Situación actual de la modernización del TLCAN y oportunidades para el sector (1/2)

La negociación es un arte, tan fuerte como un concepto y tan frágil como un detalle. La imagen a poner atención es que una negociación, como cualquier escultura, conlleva tiempo y, sobre todo, estrategia para abordar la materia a pulir y de esto, finalmente obtener el mejor resultado respecto a los objetivos deseados, mismos que darán una continuidad al objetivo general.

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Kenneth Smith Ramos es un especialista en esta arte, con una amplia trayectoria en el gobierno Mexicano y una puntual experiencia en negociaciones comerciales internacionales. Fue parte del equipo negociador de México durante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que logró importantes puntos de acuerdo tripartita. Jefe de la negociación técnica del país para la organización del TLCAN y sus varios panoramas que analizaremos sobre las oportunidades que representan para México y para la industria agroalimentaria.

Smith nos dice que “platicar la historia del TLCAN, la renegociación, por qué se hizo, cuáles fueron los principales retos y la importancia que reviste el tratado como una plataforma de exportación para los productos agropecuarios mexicanos, es un conocimiento puntual para comunicar”. Los beneficios a lo largo de los años y cómo buscamos modernizar este acuerdo (instrumento) en este proceso de modernización que involucró los últimos dieciocho meses (respecto al tiempo que se realizó), alterno a las amenazas norteamericanas de aranceles en distintos países, fue un trabajo mecánico contra reloj, dijo el especialista.

Crecimiento histórico del comercio

El experto expuso durante el Meister Media Industry Summit 2019 que existe un incremento radical general desde que entró en vigor el tratado en 1994. La cifra impresionante a considerar es que el comercio creció casi en un 580% del comercio total con Estados Unidos. Respecto al sector agropecuario y sus exportaciones e importaciones, históricamente el crecimiento anual porcentual es mayor al del comercio total de todos los bienes y mercancías: un crecimiento del 600% (crecimiento de más de cinco veces) desde que entró en vigor el tratado (1994). Pasamos, dice el especialista, de 6.5 mil millones de dólares, a la fecha con 50 mil millones de dólares, lo cual que representa un gran superávit.

En resumen, Smith explica que lo que vemos, encima de la difícil crónica de la controversia sobre últimos los meses de negociación del tratado, es que México se encontró ante una historia de éxito donde el sector agropecuario representó uno de los puntos fundamentales a defender.

Kenneth comentó con certeza que esto es un caso de libro de texto económico sobre la complementariedad de comercios entre México y Estados Unidos, “el TLCAN es un formato de comercio especializado”. Las exportaciones estadounidenses se concentran en granos, carnes, semillas y oleaginosas (donde se tiene una ventaja comparativa y competitiva respecto a México), mientras que las exportaciones mexicanas se concentran en frutas y hortalizas que representaban un alto porcentaje, con las mismas ventajas respecto a EUA.

Lo interesante de esta presentación de datos, sobre todo en la experiencia de negociación con el país vecino, dice Smith, es que México se muestra como un país exitoso, un jugador mundial en materia de comercio internacional en el cual Estados Unidos depende enormemente, en toda la gama de productos pero especialmente en el sector agropecuario, tanto lo que ellos venden (México, dentro de 33 de los 50 estados de la Unión Americana, es uno de los tres primeros destinos de exportación, donde en muchos somos el primero) y por otro lado es ver la lista de productos de consumo de Estados Unidos donde México es el primer proveedor: 8 de 10 aguacates, 9 de 10 papayas.

Al seguir el avance en la exposición durante la conferencia, K. S. Ramos explica enfáticamente que existe un socio del TLCAN que se pierde vista: Canadá, y lo que éste representa. El comercio entre México y Canadá se multiplicó hacia los $37 mil millones de USD en 2017 (más de nueve veces desde que se aplicó el tratado de comercio, dice Smith Ramos).

Es un país que en varias de sus provincias tienen un PIB (Producto Interno Bruto) per cápita (lo que representa un poder de compra) superior al promedio de la Unión Americana. En términos de intercambio en el sector agropecuario, en comparación con Estados Unidos, es similar respecto a la mezcla de producto, pero, lo que se ve en realidad en términos de comercio total, México-Canadá es “la punta del iceberg” dice Smith, “no se debe de perder de vista las grandes oportunidades que representa el mercado canadiense, además del mercado estadounidense”.

¿Por qué negociamos con Trump?

México ya se había involucrado junto a EUA y Canadá, durante la administración Obama, en un proceso de modernización de nuestro tratado (con 25 años de antigüedad) a través de la negociación transpacífica. Una negociación de un tratado de comercio entre doce países (Asia y Las Américas) que en ese momento representaba el más ambicioso del mundo. La finalidad era para abrir mercados en Asia, siendo esto seis nuevo mercados materia de acceso preferencial; y a la par modernizar el trato entre los tres países americanos hacia los demás. Sin embargo, la primer acción del gobierno del actual presidente norteamericano fue salirse del Tratado Trans Pacífico (TTP), esto resultó más como un panorama de apuesta política ante algo que no era claro en su momento.

