Controla los áfidos al entender cómo interactúan con las plantas

Los áfidos o pulgones son una de las principales plagas que afectan a muchos cultivos hortícolas producidos bajo invernaderos, incluyendo productos ornamentales y hortalizas. En general, los áfidos tienden a seleccionar ciertas plantas y ciertas  variedades, prefiriéndolas sobre otros. ¿Cuál es la razón? La principal razón puede ser atribuida a la calidad nutricional o al contenido de nutrientes en las plantas.

Controla los áfidos al entender cómo interactúan con las plantas

Una proliferación de áfidos en las hojas viejas puede variar dependiendo en el tipo de la planta. La tasa de crecimiento son más altas en las hojas de abajo frente a las de arriba.

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Por ejemplo, los cultivares pueden variar en su susceptibilidad a los áfidos, como al pulgón del durazno verde (Myzus persicae), básicamente debido a la calidad nutricional de ciertos cultivares. De hecho, la calidad nutricional o el contenido de nutrientes en una planta, o en un cultivar, pueden estar fuertemente correlacionados con su susceptibilidad, es decir con la concentración de aminoácidos en los tejidos vegetales y la atracción que presentan esas plantas a los áfidos. Los insectos requieren aminoácidos para crecer, desarrollarse y reproducirse.  Los áfidos se alimentan dentro de los tubos cribosos del floema y por lo tanto es posible que tiendan a seleccionar las hojas en desarrollo de ciertos cultivares que contengan mayores concentraciones de aminoácidos en el floema.

Los cultivares que mejoran la reproducción de los áfidos tienen mayores riesgos

El número de áfidos que colonizan las plantas varía dependiendo del cultivar, y está relacionado con la calidad nutricional o el contenido de nutrientes. Asimismo, los estudios sugieren que los áfidos seleccionan las plantas que son más favorables para su proceso de reproducción. Algunos reportes indican que los áfidos seleccionan las plantas que son más favorables para su proceso de reproducción.

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Myzus persicae, crédito de la foto: Eugene Nelson

Por ejemplo, los reportes indican que Myzus persicae prefiere alimentarse de ciertos cultivares que le ayudan a mejorar su proceso de reproducción. Asimismo, el tiempo de su ciclo de desarrollo puede llegar a diferir, dependiendo del cultivar del cual se alimenten.

Por lo tanto, puede haber diferencias en la duración del ciclo de vida y en la reproducción de las poblaciones del Myzus persicae cuando estos áfidos se alimentan de diferentes cultivares. De hecho, en algunos cultivares, la velocidad de reproducción es mayor cuando los áfidos, incluyendo el pulgón Myzus persicae, se alimentan del envés de las hojas, en lugar de alimentarse del haz.

Cualquier mejora en la reproducción puede afectar directamente la eficacia de los insecticidas y del control biológico. Por ejemplo, tal vez se requieran aplicaciones de insecticidas más frecuentes, debido al número de áfidos que se producen en un cierto tiempo; lo cual podría aumentar las poblaciones de áfidos que desarrollan resistencia a los insecticidas.

Más aun, el potencial reproductivo de los áfidos en cultivos susceptibles puede dar como resultado que los enemigos naturales, es decir los agentes de control biológico, como los parasitoides y los depredadores, no sean capaces de controlar las poblaciones de manera efectiva, en comparación con el control que pueden ejercer sobre los áfidos que se alimentan de cultivos menos susceptibles. Esto puede deberse a la dificultad de manejar el número de áfidos que se producen en tan poco tiempo.

Los áfidos se vuelven a distribuir conforme las plantas crecen, dando como resultado variaciones en la distribución vertical. En la mayoría de los casos, los puntos de crecimiento son las regiones principales en las que tienden a acumularse para alimentarse. Por ejemplo, en ciertos cultivares de crisantemos, las poblaciones de Myzus persicae emigran hacia las partes superiores de la planta en cuanto las plantas desarrollan yemas.

Al desarrollarse las yemas florales ocurren cambios en la concentración de los aminoácidos en las hojas, con lo que el follaje se vuelve más adecuado para los pulgones; permitiendo que aumente el número de individuos, en comparación con las plantas que no florecen. Cuando las plantas florecen, las hojas que se encuentran arriba de las plantas en floración son las más adecuadas para los áfidos. Así es como cambia la distribución de las poblaciones de áfidos, los cuales van moviéndose hacia arriba de las plantas, hasta acumularse en las flores y las hojas superiores. El movimiento hacia las partes superiores de las plantas durante la época de floración puede ser la explicación para observar de pronto grandes cantidades de pulgones alimentándose de las flores.

La preferencia de los áfidos por las hojas superiores puede ayudar a controlarlos

La preferencia de los áfidos por las hojas superiores puede influir en su control, ya que quedan más expuestos a los insecticidas de contacto y a los enemigos naturales, aun cuando las flores abiertas puedan protegerlos de la exposición a los insecticidas de contacto y posiblemente incluso de los enemigos naturales.  Los pulgones que colonizan los puntos de crecimiento pueden ser más fáciles de controlar que los que residen en las hojas maduras o en el envés de las hojas, porque puede ser difícil que entren en contacto con los insecticidas en estos sitios.

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Cuando las poblaciones de pulgones aumentan, se algunos individuos desarrollan alas para volverse a distribuir entre las plantas cercanas.

Asimismo, cuando las poblaciones de pulgones aumentan en exceso, algunos individuos se vuelven más móviles; es decir, desarrollan alas que les permiten volver  a distribuirse entre las plantas cercanas. Estos cambios en la distribución de las poblaciones pueden influir tanto en la eficacia de los insecticidas, como en la capacidad de los enemigos naturales para regular de manera efectiva las poblaciones de pulgones.

