Cómo mantener el balance adecuado de riego en invernadero

El riego es elemental para cultivar plantas saludables, sin embargo para los empleados nuevos dentro de un invernadero es uno de los conceptos más difíciles de dominar. Las siguientes recomendaciones los ayudarán a administrar bien el riego desde un inicio.

Regar las plantas es una de las primeras tareas que se asigna a los empleados nuevos. Sin embargo, los productores con experiencia están de acuerdo en que saber regar es de las cosas más difíciles de enseñar. Vamos a hablar sobre los principios básicos del riego para ayudarlos a entender las razones por las que es tan difícil saber regar.

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Mecánica del riego

Tener éxito en el riego inicia con el tipo de boquilla que se utiliza para regar. Existe una amplia gama de boquillas. La mayoría de las aplicaciones funcionarán bien con una boquilla sencilla que libere una corriente moderada de agua al cultivo a un volumen suficiente. Asimismo, es importante ajustar la presión de agua conforme el tipo de boquilla. La forma más sencilla de lograrlo es instalar una válvula de un cuarto de vuelta justo por atrás de la boquilla o la varita de aspersión, si están usando una.

Esta válvula les permitirá ajustar la presión hídrica lo suficientemente rápido sin tener que recurrir a un grifo y les será muy útil cuando la presión de la línea de suministro cambie al abrir o cerrar otros grifos del invernadero. Ajusten la presión al punto más bajo al que fluya el agua del grifo de manera uniforme (en general en forma de cono).

Ahora que sabemos cómo extraer agua del extremo de la manguera de manera adecuada, necesitamos discutir cómo introducirla al sistema y a las raíces del cultivo. Parece ser una tarea sencilla, sin embargo, es muy frecuente encontrar tuberías de agua colocadas a demasiada altura, regando los cultivos en forma de regaderas.

sistema de riego con pimiento en invernaderoExisten casos en los que es correcto regar de esta manera, por ejemplo, cuando se riegan las charolas con portainjertos; sin embargo, en la mayoría de los casos no es el método adecuado.

Regar cultivos de esta manera tiene una serie de desventajas. En términos generales, esta forma de riego moja el follaje y solamente satura la parte superior del sustrato en la maceta, lo cual predispone al cultivo a enfermedades tales como Botritis; especialmente si el riego es realizado al final del día y las plantas no se secan antes de que obscurezca.

Este estilo de riego también les garantiza que tendrán que regar mañana, o incluso más tarde durante el mismo día. Es difícil mantener el mismo ritmo y un patrón constante de riego al regar las bancas, por lo que algunas áreas recibirán riego en exceso, mientras a otras áreas les faltará riego. Este es el comienzo del ciclo vicioso del riego localizado.

El método preferido es bajar la boquilla cerca de la superficie del suelo de la maceta y moverla de maceta en maceta, regando cada planta de manera individual.

Al utilizar este método, pueden controlar con más facilidad la cantidad de agua que se vierte en cada maceta, sosteniendo la boquilla sobre cada maceta mientras se cuenta del 1 al 3 (dependiendo del tamaño de la maceta). Asimismo, se reduce al mínimo la cantidad de follaje que se moja y se aprovecha al máximo la cantidad de agua y el fertilizante que se aplican directamente a cada maceta.

Cuándo regar

Con frecuencia escuchamos a los productores referirse a sí mismos como productores secos o productores húmedos para describir sus tendencias de riego. ¿Mantienen secas las plantas antes de regarlas, o las mantienen húmedas? Ninguna de las dos cosas es necesariamente buena o mala. Los productores secos corren el riesgo de dañar plantas si les falta demasiada agua y los productores húmedos corren el riesgo de sufrir pudriciones de raíz. Cada quién debe sentirse cómodo con los riesgos que se corren con una u otra práctica.

Tal y como ocurre con la mayoría de las cosas, el mejor método es la moderación. Es bueno dejar secar al sustrato entre cada servicio de riego, pero también es bueno saturar el sustrato por completo durante el riego.

Al tratar de definir cuándo regar, la vista puede ser engañosa, no confíen sólo en ella para tomar sus decisiones de riego. ¿Cuántas veces han regado un cultivo nuevo hasta que el sustrato parezca saturado, sólo para darse cuenta que después de 1.5 cm el sustrato está completamente seco?.

O, ¿han regado durante una semana o dos porque la superficie del sustrato parece seca y de repente se dan cuenta de que deben lidiar con un caso de pudrición de raíz?

Si no podemos confiar en la vista, ¿en qué podemos confiar? En nuestras manos. Mientras caminan por los campos de cultivo para decidir si ese día deben regar o no; recojan unas cuantas macetas de cada banca. ¿Se sienten pesadas o ligeras? Si se sienten pesadas, aún cuando la superficie parezca seca, no las rieguen.

Si se sienten ligeras, incluso si la superficie parece húmeda, consideren regarlas. Las primeras veces que utilicen esta técnica, realicen un paso extra y volteen las plantas de cabeza para sacar la raíz de la maceta e inspeccionar el nivel de humedad en todo el perfil de la maceta. Gracias a la sensibilidad de sus manos, ahora sí podrán confiar en la vista porque tendrán una imagen del panorama completo. Una vez que hayan decidido que ya es tiempo de regar el cultivo, ¿cómo saben cuánta agua aplicar?

Aplicación adecuada de agua

Aquí es donde la ciencia choca con el arte del riego. No es posible recetar una cantidad determinada de agua, por lo que los productores deben utilizar todos los recursos disponibles para tomar sus decisiones. Háganse las siguientes preguntas:

  • ¿Qué tan grande es la maceta?
  • ¿En cuál etapa está el cultivo?
  • ¿Cómo será el clima?
  • ¿Qué tan seco está el cultivo en este momento?
    Es preciso considerar todos estos factores para saber cuándo regar.

Yo prefiero regar lo suficiente para que el sustrato de todo el cultivo alcance la capacidad del contenedor (el punto en el que el sustrato ya no puede retener más agua en contra de la fuerza de gravedad).

Esto ayuda a evitar viajes innecesarios por el invernadero para detectar la necesidad de riego.

En la mayoría de los casos, si todas las macetas alcanzan la capacidad del contenedor durante el servicio de riego, también se secarán al mismo ritmo. Una forma sencilla de determinar si la maceta alcanzó la capacidad del contenedor, es, una vez más, utilizar las manos.

Después de regar una sección de las plantas y permitir que las macetas se drenen, levanten unas cuantas plantas. ¿Se sienten pesada? Saquen unas cuantas macetas y revisen si el sustrato se ve completamente mojado en toda la maceta.

No tengan miedo de revisar a fondo las raíces de algunas plantas para asegurarse del nivel de humedad. Si las macetas no están totalmente saturadas y tienen que volver a regar esa sección, ajusten el volumen de agua que están aplicando a las secciones subsecuentes para alcanzar la capacidad del contenedor desde la primera vez.

La próxima vez que contraten a un nuevo empleado y le quieran dar de inmediato una manguera, piénsenlo dos veces. Tómense el tiempo para explicarle estos conceptos, ya que así lo ayudarán a entender la ciencia del riego y él podrá empezar a dominar el arte del mismo.