Ventilación lateral frente a mallas antiáfidos en invernadero

Pregunta a experto:

Pregunta:
Dentro de las cubiertas a seleccionar, también se tienen que considerar ventanas laterales, o bien el uso de mallas antiáfidos, que permiten que el aire caliente en la parte superior se intercambie, así como regular la temperatura. ¿Es recomendable o no la existencia de estas ventanas?

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Respuesta:

Estudiaremos a continuación la necesidad de ventilación lateral frente a superior y la de mallas antiáfidos.

Ventilación lateral. Las ventilas en los laterales del invernadero (p.ej. aquellas que van paralelas a las hileras de cultivo) no tienen utilidad en cuanto al flujo de aire en el interior del invernadero. La razón de esto es que la entrada de aire del exterior es frenada por las plantas cercanas a las ventilas.

El pequeño volumen de aire que consigue entrar a través de los laterales sólo va a resecar las plantas más próximas a dicha ventila.

Las ventilas situadas en los extremos del aguilón del invernadero (p.ej. aquellas en la pared ubicada al final de las hileras de plantas y perpendicular a estas) no son efectivas para enfriar el invernadero a una distancia superior a 10-15 metros (pero sólo si la temperatura en el exterior es menor que la temperatura deseada en el interior).

Estas ventilas en los extremos, en la mayoría de circunstancias durante el día, van a resecar las plantas cercanas a dicho extremo y el aire caliente y seco que penetra en el invernadero va a arruinar el buen clima que las plantas están tratando de crear a través de la transpiración.

 

A medida el aire cálido y seco entra en el invernadero, las plantas interrumpen su transpiración para protegerse a si mismas y el resultado será un invernadero caliente y seco.

 

La mejor manera de refrescar un invernadero es permitir que las plantas transpiren libremente y al hacerlo así, enfrían el invernadero. Las ventilas más importantes en un invernadero son aquellas ubicadas en el tejado y entre estas, las mejores son las de mariposa, las cuales pueden ser ajustadas para maximizar el efecto Venturi (p.ej. succión).

Cuando el flujo de aire sobre el tejado del invernadero es superior a 3 m/s, la ventila de barlovento (el lado de donde viene el viento) se cierra un poco y la ventila de sotavento (el lado contrario) se abre más para crear succión. Cuando el flujo de aire sobre la cima del invernadero es inferior a 3 m/s, ambos lados de la ventila se abren para permitir que el aire caliente flotante ascienda y fluya hacia el exterior del invernadero.

El aire caliente sólo va a escapar de cualquier invernadero a través de dos proceso: flotabilidad (p.ej. aire caliente en ascenso) y succión (p.ej. aire que es extraído del interior debido a la posición de las ventilas de mariposa en el tejado). Cuando las plantas transpiran, depositan humedad en el aire. La humedad (p.ej. gotitas de agua), liberada por las plantas a través del proceso de transpiración, absorbe calor del aire en el interior del invernadero y a continuación este aire caliente y húmedo es extraído del invernadero llevándose con él la energía calorífica del invernadero.

En definitiva, las ventilas laterales, ya sean longitudinales o en el extremo del invernadero, solo traen aire caliente y seco del exterior, el cual arruinará el clima en el invernadero, conduciendo a una interrupción de la transpiración de las plantas.

Cuando las plantas se calientan demasiado (p.ej. más de 28-30°C), sus estomas se cierran y las plantas interrumpen su transpiración. Siempre que las plantas continúen transpirando para refrescarse a sí mismas, mantendrán el invernadero fresco. El productor debe controlar las ventilas del tejado para liberar las gotitas de agua caliente.

El mantenimiento de una buena transpiración del cultivo, y en consecuencia el mantenimiento del clima en el invernadero que las plantas están creando, depende de que el productor suministre un volumen de agua suficiente a las plantas a la frecuencia correcta (p.ej. ciclos de irrigación frecuentes por hora o un pequeño volumen de riego cada 8-10 minutos durante las horas más cálidas del día) de manera que se mantenga una transpiración óptima a través de las plantas.

Próxima página: Malla antiáfidos.

Mallas antiáfidos. En el caso de emplear mallas antiáfidos, recomiendo al productor que utilice mallas de la mejor calidad posible. Las mallas baratas están hechas de un tejido de hilo grueso que reduce el tamaño de los agujeros en la malla.

Una malla antiáfidos de buena calidad está hecha de hilos finos y como resultado los agujeros entre los hilos son mucho mayores. Las mallas económicas bloquean el flujo de aire en al menos un 50 a 55% mientras que las de mejor calidad solo bloquean del 30 al 35% del flujo de aire.

 

Sin embargo, en ambos casos, mallas de buena o de peor calidad, deben mantenerse muy limpias. A medida que la suciedad y el polvo se acumulan en la malla, el flujo de aire se bloquea cada vez más.

Por último, seleccione un tipo de malla – anti Mosca blanca o antitrips o antiáfidos – en base al tipo de insectos cuya entrada al invernadero usted trata de prevenir, a la presión de insectos (p.ej. población insectil en el exterior del invernadero) y al tipo de cultivo.

Por ejemplo, si usted cultiva tomate, es posible que necesite malla antitrips, pero le serviría mejor una malla anti Mosca blanca (p.ej. mayor flujo de aire); pero si usted cultiva pimientos, quizá necesite una malla antitrips porque los trips atacan más a los pimientos.

El autor es experto en tecnología de invernadero y actualmente labora como consultor privado para productores de hortalizas y otros cultivos. Para más información escriba a [email protected]