El tamaño del sector de los bioestimulantes crecerá un 100% en los próximos 5 años

A pesar de que todavía hay una serie de retos y problemas que es preciso enfrentar mientras el segmento continúa creciendo, los productos para la salud vegetal parecen haber mejorado su alguna vez cuestionable reputación y han sido adoptados por los principales fabricantes de productos tradicionales de protección de cultivos.

“Las compañías más pequeñas, las iniciadoras (“start-ups”) y las compañías medianas no son las únicas que están haciendo fuertes inversiones en tecnología; las grandes compañías de productos químicos convencionales son las que más están invirtiendo,” comenta Dave Lanciault, presidente y Director General de Agricen Sciences, una compañía de investigación en ciencias aplicadas que está dirigiendo el desarrollo de novedosas soluciones microbianas y bioquímicas que mejorarán la nutrición y la salud de los cultivos.

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Aun cuando todavía no hay reportes definitivos de analistas, se estima que el tamaño de los mercados fitosanitarios va de $1 mil millones a $2 mil millones.

Según Lanciault, se espera que el segmento crezca entre un 20% y un 25% en los siguientes cinco años; sugiriendo que el valor del mercado para el 2020 llegará a ser de $2 mil millones, a $2.5 mil millones.

“Esa cifra parece ser bastante grande, pero a nivel global, en comparación con la industria mundial de fertilizantes, realmente no lo es,” añade Lanciault says.

“Estamos en el extremo del mercado que representa el 5%, por lo que respecta a tasas de adopción y uso, en lugar de estar dentro del 50%.”

Para más información sobre los bioestimulantes, lee este artículo de Intagri.

Retos y oportunidades

“El primer paso para legitimar cualquier cosa, es poder llamar a las cosas por su nombre y describir la tecnología de manera cohesiva y coherente,” comenta Lanciault. Una vez realizado ese paso, será más fácil promover el valor de la tecnología conforme a esas bases. Europa y Estados Unidos son los líderes en cuanto a planificar los esfuerzos necesarios para hacer crecer la categoría y aclarar el panorama normativo.

La Unión Europea está más cerca de finalizar su proceso normativo, incluyendo la decisión sobre cómo deben ser considerados los bioestimulantes y otros productos que promueven la salud vegetal.

“Tenemos la esperanza de que volverán a analizar la forma en la que definirán el término productos químicos nutricionales,” comenta David Beaudreau, director ejecutivo de la Coalición de Bioestimulantes.

“Los productos químicos nutricionales están exentos de registro en el padrón de plaguicidas. Sostenemos el argumento de que los bioestimulantes no son plaguicidas. Son independientes de los fertilizantes y son independientes de los plaguicidas. En realidad debe existir una tercera categoría para los bioestimulantes.”

Lanciault coincide en que debe haber más claridad en el ámbito regulatorio.

“Es muy bueno poder ver a todas las partes que deben participar en dar una solución tratando este asunto como una prioridad. Estos esfuerzos se están llevando a cabo tanto en Europa como en Norte América. Los precedentes que surjan de las reuniones anuales establecerán las pautas para lo que ocurra en el resto del mundo,” explica Lanciault.

Todas las partes interesadas, los productores, los fabricantes, los legisladores y el resto de los miembros de la comunidad agrícola deben hablar el mismo idioma por lo que se refiere a las definiciones. Todo esto inicia con un acuerdo a nivel de normatividad.

Crecimiento de la industria

Los productores deben “entender suficientemente bien los componentes de la tecnología, a fin de determinar cómo adecuarla a sus prácticas establecidas y aprovecharla para complementar, mejorar o acelerar el valor de esas prácticas, para que la tecnología se traduzca en una propuesta de valor económico.”

El reto que enfrentan los fabricantes es explicar la forma en que los bioestimulantes se adaptan sin ningún problema a las prácticas que ya utilizan los productores, y que éstos se den cuenta de que los bioestimulantes sirven para mejorar las inversiones que ya están haciendo. “Necesitamos facilitarles la adopción de la tecnología,” añadió Lanciault.

“Vamos a tener que vender esa tecnología a un costo por hectárea que sea asequible para los productores, para que en realidad puedan disfrutar de los rendimientos que esperan recibir de su inversión económica,” concluye.


Este artículo fue originalmente publicado en la revista Agribusiness Global, una marca de Meister Media Worldwide.