México, ante eso, se mantuvo en el modelo del TTP: once países activos para ratificación y vigor con una vista en mecanismos para modernizar el tratado. Existió un acuerdo para “sentarse” a platicar por parte de nuestro país con Estados Unidos hacia una lógica diferente, misma que se compartía con Canadá: construir sobre veinticinco años de libre comercio exitoso, en comparación de EUA que decía que el tratado no funcionaba para ellos, lo cual representó una gran diferencia respecto a la negociación original.

La acción, expuso el negociador del tratado, fue lanzar una consulta a nivel nacional, siendo esta la primera vez que se usó mecanismos de consultas en Internet hacia productores, cúpulas empresariales, sociedad civil y académicos, para que pudieran contribuir con ideas que aportarán para modernizar el tratado (inicios del 2017); la consulta resultó en un documento de prioridades que se presentó al Senado de la república mexicana el cual esbozó de forma general los siguientes cuatro pilares de la negociación, con base a la información se K. Smith:

  1. No tener retrocesos: no regresar al comercio administrado, imposición de aranceles, creación de nuevos obstáculos técnicos al comercio, es decir, fortalecer la competitividad.
  2. Modernización en las nuevas disciplinas de la economía global: hoy, “la ciencia ficción es una realidad [sic]”, los avances tecnológicos en materia de telecomunicación, energía, biotecnología médica, y agrícola, es algo que existe en la actualidad que se debía de reflejar sobre nuevas disciplinas en el tratado para introducir nuevos capítulos que modernicen.
  3. Comercio internacional, instrumento incluyente y responsable: en este tema, México dentro de sus prioridades estableció que se debía voltear a ver hacia disciplinas que hace veinticinco años no se veían tan importantes. Temas como la internacionalización de PYMES respecto a un país donde el 95% de las empresas son micro y pequeñas para que pudieran aprovechar los tratados de libre comercio. Se creó e impulsó un capítulo donde se vieron las disciplinas de género para empoderar el 51% de la población económicamente activa, y se fortalecieron las disciplinas en materias laboral y ambiental para convertirlos en capítulos completos de nuevas prácticas que fortalecieran los derechos laborales en la protección ambiental.
  4. Certeza jurídica en materias de disputa legal: certificación nacional, exportación, mecanismos para defensa en contra de medidas que EUA o Canadá establezcan en contra de las exportaciones mexicanas y poder regresar transparentemente al tratado, es decir, “que existan reglas de juego funcionales”.

Estrategia de México

Smith Ramos expuso que la estrategia del país fue clara: buscar el mejor acuerdo para México donde el trabajo fue amplio con una cantidad vasta de funcionarios. “La base fue avanzar de modo práctico respecto a los temas que no implicaban controversia: modernización, PYMES, prácticas regulatorias. Cerrar capítulos innovadores y a la par afrontar el tema de propuestas que argumentaban el resarcir un daño”.

La prioridad fue impulsar elementos que facilitaran el comercio, dice él mismo. Por ejemplo, “que lo mecanismos de certificación, valuación, análisis de riesgo y apertura real de mercado, fuera de manera fluida. Se buscaba un rápido acceso ante lo difícil y laberíntico para que las decisiones fueran rápidas en el nuevo tratado. La premisa fue no cerrar de manera rápida, era cerrar bien y no apresuradamente”.

¿Qué se logró?

Un acuerdo no nocivo con un tratado trilateral, dice el experto: eliminar temas de materia que iban en contra de los principios básicos de México en la negociación.

Uno de los temas principales fue establecer una propuesta de EUA para constituir mecanismos de estacionalidad agrícola: modificar las reglas sobre si hay dumping o subsidios al sector para producir facilidad de imposición, e incremento de márgenes, sobre medidas en contra de los productos agropecuarios mexicanos. La propuesta fue cambiar el análisis donde se debía modificar la referencia del periodo en el modelo que México con EUA exporta y/o produce más sobre un periodo respecto a la magnificación de un espacio, esto para modificar la percepción del “daño” comercial referente al periodo anual analizado, lo cual es una percepción fuera de lugar.

En positivo se logró:

  • Introducción de los capítulos de modernización: sumado a los capítulos de anticorrupción para fortalecer la intención a nivel nacional. Un capítulo sobre competitividad para impulsar las alianzas público-privadas entre México-EUA-Canadá para desarrollar infraestructura fronteriza. Útil en el desarrollo e intercambio de información respecto a investigación, que es importante para beneficios mayores.
  • Desarrollo en el tema automotriz: no se causa desinversión y se generó una desinclusión sobre cualquier medida de seguridad nacional de EUA, por ejemplo, respecto al acero y aluminio.
  • Mantenimiento del mecanismo de Solución en Controversia: mecanismos imparciales respecto a la relación México-EUA-Canadá. Es posible recurrir a los paneles para buscar resarcir el daño sobre una violación al tratado. México y Canadá trabajaron arduamente en conjunto para eso.

Kenneth Smith Ramos presenta hasta el momento las venas de la negociación sobre la cual se mantuvo la discusión y procuró llegar a los acuerdos trilaterales de beneficio general. En la segunda parte expondremos tanto los resultados como la puntualización sobre el trabajo de negociación que fueron logrados.

Da click aquí para leer la segunda parte de este artículo. 

Fuentes:
https://www.nytimes.com/es/2019/06/19/mexico-ratifica-tmec-trump/