Evolución del mercado orgánico y biorracional en México

produccion orgánico

En nuestro mundo se producen muchos cambios, tanto a nivel medioambiental como social, mientras se incrementa paulatinamente el sentido de la responsabilidad que conlleva manejar dichos cambios y evaluar estrategias para mejorar lo que en ocasiones se percibe como circunstancias adversas.

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En los pasados 20 años ha habido un incremento significativo en el interés por la salud, los alimentos que consumimos, la manera en la que producimos dichos alimentos y cómo esa producción afecta a la Naturaleza. Parece increíble que vivamos en una era en la que preguntas como “¿es este tomate producido localmente?” o “¿es este café orgánico?” propicien miradas de perplejidad o lo que es peor, la respuesta cuasiblasfema “no lo sé.”

En este número nos enfocamos en hábitos de producción ambientalmente responsables los cuales por naturaleza incluyen producción orgánica y soluciones biorracionales. La popularidad de ambos aspectos deriva en parte de la preferencia del consumidor que impulsa los mercados: el deseo de consumir alimentos con baja o nula interferencia de sustancias químicas dañinas.

A continuación revisamos los cambios experimentados por la industria orgánica en las últimas décadas, y cómo el uso de biorracionales está cambiando la manera en la que los productores manejan los problemas de plagas y enfermedades de sus cultivos.

Producción orgánica
El consumo de productos orgánicos no es nuevo, pero el ritmo de consumo en el mundo, sí lo es. Producción y consumo de orgánicos ha ido en aumento por décadas, pero en años recientes el mercado ha despegado y crecido de forma exponencial.  Según datos de SAGARPA y FAO, los principales estados de producción orgánica en México son Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua, y Guerrero, agrupando más del 80% de la superficie orgánica total.

En los 15 años anteriores a 2009, la superficie sembrada aumentó 17 veces; número de productores, 9 veces; personal ocupado, 12 veces, y valor de productos para exportación, 11 veces. Además, entre 2004 y 2009, el país experimentó un incremento récord en producción orgánica, de 41.2 mil toneladas producidas en 2004 a 71.8 mil en 2009 — un crecimiento de 74.3%.

También se ve incremento en diversidad de bienes producidos. Como ejemplo, en 1996 había 30 cultivos cosechados en superficie de 46,942 ha, y en 1998 ese número se incrementó en 67% a 97 cultivos en 236,436 ha.

Actualmente, México es uno de los 20 principales productores de alimentos orgánicos, y el primer exportador mundial de café orgánico. En 2009 reportamos “México cuenta con el mayor número de granjas orgánicas en el mundo, ocupando el quinto lugar global con respecto al volumen de rendimientos.” En el mismo año, el Gobierno hacía oficial la Ley de Productos Orgánicos, reconociendo así el crecimiento de la industria, y en consecuencia la necesidad de desarrollar un marco regulatorio para la certificación orgánica.

No cabe duda que el país ocupa un lugar seguro y establecido en el mercado internacional, y hay oportunidades para aprovechar aún más el interés creciente de los consumidores en cuanto a productos orgánicos.

La industria de producción orgánica y biorracional desde 1992 hasta la fecha, así­ como pronósticos para el futuro.

Soluciones biorracionales
Hoy día, el uso de químicos contra plagas y enfermedades continúa siendo el primer método de control, pero de acuerdo al interés creciente de producción de cultivos bajo un sistema más acorde con el medio ambiente, el uso de productos biorracionales está ganando interés en el sector agropecuario de México.

Como el concepto biorracional puede resultar confuso y ambiguo, hemos  definido productos biorracionales para protección de cultivos como “cualquier tipo de insecticida activo contra poblaciones de plagas, pero relativamente inocuo para organismos que no forman parte del objetivo, y por lo tanto no interfieren con el control biológico.”

En una encuesta realizada por Productores de Hortalizas en julio de 2011,  preguntamos a productores específicamente qué porcentaje de su terreno cultivado recibe al menos una aplicación biorracional cada temporada y nos compartieron que: 14.9%, más de 50%; 12.1% alrededor de 50%; 34.5%  alrededor de 25%, y 38.5%, cero.

Además, publicamos que alrededor del 30% de los productores encuestados manifestaron que la razón principal para usar productos biorracionales yace en que dichos productos son “altamente específicos y efectivos.” Un 39% compartió que el bajo impacto sobre insectos benéficos justifica el uso de estos productos, mientras que 38.6% citó la “ventaja en manejo de resistencia” como muy importante para ellos.

Como aspecto interesante, un 69.1% de los encuestados indicaron que hay una alta probabilidad de que el uso de productos biorracionales se vaya a incrementar en el futuro. Dado que varios países están monitoreando y haciendo normas sobre Límites Máximos de Residuos (LMR), y debido a que la mayoría de los productos biorracionales están exentos de LMR, es fácil ver cómo el uso de los biorracionales no sólo tiene la oportunidad para crecer, sino que existe una urgencia en ello si los productores desean competir en el mercado internacional.

Los productos biorracionales presentan escasa o nula toxicidad para aves, peces y abejas; no afectan negativamente a las poblaciones de insectos benéficos, y más aun, no tienen toxicidad para los seres humanos. Todos estos factores ofrecen un paquete muy atractivo al consumidor, y por eso se recomienda que los productores aprovechen las oportunidades de este creciente mercado nicho.

En total, hay un sinnúmero de factores para considerar la conversión de nuestro mundo en un lugar más saludable y habitable, y es responsabilidad de cada individuo el tomar acción, y decisiones personales que contribuyan al bienestar del Planeta. Además, no tenemos que sacrificar la eficiencia de nuestros sistemas productivos ni la rentabilidad de rendimientos para mantener una relación simbiótica con el ambiente.  Si la tendencia de producir de manera orgánica o biorracional nos muestra algo, es que podemos hacer ambas al mismo tiempo, hacerlo bien y con la conciencia tranquila.