Prohíbe las pérdidas devastadoras de la pudrición de raíz

Las pudriciones de raíz como las provocadas por pitio, fitóftora y rhizoctonia son enfermedades comunes que atacan a los trasplantes jóvenes en la primavera; por lo que con frecuencia nos vemos en la necesidad de tratar a esas plantas de trasplante de manera profiláctica o curativa, en algún período del ciclo de crecimiento.  Estas enfermedades tienen muchas fuentes, pero por lo general, las plantas que están estresadas y con exceso de riego son las más propensas a los ataques.

Durante una reunión reciente estuve haciendo una encuesta informal entre los productores para determinar cuántos de ellos disfrutan la tarea de “Regar maceta por maceta” (revisar cada maceta y regarla de acuerdo con sus necesidades de agua). No fue nada sorprendente el que nadie confesara que le agradara hacer ese trabajo.

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“Más vale prevenir que lamentar” dice el proverbio y es completamente cierto en el caso de nuestros cultivos de invernadero. Con frecuencia pensamos en estrategias preventivas como una buena sanitización y las inspecciones de campo, para prevenir enfermedades y problemas con insectos. No obstante, el substrato y el cómo lo manejemos es una medida preventiva ignorada frecuentemente, que nos permite evitar problemas de producción y enfermedades en etapas tardías del ciclo agrícola.  En la mayoría de los casos, cuando pensamos en el control de las enfermedades y en los substratos, necesitamos concentrarnos en las propiedades físicas, específicamente en el espacio entre poros y en la capacidad de retención de agua del sustrato.

Eligiendo el sustrato correcto

Lo primero es seleccionar su sustrato. Los fabricantes de sustratos nos ofrecen una gran variedad de productos. Nuestro trabajo es seleccionar el sustrato correcto conforme  a nuestras condiciones de producción. Si analizamos más de cerca los sustratos que tenemos a nuestra disposición encontraremos grandes diferencias entre ellos.  La diferencia más obvia son los componentes utilizados para producir el sustrato.  La turba y la perlita son los componentes estándar, pero también hay vermiculita, fibra de coco, cascarilla de arroz y corteza, sólo por mencionar algunos sustratos.

Para complicar el problema, cada uno de los sustratos se vende en diferentes clasificaciones o tamaños que también influyen en el espacio entre poros y en la capacidad de retención de agua. Por lo general, los sustratos con partículas más grandes facilitarán el drenado y por lo contrario, los sustratos de partículas más pequeñas tienen mayor capacidad de retención de agua.

figura 1 pudricion de raizDespués del riego, se drena el agua de los sustratos y solo se queda el agua que es retenida en la superficie de las partículas (las líneas azules sobre el contorno de las partículas). El sustrato de la izquierda tiene un tamaño de partícula más pequeño y contiene mayor volumen de agua que las partículas de mayor tamaño del lado derecho.

¿Cómo podemos utilizar este conocimiento para nuestro beneficio? Registren toda la información sobre el ciclo de cultivo, el cultivo y sus hábitos de riego. Elijan un sustrato con mayor capacidad de drenado  para las estaciones frías cuando siembren cultivos que no toleran las condiciones húmedas; o si tienden a mantener sus cultivos siempre húmedos.  Por lo contrario, durante las estaciones cálidas y con cultivos que requieran mucha agua o si tienden a mantener a sus cultivos más secos, pueden elegir un sustrato que tenga mayor capacidad de retención de agua.

Las macetas de distintos tamaños se drenan a distintas velocidades

El tamaño de la partícula no es el único factor que influye en la forma en la que se drenan nuestros sustratos.  En realidad, las macetas que utilizamos pueden tener mucho efecto en el drenado del sustrato.  Las macetas más altas drenan mejor que las macetas más cortas.

figura 2 pudricion de raizEn la Figura 2 podemos ver el porcentaje de aire, agua y sólidos en sustratos idénticos, dentro de macetas de diferentes tamaños.  Este fenómeno tiene más que ver con la altura de la maceta que con el diámetro. Cuando la maceta es más alta, la capacidad del sustrato de retener el agua en contra de la fuerza de gravedad disminuye. Por lo tanto, la maceta más alta de 6 pulgadas tiene mejor drenado que la maceta de 4 pulgadas; y la charola para plántulas tendrá mucho menor drenado; y de la misma forma, una maceta estándar tendrá mejor drenado que una maceta para azáleas del mismo diámetro.

Tal vez ahora estén pensando en esas charolas que no tienen tan buen drenado como las macetas más altas y la frecuencia con la que tienen que regarlas, especialmente cuando las plántulas maduran. La tasa de secado no se debe al drenado, sino a la evaporación y a la absorción de agua que realice la planta mediante la transpiración; junto con el volumen relativamente bajo del sustrato. Por lo tanto, la charola de plántulas puede secarse más rápido, pero no se debe a la velocidad del drenado.

Eviten apilar las charolas y macetas ya preparadas con el substrato

Muchos productores prefieren llenar las charolas y las macetas antes de utilizarlas. Después de que rellenarlas con el substrato, las entariman y las almacenan hasta que las necesitan.

Cuando se apilan los recipientes rellenos con el substrato, se corre el riesgo de compactación, debido a que las macetas o charolas se enciman unas en otras. Cuando se compacta el sustrato, disminuyen o incluso desaparecen los espacios de aire dentro de la maceta y se reduce la capacidad de drenado. Cuando el productor utilice esas macetas, se mantendrán húmedas durante más tiempo que las macetas no compactadas y se incrementará el riesgo de enfermedades de pudrición radiculares.

El problema se acentúa porque las macetas en la base de la tarima se compactan más que las macetas que están hasta arriba. Al distribuir esas macetas sobre las bancas, habrá grandes diferencias en el drenado y por lo tanto en sus necesidades de riego.  Así empieza el ciclo sin fin de tener que regar maceta por maceta (Figura 5). Es posible rellenar las macetas y apilarlas, pero es preciso colocar hojas de triplay entre ellas para evitar que se encimen unas en otras.

Utilicen estos conceptos tan sencillos en sus operaciones y con toda seguridad se verán recompensados con plantas saludables, cultivos con menos enfermedades radiculares y disminuirán las frustraciones resultantes de tener que regar maceta por maceta.


Brian A. Krug es profesor asistente de la Universidad de New Hampshire – Extension Cooperativa. Artículo originalmente publicado en Greenhouse Grower, revista hermana de Productores de Hortalizas, ambas publicaciones Meister Media Worldwide. Para más información escriban a: [email protected].

Foto de portada cortesía de Daren Mueller, Universidad estatal de Iowa (EUA).