Importancia de los insectos en la transmisión de virus de las hortalizas

Control de virus

Los cultivos de hortalizas se ven afectados por diferentes problemas fitopatológicos, entre los cuales los causados por virus pueden limitar fuertemente la calidad y rendimiento de los mismos.

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Los virus son patógenos submicroscopicos con el potencial de causar problemas significativos en cultivos hortícolas. Sin embargo, la diseminación y significancia de los daños pueden variar de ciclo a ciclo de desarrollo.

Insectos diseminadores de virus

Los pulgones o áfidos son insectos responsables de la diseminación de muchos de los virus que afectan a las hortalizas, tales como el del Mosaico del Pepino (CMV) [Figs. 1 y 2], y el Virus Y de la Papa (PVY) en tomates y chiles, pero otros insectos como mosquita blanca, han estado diseminando geminivirus, y en los últimos años se ha reportado la transmisión de crinivirus (Amarillamiento de Cucurbitáceas) [Fig. 3].

Los trips se han encontrado responsables de transmitir algunas enfermedades importantes como el Virus de la Marchitez Manchada del Tomate (TSWV) [Fig. 4].

Grupos importantes de virus transmitidos por pulgones

La transmisión de virus por pulgones puede ser dividida en dos grupos importantes — transmisión Persistente y No-Persistente.

En una transmisión persistente, el pulgón acarreará el virus de por vida y para que el virus sea inoculado en las plantas, se requiere un cierto periodo de alimentación. Después de un periodo de incubación de algunas horas o días en el insecto, el virus está listo para ser pasado a otra planta hospedera. Debido a lo anterior, la diseminación en forma persistente es favorecida cuando las especies de pulgones colonizan y pasan un tiempo en la planta [Fig. 4].

El uso de insecticidas para controlar vectores de virus persistentes puede reducir significativamente la diseminación viral.

Los virus no persistentes pueden ser adquiridos en pocos segundos después de la alimentación del insecto en plantas infectadas. Los pulgones alados se mueven rápidamente de plantas infectadas a sanas, transmitiendo los virus en este proceso. Una ventaja es que los pulgones pueden perder las partículas virales impregnadas en su sistema bucal, el cual es limpiado cuando se alimenta en otra planta, y no le permite transmitir la enfermedad a otras plantas (de ahí que las plantas utilizadas como barreras son útiles).

Debido a la velocidad con la que los pulgones adquieren y transmiten este virus en forma no persistente, los insecticidas no son efectivos en controlar su diseminación.

Una de las enfermedades virales más comunes que se han detectado en cultivos hortícolas es el Virus del Mosaico del Pepino (CMV o VMP). Esta enfermedad es transmitida por varias especies de áfidos en una forma no persistente.

Hay algunas razas de VMP que pueden infectar más de 700 diferentes especies de plantas en 85 familias, incluyendo frijol ejotero, chiles, tomate, lechuga y tabaco.

Los síntomas que causa este virus varían dependiendo de la hospedera infectada, pero en general se observan moteados cloróticos en follaje y frutos, y severo achaparramientos de las plantas [Figs. 1 y 2].

• Seleccione campos alejados de hospederas susceptibles.
• Realice muestreos de campo para detectar el nivel de infestación de áfidos y síntomas de virus en forma regular.
 

Estrategias de manejo para reducir daños por virus

A la hora de considerar estrategias de manejo contra los virus, es muy importante tomar en cuenta la localización del cultivo. Hortalizas con la mayor incidencia de enfermedades virales tienden estar situadas cerca de campos con alfalfa o gramíneas.

Hasta donde sea posible, deben seleccionarse campos alejados de hospederas susceptibles.

Los cultivos plantados más tarde tendrán mayor daño de virus, por lo que se recomienda que cultivos susceptibles no sean plantados en forma adyacente, con el fin de reducir las fuentes de virus.

Tomando en cuenta que muchos virus invernan en malezas perennes y que son diseminados por pulgones, es esencial controlar las malezas en forma temprana, antes de la plantación, y así reducir la cantidad de malezas hospederas, las cuales pueden ser una fuente de inoculo.

Es oportuno llevar a cabo muestreos de campo para detectar el nivel de infestación de áfidos y síntomas de virus en forma regular, lo que ayudará no solamente a dar a conocer al productor el problema potencial en forma temprana, sino también a decidir medidas de acción adecuadas para prevenir pérdidas significativas en rendimiento y calidad de las hortalizas.

 

Dr. José Cosme Guerrero es profesor investigador en el Departamento de Agricultura y Ganadería, Universidad de Sonora, México [[email protected]].