Variedad de tomate resistente a Paratrioza

Variedad de tomate resistente a B.cockerelli

Aunque el control del psílido de las solanáceas (paratrioza o Bactericera cockerelli) se basa en el método químico, otras estrategias de control han sido sugeridas, incluida la resistencia vegetal.

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La resistencia vegetal es uno de los pilares fundamentales del manejo integrado de plagas (MIP), siendo los parientes silvestres de los cultivos la principal fuente de resistencia. Su transferencia al cultivo puede realizarse mediante hibridaciͳn o por la técnica del injerto.

Originario de América y domesticado en México, el tomate cuenta con una amplia diversidad de parientes silvestres con características valiosas de resistencia a sequía, exceso de humedad, plagas y enfermedades. En diferentes regiones de México crecen variedades de tomate silvestre que pudieran injertarse con variedades cultivadas para inducirles resistencia.

Variedad silvestre mexicana En el estado de Michoacán (México), el tomate silvestre S. lycopersicum var. Cerasiforme conocido como “Tinguaraque” se desarrolla bajo condiciones adversas de humedad, y presumiblemente es tolerante a plagas y enfermedades.

Sin embargo, son pocos los estudios documentados sobre injertos en hortalizas, por lo que la riqueza de germoplasma nativo no ha sido aprovechada, y en algunos casos, está en riesgo de desaparición. Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue evaluar la resistencia a plagas de injertos de tomate en su pariente silvestre S. lycopersicum var. Cerasiforme de la región de Jiquilpan, Michoacán (México), con énfasis en el psí­lido B. cockerelli.

Métodos de ensayo Para evaluar la resistencia del tomate, el psí­lido fue liberado dentro de la jaula con la planta correspondiente. A partir del segundo dí­a, se tomaron registros diarios en forma visual del número de psílidos sobre la planta. Se establecieron de cuatro a ocho pruebas y el periodo de lectura fue de seis dí­as.

Para el segundo ensayo (múltiple), plantas de los tres tratamientos fueron expuestas a la vez a un número de 10 a 15 psílidos dentro de las jaulas. A partir del segundo día, las plantas fueron revisadas diariamente y el número de insectos por planta contabilizado durante un periodo de ocho días. Se realizaron cinco pruebas por tratamiento.

Para determinar la incidencia de insectos en campo, plantas de los tres tratamientos (tomate, Tinguaraque e injerto) de 40 días de edad fueron establecidas en macetas de plástico (17 x 21 cm) y colocadas en condiciones de campo; se consideraron 20 plantas por tratamiento.

Para el psÍ­lido B. cockerelli y el minador Lyriomiza spp. se registró el número de folíolos con huevecillos y minas, según el caso; para áfidos, mosca blanca, chinches, ninfas y adultos del psí­lido se registró el número de individuos por planta.

Resultados de tratamiento Cuando los tratamientos se expusieron en forma individual, la incidencia de los psÍ­lidos adultos mostró diferencias entre tratamientos. La mayor incidencia se registrͳ en el tomate y la menor en Tinguaraque e injerto, sin observar diferencias estadísticas entre los dos Últimos.

Cuando los tres tratamientos se expusieron simultáneamente, la tendencia observada en la prueba individual fue confirmada en este bioensayo múltiple. El análisis estadístico reveló diferencias altamente significativas entre tratamientos. La preferencia del psílido adulto fue 22,8 veces mayor por tomate que por Tinguaraque y tres veces más que por los injertos.

Aunque tanto en la prueba individual como en la múltiple se registraron oviposturas y ninfas de B. cockerelli, observaciones preliminares mostraron que el número de huevos, ninfas y adultos emergidos siempre tendió a ser mayor en tomate, seguido del injerto y de Tinguaraque.

Incidencia en campo abierto Aunque la incidencia del psí­lido en campo fue baja, se detectaron diferencias significativas respecto a la incidencia de adultos, oviposturas y ninfas del psílido en los tres tratamientos. El mayor número de adultos se registró en el tomate seguido del Tinguaraque y del injerto, sin diferencias entre los dos Últimos.

El mayor número de folíolos con oviposturas ocurriͳ en tomate, superando significativamente al injerto y Tinguaraque. La incidencia de ninfas fue mayor en tomate, manteniéndose la misma tendencia que para las otras variables.

Incidencia de otros fitͳfagos El análisis estadístico mostrͳ diferencias significativas Únicamente para la incidencia de minadores y de áfidos. La mayor incidencia de minadores se registró en tomate y la menor en Tinguaraque. El injerto mostró una incidencia intermedia de minadores y diferencias significativas con el tomate y el Tinguaraque.

Para los áfidos ocurrió mayor incidencia en el tomate con relación al Tinguaraque, pero sin diferencias con relaciͳn al injerto. La incidencia de mosca blanca no alcanzͳ diferencias significativas, aunque la tendencia obtenida fue similar al caso de otros insectos en los que el tomate mostrͳ el mayor ataque y el Tinguaraque el menor. Sólo en el caso del complejo de chinche (hemípteros) la incidencia luciͳ muy similar en tomate, Tinguaraque e injerto.

Resistencia a plagas Aunque la incidencia de las diferentes especies de insectos fue baja en condiciones de campo, los resultados de laboratorio y campo indican que el tomate silvestre o Tinguaraque presenta resistencia a diversos insectos fitófagos, entre ellos, B. cockerelli, complejo de áfidos y minadores del género Liryomiza spp., y al menos, se encontraron evidencias de posible resistencia a B. tabaci.

Es probable que con incidencias más altas de mosca blanca las tendencias aquí­ presentadas sean estadísticamente confirmadas. Al parecer, la resistencia observada en Tinguaraque es de tipo antixenosis es decir, el insecto puede alimentarse de la planta, e incluso reproducirse en ella cuando no existen alternativas, pero cuando hay plantas más apetecibles, como el tomate e injerto, éstas fueron preferidas por los insectos.

Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que otro tipo de resistencia está involucrada, incluida la antibiosis, lo que pudiera explicar la resistencia mostrada por el injerto hacia algunos insectos, similar incluso a la del Tinguaraque. En México, reportes previos han señalado de manera aislada la resistencia del tomate silvestre hacia diversas plagas del tomate; sin embargo, no se encontraron reportes que muestren evidencias experimentales ni el ecotipo del Tinguaraque evaluado.

La resistencia a esas plagas fue también manifestada en injertos de tomate sobre su pariente silvestre, de manera que la técnica de injerto puede ser una importante herramienta en el manejo de plagas del cultivo del tomate.