Garantiza la calidad de tus transplantes

Durante las ultimas décadas, se ha venido perfeccionando y expandiendo la técnica de injerto considerablemente debido a su éxito para reducir los daños causados por patógenos del suelo, incrementar la resistencia a sequía, así como mejorar la absorción de agua y nutrientes.

transplante-invernaderoEl injerto es el método de propagación más utilizado principalmente para hortalizas tales como cucurbitáceas y solanáceas, ya que presenta la ventaja de obtener en menor tiempo la fructificación, al injertar yemas ortogenéticamente maduras sobre una planta ya desarrollada. También puede ser utilizado para obtener nuevas variedades, lograr estructuras vegetativas fuertes y vigorizar variedades de cultivos que son de gran importancia genética y que se encuentren enfermos o dañados por insectos (Rojas et al., 2004). Obteniendo así cultivares con mayor potencial de rendimiento.

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Sin embargo, como mencionaba anteriormente, la principal finalidad del injerto en hortalizas es obtener resistencia ó tolerancias a enfermedades del suelo (Camacho y Fernández, 2002; Lin, 2004). Debido a los buenos resultados que se han obtenido utilizando el injerto en las diferentes hortalizas, es empleado como medida alternativa al uso del bromuro de metilo en instalaciones de cultivo protegido (Leoni et al., 2004; Mitidieri et al., 2005). Logrando  evitar o evadir algunas plagas o enfermedades del suelo, con una serie de ventajas frente a otras técnicas como solarización, uso de vapor de agua, utilización de cultivares resistentes, control biológico y el cultivo sin suelo (Hartman y Kester, 2002).

Con esto se logra disminuir el uso de los productos químicos que se utilizan con esta finalidad bajo condiciones de cultivo protegido, sin afectar los beneficios productivos de los cultivos. La técnica posee también potencial para ser utilizada en la mitigación de los cambios climáticos y aumentar la eficiencia de extracción de nutrientes del suelo.

Las plantas injertadas toleran condiciones de salinidad y suelos compactos y con mal drenaje,  condiciones de estrés por temperaturas elevadas (Khah et al., 2006); el injerto también es útil cuando no hay posibilidades de hacer rotación de cultivos debido a un intenso uso del suelo (Liere, 2008).

De los beneficios brindados en forma general al cultivo, regulan su crecimiento, en fructificación incrementa su precocidad y calidad de la fruta, así como tamaño y rendimiento final.

Actualmente, algunas cucurbitáceas tales como Sandia, melón, pepinos son injertados antes de ser transplantados al campo.

Ahora, de acuerdo con investigaciones realizadas anteriormente, es posible citar algunas de las enfermedades que es factible evitar gracias a la técnica de injerto. (Ver a continuación tabla 1).

tabla-sobre-injertos

 

Elementos que promueven el éxito del injerto

Es de suma importancia tomar en cuenta,  las características que debe poseer el portainjerto o también llamado patrón, resistencia a la enfermedad que se quiere prevenir, presentar buen vigor y plasticidad ecológica, tener buena afinidad con la planta que se injerta y presentar buenas condiciones para la realización del injerto: En las cucurbitáceas en especial, el portainjerto deben tener un hipocótilo relativamente largo (5-7cm), grueso, poco ahuecado y consistente, y no modificar desfavorablemente el número de frutos, así como la calidad de los mismos (Temparini et al., 2006) .

Los portainjerto tienen un sistema radicular altamente desarrollado, vigoroso que mejoran la absorción de agua y nutrimentos, lo que ocasiona incrementos en el rendimiento de las variedades que son injertadas. La Temperatura. Influye poderosamente en la división celular, por lo tanto en la formación de tejido de callo y la diferenciación de nuevos haces vasculares.

En otro lado, de los factores que influyen para lograr injertos de calidad, debemos de considerar lo siguiente.