Cuando las poblaciones de pulgones aumentan, se algunos individuos desarrollan alas para volverse a distribuir entre las plantas cercanas.

La movilidad de los áfidos está ligada a la nutrición

A pesar de que los áfidos en general tienden a juntarse en los puntos de crecimiento de las plantas, algunas especies difieren en la forma en la que se distribuyen en las plantas. Por ejemplo, las poblaciones del pulgón del melón (Aphis gossypii) tienden a moverse hacia arriba, para acumularse en las hojas superiores. Todos los áfidos tienden a moverse hacia arriba cuando crecen las plantas, pero el pulgón Myzus persicae se dispersará más rápido que otras especies de áfidos.

El movimiento de los áfidos puede estar relacionado con la movilización de los aminoácidos esenciales en los tejidos del floema vegetal, ya que las hojas en desarrollo y las hojas terminales tienen niveles más altos de aminoácidos que las hojas más viejas o en senescencia. Por tal motivo, algunas especies de áfidos no colonizan esas hojas viejas o senescentes. Esto puede estar relacionado con una disminución en la calidad nutricional o en el contenido de nutrientes. Cuando las hojas envejecen, o entran en el periodo de senescencia,  tienden a soportar poblaciones menos numerosas de áfidos. Asimismo, los pulgones tienden a ser menos visibles y más difíciles de detectar en las hojas más viejas y más bajas, al momento del monitoreo.

El tipo de plantas determina la región que colonizan los áfidos

Sin embargo, la colonización de los áfidos en las hojas más viejas varía dependiendo del tipo de cultivo. Por ejemplo, se ha reportado que el pulgón Myzus persicae en las plantas de papa (Solanum tuberosum) prefiere las hojas más viejas de las zonas más bajas, las cuales son las primeras en entrar en senescencia. La tasa de crecimiento y la tasa de reproducción son más altas en las hojas ubicadas en las zonas más bajas de las plantas, en comparación con las tasas de reproducción y crecimiento de los pulgones en hojas de las zonas superiores, lo cual es un factor asociado con la composición de la sabia del floema de las hojas en senescencia, cuyo contenido básico de carbohidratos cambia a un contenido predominante de aminoácidos.

Por lo tanto, la razón por la que el pulgón del durazno verde prefiere las hojas más bajas de la papa, en lugar de las hojas superiores, puede deberse a que la concentración de aminoácidos está relacionada con su tasa de reproducción.

Los áfidos en general, tienden a acumularse en los puntos de crecimiento de las plantas; sin embargo la especie de áfido y la arquitectura de las plantas pueden afectar su distribución.

 

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Tomen medidas preventivas antes de que aparezcan los áfidos alados

El desarrollo de áfidos alados puede ser atribuido a una disminución en la calidad nutricional de las plantas, variaciones en la química de las plantas, o a un exceso de población. Si el número de áfidos en las plantas es exagerado, éstos se moverán hacia zonas más bajas de las plantas y probablemente surgirán individuos con alas.

Asimismo, los adultos alados pueden volar y tienden a acumularse en las partes superiores de las plantas para dar a luz a su progenie después de localizar una nueva planta hospedera.  Para el momento en el que los productores empiezan a notar la aparición de áfidos alados, ya puede ser demasiado tarde para iniciar medidas de protección,  porque habrá un número demasiado grande de áfidos y no será eficiente el uso de insecticidas, ni la liberación de enemigos naturales.   La dispersión y los hábitos de alimentación de los áfidos en las plantes pueden influir en la capacidad de suprimir o controlar sus poblaciones, mediante insecticidas, o por medio de enemigos naturales.

El conocimiento de la estructura de las plantas ayuda a detectar a los áfidos durante las inspecciones en campo

Usualmente, el tamaño, la edad y la materia vegetal están asociados con la arquitectura de las plantas (número de hojas y ramas), y ésta arquitectura puede influir en la dispersión de los áfidos, e incluso en su control, ya que puede evitar que los insecticidas lleguen a ciertas partes de las plantas. Los áfidos que habitan en el dosel interior de las plantas pueden escapar a las aplicaciones de los insecticidas, e incluso a los ataques de sus enemigos naturales, porque no quedarán expuestos.  La distribución vertical de los áfidos en las plantas puede afectar la eficacia de los insecticidas de contacto, al disminuir su cobertura.  Puede ser muy útil saber qué tipo de distribución prefieren las distintas especies de áfidos, en el interior de las plantas o en forma vertical, a fin de monitorear sus poblaciones antes de que se dispersen en toda la planta (movilidad). Además, es preciso detectar sus poblaciones en etapas suficientemente tempranas para evitar que surjan brotes

Evitar el exceso de fertilización en las plantas es un buen punto de inicio para tener mejor control  

La distribución de los áfidos en las plantas puede variar dependiendo de la especie, el tipo de planta y el cultivar, los cuales pueden afectar de manera directa o indirecta la capacidad de suprimir sus poblaciones con insecticidas, o mediante el uso de sus enemigos naturales, como parásitos y depredadores.

Debido a  que los áfidos tienden a alimentarse de ciertos cultivares en particular, porque  tienen mayor calidad nutricional o mayor contenido de nutrientes, una buena recomendación es evitar aplicar fertilizantes solubles nitrogenados en exceso. Otra opción a la cual pueden recurrir los productores para proteger sus plantas, es sembrar cultivares que sean menos susceptibles. No obstante, aun cuando este método puede limitar los brotes de áfidos, tal vez no sea una opción factible, debido a que esta información sólo se obtiene hasta que las plantas empiezan a ser cultivadas, ya sea a campo abierto o bajo condiciones de invernadero.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la revista Greenhouse Grower, una marca de Meister Media Worldwide.