Evita una contaminación de E.coli y Salmonella en tus cultivos de lechuga y espinaca

Foto cortesía de iStockphoto.

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Espinacas y lechugas son cultivos sujetos a contaminación periódica de E. coli y Salmonella. A continuación, expertos de la Universidad de California comparten su experiencia y lecciones aprendidas al examinar la ecología y la biología de estos peligrosos patógenos bajo ambientes de producción.

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P1: Si hay agua o materia orgánica contaminada con bacterias en el campo de cultivo durante la siembra, las plántulas que están germinando ¿se infestarán? ¿Terminarán las bacterias en los productos cosechados?

En una prueba de campo, cepas de E. coli aplicadas en forma de aerosol base agua (para simular servicios de riego), así como cepas que se mezclaron con arena y fueron colocadas en bolsas de malla (simulando fuentes de contaminación), no sobrevivieron en suelo durante largos periodos de tiempo en condiciones de cultivo comercial. No se recuperó el inóculo del aerosol ni el de las bolsas mediante cultivo directo en cajas Petri; trabajamos con plantas de lechuga y espinaca que crecían en suelo inoculado, o cerca del inóculo en las bolsas.

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P2: Las bacterias patógenas que afectan al ser humano ¿se “internan” en cultivos hortícolas de hoja grande que crecen bajo condiciones reales de campo?

“Internalización” es el fenómeno mediante el cual las raíces de las plantas absorben microorganismos y los transportan hacia las hojas y tallos aéreos.

Algunos estudios realizados en laboratorio y cámaras de crecimiento indican que las hortalizas de hoja grande pueden absorber E. coli de esta manera, contaminando hojas que podrían llegar a ser consumidas por el ser humano.

Establecimos pruebas en una operación comercial para investigar la internalización bajo condiciones de campo. Cuando se inocularon varias cepas genéricas de E. coli en las raíces de espinacas utilizando el sistema de cintilla riego por goteo, el follaje sobre la superficie del suelo no arrojó resultados positivos a E. coli con métodos de siembra directa.

La esterilización superficial de las plantas con cloruro de mercurio seguida por el cultivo enriquecido, dio como resultado una de cada 80 plantas con resultados positivos para las cepas genéricas de E. coli. Con base en este experimento, creemos que E. coli no se interna en las hortalizas de hoja larga que se cultivan bajo condiciones de campo.

 

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P3: Dado que las bacterias pueden sobrevivir en los residuos de cultivos, ¿qué se puede hacer en el campo para mejorar la degradación y reducir el número de bacterias?

Se realizaron otros estudios para determinar si las prácticas de producción podían incrementar la muerte y reducir el número de los patógenos que vivían en los residuos de cultivos de lechuga y espinaca.

Simulamos la contaminación de la lechuga al inocular cultivos maduros de operaciones comerciales con cepas genéricas de E. coli y Salmonella. Las parcelas con lechuga fueron tratadas de manera diferenciada por medio del uso de la podadora, el rodillo de anillos, o al no tocar los cultivos contaminados.

Después de un periodo de retención, los cultivos contaminados fueron mezclados en el suelo por medio del disco. Un conjunto de parcelas que incluían todos los tratamientos de suelo recibió un tratamiento de riego durante una semana después del discado.

La supervivencia de E. coli y Salmonella fue monitoreada al muestrear el suelo y los residuos de cultivos desde el día de la incorporación y luego a los 1, 6, 11, 20 y 48 días después de la incorporación.

Después de 21 días, se plantó un segundo cultivo de lechugas en las parcelas originales y las plantas fueron muestreadas en la etapa de entresacado (27 días después de la emergencia), a fin de evaluar la transferencia de las cepas inoculadas a este cultivo que se había vuelto a sembrar.

Después de la incorporación del primer cultivo, las bacterias objetivo fueron cuantificables sólo en unas cuantas parcelas, durante la primera fecha de muestreo; sin embargo, fueron recuperadas en las pruebas tomadas en fechas posteriores a los 48 días después de la inoculación.

Ninguna planta de lechuga del cultivo secundario en ninguna de las parcelas arrojó resultados positivos a E. coli.

Investigación realizada por: Steven Koike, Trevor Suslow, y Michael Cahn; todos ellos de la Universidad de California. Koike es fitopatólogo consultor del Departamento de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. Artículo orginalmente publicado en American Vegetable Grower, revista hermana de Productores de Hortalizas.