Además de las características propias de las plantas que se unen, ciertas variables ambientales promueven o retardan el proceso. Entre los más importantes están los siguientes:

La Temperatura. Influye vigorosamente en la división celular, por lo tanto en la formación de tejido de callo y la diferenciación de nuevos haces vasculares. A temperaturas demasido altas o muy bajas los procesos se aletargan o paralizan, la temperatura óptima durante la fase de unión es entre 25-28 oC. (Cucurbitaceas)(Solanaceas 20-25C).  En caso de presentarse un crecimiento acelerado por parte del injerto, lo recomendable es reducir la temperatura y finalizar la fase de producción con la temperatura mas alta, esto genera un mayor vigor en las plantas injertadas.

Humedad. Los tejidos cortados para la unión del injerto, deben mantenerse bajo condiciones de humedad elevada, pues en caso contrario, las probabilidades de una buena unión son reducidas. Las partes expuestas a baja humedad se suberizan, impidiendo la unión. Es necesaria la alta humedad relativa para que no se deshidrate la púa que está sin raíz, antes de que selle la unión, por lo que la tasa de supervivencia y calidad del injerto mejoran cuando se mantiene la humedad relativa del 80-90%.

Superficie de contacto. Un contacto eficaz depende del número y disposición de los haces conductores en las dos plantas que se injertan y de disposición de las zonas de corte que están en contacto. En el tomate, los haces conductores están dispuestos en círculo, alrededor del tallo. Si el porta injerto y la variedad tienen diámetros similares en la zona de unión, la proximidad entre los haces vasculares de las dos plantas es máxima y, por lo tanto, la facilidad de la unión también lo es.

La perfección del injerto es muy importante, ya que si se pone en contacto solo una pequeña parte de los tejidos del porta injerto y la variedad, la unión es deficiente. Aunque haya una buena cicatrización y comience el crecimiento de la variedad, cuando esta alcance un desarrollo importante, una unión escasa impide el transporte de agua suficiente y se produce el colapso de la planta injertada (De Miguel, 2007)

La técnica de injerto utilizada. El tipo de injerto (corte de porta injerto y variedad) varía dependiendo el tipo de planta, en el tomate el tipo de injerto que se utiliza es el de empalme, el cual tiene grandes requerimientos climáticos, siendo muy delicado el manejo de las plántulas después de realizar el corte y hasta que cicatriza la herida.

Oxigeno. La división y crecimiento de las células van acompañadas de una respiración elevada, por lo que es necesaria la presencia de oxigeno en la unión del injerto para la producción de tejido de callo.

Contaminación de patógenos. En ocasiones bacterias y hongos entran en el corte, las cuales causan la pérdida del injerto. La limpieza y desinfección, es uno de los requerimientos básicos para la realización de la práctica de injerto.

Condiciones ambientales en la fase posterior al injerto. Es necesario controlar la temperatura y humedad relativa para asegurar que en la fase posterior al injerto, no se marchite ni el patrón, ni la variedad.

El injerto aún cuando es una técnica que ayuda a obtener mejores resultados en la producción de hortalizas leñosas bajo  invernadero, presenta desventajas. Es una técnica costosa ya que se tiene que adquirir el doble de semilla (porta injerto y variedad), se tiene que producir doble cantidad de plántula, incrementando el costo inicial para establecer las plántulas en el invernadero. El proceso de injerto es muy delicado porque se tiene que contemplar todos los factores antes mencionados que pueden afectar el éxito de la práctica.

 


 

Literatura Consultada.

  • Adil, H.A., N. Gruda & B. Geyer 2004. Effect of tempeture and grafting on the growth and development of tomato plants under controlled conditions. Dautscher Tropentang.
  • Ruisanchez Ortega Y.  2008 Cuba. El uso del injerto herbaceous en las cucurbitaceas. Institutos de investigaciones Horticolas “Liliana Dimitrova”.
  • Villasana Rojas J. 2010 México. Efecto del injerto en la produccion de tomate Lycopersicum esculentum Mill., bajo condiciones de invernadero en Nuevo León.