Injertos en sandía ofrecen numerosos beneficios

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene a su cargo la implementación de proyectos que contribuyan a mantener la integridad de la capa de ozono, tales como la eliminación gradual del uso de bromuro de metilo tradicionalmente empleado como plaguicida para fumigación de suelos agrícolas. Uno de dichos proyectos consiste en la aplicación de injerto en sandía para proporcionarle vigor y resistencia agregados como alternativa al uso de bromuro de metilo en Sonora.

injerto

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El primer proyecto piloto Semarnat-Onudi se estableció durante el ciclo 2006-2007, evaluando en campo el comportamiento de la resistencia de los injertos ante los efectos de Fusarium spp. Finalmente se obtuvieron excelentes resultados sobre parámetros de producción comercial y de calidad (peso medio de fruto [g], distribución de calibre [mm], firmeza de pulpa [kg/cm2] y contenido de sólidos solubles [°Brix]). En base a los buenos resultados de la segunda etapa del proyecto en la temporada 2007–2008, con un promedio de 85–90 t/ha, se proyectó una tercera fase en la temporada 2009–2010 en la que se establecieron 350 hectáreas de injerto.

Veamos los detalles representativos de esta tercera fase del proyecto de injerto en sandía en el estado de Sonora.

Técnica de injerto en sandía
El injerto es un método de propagación vegetativa artificial en el que una porción de tejido procedente de una planta (llamada simplemente “variedad” o “injerto”) se une sobre otra ya asentada al patrón (también llamado “portainjerto” o “pie”), de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo.

El injerto se emplea para permitir el crecimiento de variedades de valor comercial en terrenos o circunstancias que les son desfavorables, aprovechando la mayor resistencia del patrón usado, o para asegurarse que las características productivas de un ejemplar se mantienen inalteradas, frente a la dispersión genética que introduce la reproducción sexual.

La técnica utilizada para hacer los injertos de sandía en este proyecto, fue la de aproximación. Comenzando a injertar cuando la variedad y el patrón ya tienen la primera hoja, se realiza el injerto haciendo una incisión en el patrón, justo debajo de los cotiledones y en el lado contrario de la primera hoja, hasta el centro del tallo y hacia abajo (de 1 a 1.5 cm de longitud), y en la variedad comenzando 2 cm por debajo de la primera hoja verdadera y hacia arriba hasta el centro del tallo. Posteriormente se unen las dos partes mediante una cinta de plomo y se plantar en bandejas o charolas de crecimiento.

Desarrollo del proyecto
Para realizar el programa de injertos de sandía en la temporada otoño-invierno 2009-2010 se utilizaron las mismas variedades que la temporada pasada, siendo estas la 7187 (Abbott & Cobb), Palomar (S&G), Crunchy Red (Harris Moran), y agregando al programa la variedad 313. Estas variedades fueron injertadas sobre el patrón de calabaza RS 841.

El proyecto inició con el programa de siembra, para lo cual el productor informó de las necesidades de injertos, de sandía (fase experimental) y con ello se calculó la cantidad de semillas necesarias para cubrir la superficie de 282 hectáreas de sandía.

El sustrato que se usó para la siembra en bandejas fue el BM2 (Berger) que contiene musgo de turba (peat moss) de grado fino, combinado con vermiculita de grado fino.

El proceso de tapado de bandejas consistió en colocar una capa delgada con vermiculita para cubrir bien las semillas, y posteriormente el sellado utilizando agua con la intención de que las bandejas contaran con suficiente humedad para ser llevadas a la cámara de germinación.

Los productos preventivos que se usaron para el sustrato de siembra, fueron el insecticida sistémico Confial ((imidacloprid) a 1 mL/L, y fungicidas Carbendex (carbendazim) a 0.5 g/L y Previcur (propamocarb) a 1 mL/L.

El sustrato que se utilizó en la mezcla para el planteo de injertos fue de nuevo el BM2. Las cantidades utilizadas fueron 10 litros de perlita por cada dos pacas de sustrato, agregando a la mezcla como preventivos el insecticida Confial a 1 mL/L y los fungicidas Monseren a 0.5 mL/L y Previcur a 1 mL/L.

El programa de injertos inició el 19 de noviembre del 2009, injertando 2,500 plantas por hectárea más el 10%, lo cual equivale a 2 750 plantas por hectárea. Este 10% adicional se estableció en base a los datos obtenidos de porcentaje viabilidad en campo durante las etapas pasadas.

Una vez que se termina de injertar en el taller, comienza la fase de plantación. Las plantadoras se llevan los injertos para plantarlos en bandejas de 60 o 50 cavidades, según la disponibilidad de éstas.

Finalmente tiene lugar la fase de campo, es decir la plantación de plántulas injertadas en los campos de cultivo correspondientes.

Perspectiva del injerto a nivel comercial
En virtud de los resultados y trabajos realizados en temporadas pasadas, en el cuadro adjunto se estiman los requerimientos de personal de trabajo para su operación en proyectos futuros.

Además se recomienda proveer un lugar con suficiente espacio y condiciones favorables para las áreas de plantación y siembra, donde se puedan controlar las bajas temperaturas del campo, durante la temporada de invierno, y los trabajadores puedan realizar su labor con mayor comodidad.

En cuanto al área de prendimiento, deben disponer de un sistema de riego y nebulización para mantener la humedad adecuada en plantas y ambiente.

El área de crianza debe contar con un calefactor de alta tecnología para uniformizar la dispersión de calor durante la noche, para obtener una mejor calidad de planta. El riego puede efectuarse con carros de riego para optimizar los gastos y su uniformidad.

Por último, es importante disponer de una cámara de germinación adecuada, así como capacitar al personal en las labores de injerto y manejo de plántula.

Fuente: El injerto en el cultivo de melón y sandía como alternativa al uso de bromuro de metilo. Semarnat. Octubre del 2009.