Efectividad de los ácidos húmicos en los tomates

tomate sembrado en fibra de cocoEn el noroeste de México se cultiva el tomate con fines de exportación y consumo nacional, considerándose este cultivo como una fuente de mano de obra y a la vez de obtención de divisas.

La obtención de altos rendimientos y frutos de calidad se obtiene cuando el cultivo tiene todas las condiciones óptimas para su crecimiento y en esto la disponibilidad y absorción de nutrientes es necesario.

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Uno de los factores claves de la fertilidad del suelo es la materia orgánica, en siembras convencionales (suelo), así como en sustratos inertes, la materia orgánica es considerada como agente bioactivador o biostimulante.

El crecimiento y productividad de las plantas depende en gran parte de su nutrición mineral, agua, luz, temperatura y aire.

Asimismo, el efecto de la materia orgánica ha sido demostrado por diversos investigadores.

Contenido de la materia orgánica

La materia orgánica (m.o.) del suelo está formada por la totalidad de las sustancias de tipo orgánico presentes en el suelo, entre los cuales se incluyen los restos de tejidos vegetales y animales, así como los productos de su descomposición parcial, entre los que se producen y forman la fracción orgánica soluble en agua, considerada como materia orgánica estabilizada y que se le denomina humus.

¿Qué es el humus?

Se ha considerado este término como un sinónimo de materia orgánica, cuando antiguamente el término “humus” era una referencia de la totalidad del suelo.

Actualmente se considera como una fracción de la materia orgánica que contiene sustancias de color oscuro, resistentes a microorganismos, con un alto peso molecular, de naturaleza coloidal y con propiedades acidas.

A partir del humus se obtienen los ácidos húmicos. Se ha considerado que entre un 60% y 90% de la m.o. del suelo está formada por los ácidos húmicos. Se considera que los ácidos húmicos son los resultantes de la última fase de transformación de la materia orgánica.

Materia de calidad

tomates cherry en vidLa elaboración de los ácidos húmicos puede ser a partir de restos vegetales y turba, pero la mayoría a escala industrial se obtienen de la “Leonardita,” y debido a sus características, son considerados de mejor calidad y con mejores propiedades para su aplicación en la agricultura. La materia prima que por excelencia da las mayores concentraciones de ácidos húmicos y fúlvicos es sin duda la “Leonardita” o “Lignitos Humificados.”

La Leonardita es una sustancia vegetal, muy rica en materia orgánica, considerada en un estado intermedio de transformación entre turba y lignito. Su origen está considerado en la acumulación de material vegetal desde hace millones de años y se encuentra en las capas superiores de minas de carbón a cielo abierto.

Resultados de investigaciones

Acorde a Schnitzer en 1991, reporta que en raíces de tomate producidas en solución nutritiva, la aplicación de ácidos húmicos fue más efectiva que los ácidos fúlvicos en relación al aumento de crecimiento.

Investigaciones llevadas a cabo en la Universidad Agraria Antonio Narro de México, citan que las sustancias húmicas produjeron un efecto altamente significativo en el número de raíces, racimos y frutos de tomate, así como en el peso del fruto.

Asimismo reportan que el porcentaje de hierro en el tejido de la raíz fue superior en un 250%, al adicionar los ácidos húmicos de composta en una dosis de 0.6 ml por litro de agua y mezclados en la solución nutritiva.

Investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas y de la Universidad Agraria de la Habana, en Cuba, han citado que utilizando el bioestimulador y producto natural “Biostan,” el cual al aplicarse vía foliar en el cultivo de tomate, presentó un efecto positivo en el crecimiento, desarrollo, rendimiento y calidad de los frutos, demostrando así que es un producto eficiente en la producción de tomate.

Indican también que al ser aplicado sobre plantas de esta solanácea, proporciona mayor vigor, asegurando así más floración y fructificación. Este producto contiene catorce elementos minerales y un adecuado contenido de ácidos húmicos. Los autores citan que las sustancias húmicas facilitan una mejor absorción de nutrientes en la planta, debido a la presencia de una mayor cantidad de estructuras carboxílicas.

Estas estructuras son capaces de quelatar a los metales, pudiendo influir en la estructura físico-química del protoplasma de las plantas, incrementando así la permeabilidad de las membranas vegetales, lo que al final hará posible un aumento de la entrada en la planta de nitrógeno, fósforo y potasio y otros microelementos presentes en el suelo.

Considerando la información técnico-científica de la eficacia de los ácidos húmicos, es importante que los productores de alimentos consideren la aplicación de estos vía suelo o foliar para mejorar el rendimiento y calidad del cultivo de tomate de una manera mucho más sustentable y amigable con el medioamente.