Identificación de fitoparásitos

Los nemátodos se dividen en especies parásitas de plantas, saprófagas, que favorecen la descomposición de la materia orgánica, omnívoras e incluso depredadoras, o parásitas de animales, como los entomopatógenos que parasitan insectos, y pueden utilizarse en control biológico de plagas.

La función de la nematofauna es clave en los procesos relacionados con la actividad biótica del suelo, contribuyendo a la renovación de los sistemas radicales de las plantas al ser unos de los pocos herbívoros que existen en el suelo.

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En este artículo nos ocuparemos de las especies fitoparásitas, por el daño que causan a los cultivos.

Acción destructora en equipo

La acción patogénica de algunos organismos se favorece por la interacción de los nemátodos con otros organismos patógenos.

Los nemátodos pueden ser vectores activos de otros patógenos como es el caso de virus, o pasivos para bacterias y hongos.

• Facilitan el paso de patógenos secundarios a través de las heridas originadas por ellos en las raíces, como es el caso de Meloidogyne y Fusarium en tomate.

• Incrementan la susceptibilidad de la hospedera frente a ciertos patógenos al estimular la producción de exudados radiculares, en la interacción Globodera y Verticillium en papa.

• Contribuyen a la ruptura de resistencia de ciertas plantas frente a hongos. Provocan la secreción de un exudado radicular que atrae al Fusarium.

Sinergia con otros microorganismos

Las relaciones entre nemátodos fitoparásitos y los demás microorganismos predisponen a las plantas frente a la acción de otros patógenos o bien las hacen susceptibles frente a organismos que no parasitarían a las plantas.

Destaca en este sentido la interacción que se establece entre nemátodos y micorrizas, ya que éstas además de facilitar a la planta la absorción de determinados nutrientes, aumentan su tolerancia frente a los nemátodos.

Dificultades de detección

El manejo de los nemátodos fitoparásitos, especialmente los del suelo, plantea dificultades, ya que no son visibles con facilidad.

Un problema importante en el estudio de los organismos del suelo es que la muestra seleccionada pueda ser representativa del cultivo y problema que se pretende estudiar, por ello los muestreos deben planificarse teniendo en cuenta características biológicas y ecológicas de los nemátodos, que permitan una valoración de la población con un nivel aceptable de precisión.

Uno de los factores más importantes a tener en cuenta en la planificación de un muestreo es el modelo de distribución espacio-temporal que presentan los nemátodos, ya que la distribución espacial característica de los nemátodos fitoparásitos es de tipo agregado o contagiosa, como consecuencia de las pautas de micro y macrodistribución relacionadas con la biología y fuente de alimento.

Los nemátodos del suelo se encuentran en ocasiones distribuidos por focos y la localización de los mismos, así como su caracterización, no es siempre fácil, por lo que incluso las fases previas de muestreo podrían inducir a errores, si no son realizadas por expertos y de conformidad con protocolos de muestreo adecuados al área espacial a estudiar, teniendo muy en cuenta las características del cultivo y la época del año.

La distribución temporal y las fluctuaciones estacionales de las poblaciones de nemátodos parásitos de plantas están determinadas por la biología, ciclo de vida y dinámica de población de las especies objeto de estudio, así como por las relaciones huésped-parásito y las interacciones con el medio ambiente.

El conocimiento básico de la biología de estos organismos es imprescindible para poder considerar los resultados de un muestreo representativo de la población, siendo necesario en ocasiones realizar muestreos en diferentes épocas del año para determinar las fluctuaciones estacionales.

El conocimiento de las relaciones huésped-parásito es también fundamental para localizar y estimar correctamente la densidad de población de muchas especies.

Elección del método de control de nemátodos fitoparasitos

Un aspecto fundamental para la correcta utilización de las alternativas de manejo, está relacionado con la acción de los nemátodos sobre las plantas.

Las características biológicas y ecológicas de migratorio o sedentario, así como de ectoparásito o de endoparásito, resultan esenciales para la elección de los métodos de muestreo y manejo más adecuados de los nemátodos fitoparásitos en cada caso.

Así, los nemátodos ectoparásitos y los endoparásitos migratorios en general pueden controlarse con sistemas alternativos al bromuro de metilo y a los tratamientos químicos.

Por el contrario, el manejo de los nemátodos endoparásitos sedentarios requiere una adecuada armonización de técnicas alternativas, que deben ser contrastadas para cada caso concreto.

Además existe la posibilidad de la presencia simultánea de diferentes especies de nemátodos en ciertas circunstancias, por lo que conviene conocer las interacciones entre dicho conjunto de nemátodos, sean ectoparásitos o endoparásitos, migratorios o sedentarios, puesto que ello puede afectar a la eficacia de la técnica de manejo que se pretenda aplicar.

 

 

 

 

Fuente: Libro “Biodesinfección del suelo y manejo agronómico,” 2010. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Gobierno de España.