Investigadores desarrollan un tomate más saludable

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Unos investigadores de la Universidad de California, Los Angeles (UCLA por sus siglas en inglés) han modificado tomates genéticamente para producir un péptido que imita los efectos del colesterol bueno (LAD) al ser consumido. Su estudio inicial, publicado en el número de abril de Journal of Lipid Research (Diario de Investigación sobre Lípidos), reveló que aquellos ratones alimentados con estos tomates molidos y deshidratados por congelación, sufrieron menor inflamación y acumulación de placa en sus arterias.

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“Este es uno de los primeros ejemplos de un péptido que actúa como la principal proteína y la cual puede liberarse simplemente al ingerir la planta,” afirma el autor principal del estudio, Dr. Alan M. Fogelman, director del consejo ejecutivo del departamento de medicina y director de la unidad de investigación de aterosclerosis del Colegio de Medicina, David Geffen, de UCLA. “No hubo necesidad de aislar o purificar el péptido; se hizo completamente activo después de ingerir la planta.”

Después de que los ratones comieran los tomates, los investigadores descubrieron que, sorprendentemente, el péptido estaba activo en el intestino delgado, pero no en la sangre, por lo que asumieron que el enfoque en el intestino delgado podría ser una nueva estrategia para prevenir arterosclerosis inducida por dieta, la enfermedad originada por placa acumulada en las arterias que puede causar ataques al corazón.

Para este estudio específico, el equipo modificó genéticamente tomates para producir 6F, un péptido que imita la acción de apoA-1, la proteína principal en lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno). Los científicos alimentaron a los ratones con tomates normales, los cuales carecen de la habilidad para extraer lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo) de su sangre, con lo cual desarrollaron inflamación y arterosclerosis tras consumir una dieta alta en grasa.

El equipo escogió un fruto — el tomate — que pudiera ser comido sin la necesidad de ser cocinado, con lo cual podría descomponer el péptido. Los investigadores tuvieron éxito en la expresión genética del péptido en plantas de tomate, a continuación de lo cual el fruto maduro fue secado por congelación y molido para el estudio.

“Este es uno de los primeros ejemplos en investigación traslacional usando una planta comestible como vehículo de transmisión con un nuevo enfoque en colesterol,” subraya Judith Gasson, profesora de medicina y química biológica en UCLA y decana asociada para investigación en la Escuela de Medicina, Geffen. “Vamos a observar de cerca esta nueva investigación para ver si los estudios preliminares pueden conducir a ensayos en humanos.”

Gasson también mencionó que hallazgos preliminares y estudios futuros podrían revelar información importante y fundamental sobre la función del intestino en inflamación y arterosclerosis causadas por la dieta.