas de solarización, vapor, biofungicidas y microondas, que operen a un costo más bajo sin degradar el medio ambiente.

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Aunque algunos de estos equipos se encuentran en fase de experimentación, podrían revolucionar la forma de desinfectar grandes áreas de cultivo sin emitir contaminantes.

 

Desinfección electromagnética

Según estudios realizados por empresas holandesas especializadas en la desinfección de suelos, la posibilidad de utilizar ondas electromagnéticas ha sido probada desde hace cinco años con equipos especiales que utilizan una combinación de tubos de microondas que emiten hasta 150,000 wats de energía electromagnética.

La radiación y el calor generado por estos equipos es suficiente para eliminar todos los agentes patógenos y las bacterias hasta una profundidad de 50 cm. Actualmente, las pruebas más importantes se han realizado en cultivos de invernadero, utilizando aparatos que utilizan energía eléctrica de un generador (a diesel) de 230 kVA, aunque también se están haciendo pruebas para reducir la necesidad de energía necesaria para mover los equipos de desinfección.

Una de las preocupaciones al utilizar estos equipos, está motivada por la posibilidad de emitir radiaciones que pudieran afectar a los trabajadores u operarios de los equipos.

Los equipos generadores de microondas permiten eliminar todo tipo de patógenos, incluyendo Fusarium, Rizoctonia, e incluso ácaros, insectos y malezas que se encuentren en el suelo.

Sin embargo, el centro de investigaciones TNO de Holanda, ha comprobado que estos equipos no emiten radiaciones fuera del suelo, y su empleo es seguro, aunque siguen realizando pruebas en diferentes tipos de suelos y condiciones climatológicas.

Los equipos generadores de microondas permiten eliminar todo tipo de patógenos, incluyendo Fusarium, Rizoctonia, e incluso ácaros, insectos y malezas que se encuentren en el suelo. De acuerdo con los reportes de las empresas holandesas, el costo por desinfección se abate hasta en un 80%, comparado con las aplicaciones de gases o vapor en el suelo, con un costo aproximado de 20 a 30 mil pesos por hectárea (€1,250 a 2,000 euros/ha).

Una de las desventajas del sistema es que, al igual que otros sistemas de desinfección, destruye bacterias y microorganismos benéficos, con lo cual se hace necesario realizar aplicaciones de productos que estimulen la reposición de los microorganismos en el suelo. 

 

Colectores solares

Otras tecnologías que comienzan a tener eco entre los productores, son los sistemas de calefacción por medio de celdas solares. Investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo, están probando equipos solares con capacidad de calentar agua hasta 90ºC mediante acumuladores de calor que utilizan la capacidad de transmisión de calor del agua para incrementar la temperatura del invernadero durante la noche.

Los estudios realizados por un bufete de tecnologías alternativas, han revelado las ventajas de utilizar colectores solares combinados con sistemas de concentración de calor que utilizan lentes y espejos que captan una mayor cantidad de energía.En estos estudios, se ha determinado que en la mayoría de las regiones agrícolas de México, la insolación alcanza niveles de 5 kwh/m2 al día, lo cual es suficiente para lograr un aprovechamiento eficiente de los sistemas de calefacción solar.

Los nuevos equipos se utilizan para calentar agua y aire, combinando diversas tecnologías, tales como los termotanques (aislados), para conservar el calor generado durante el día mediante tubos de distribución por los que circula agua de 40 a 60ºC, así como acumuladores externos de calor que utilizan una base de piedras para conservar el calor que se genera en cortinas de polietileno ubicadas en las paredes del invernadero.

 

Zonas con capacidad solar

Todos estos equipos se encuentran instalados principalmente en los estados de Baja California, Chihuahua y Sonora, donde se están realizando diversas pruebas de sus aplicaciones. 

En una comunidad del Valle de Juárez, Chihuahua, se están utilizando concentradores de calor y sistemas colectores con tubos aislados que generan hasta un 15% de las necesidades de calor de los invernaderos en esta región, que es particularmente fría.

En otro proyecto, se ha instalado un sistema de calefacción híbrido que utiliza una caldera convencional, la cual se complementa con un sistema de calefacción solar para reducir el consumo de gas LP.

En otras regiones, tales como Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí, se realizan pruebas para utilizar la energía geotérmica en la calefacción de invernaderos, haciendo circular agua procedente de pozos profundos, donde la temperatura del agua alcanza más de 70ºC.

En realidad, en estos proyectos se puede utilizar el agua caliente para alimentar los sistemas de calefacción, pero es necesario enfriarla o buscar fuentes alternativas para el riego de los cultivos.

Otros experimentos utilizan captadores de calor, mediante tubos enterrados a una profundidad de uno a dos metros — donde la temperatura del suelo se mantiene por encima de 15ºC — y mediante un sistema de circulación se introduce aire caliente en invierno para incrementar la temperatura del invernadero. 

 

Biorreactores

Otra de las tecnologías que podrían estar presentes en los invernaderos son los biorreactores, los cuales aprovechan los desechos del cultivo para producir CO2, aire caliente, energía eléctrica, composta y ácidos húmicos en una sola operación de combustión.

Estos equipos, que ya han sido probados en Alemania, Canadá, Brasil, y los Países Bajos, podrían estar muy pronto en alguno de los invernaderos que cuenten con desechos de hojas y tallos en cantidades suficientes para abastecer la capacidad de combustión de estos equipos. Por el momento, los requerimientos estimados para una operación eficiente son de 15 a 20 toneladas de hojas y tallos por semana.

La oportunidad de aprovechar estos recursos podría marcar una gran diferencia en las operaciones de cultivo en invernadero. En este sentido, se espera una reconversión importante que, al mismo tiempo que permita reducir el consumo de combustibles, haga una aportación importante al medio ambiente, ya sea mediante sistemas “verdes,” o de preservación
del mismo.