Diversifica tus métodos de control de Mosca blanca

Diversifica tus métodos de control de Mosca blanca

En artículos anteriores, les comentamos sobre las características básicas de la Mosca blanca, sus hábitos, diferentes especies y daños causados, además de recomendaciones sobre el monitoreo, prevención y control de esta plaga en cultivos de tomate. Ahora pueden consultar los diferentes tipos de control de Mosca blanca.

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Control mecánico

Invariablemente, se debe contar con un programa de mantenimiento de los plásticos para estar continuamente encontrando y reparando roturas antes de que representen una puerta de entrada a plagas. Usar trampas grandes amarillas con pegamento en las entradas de los invernaderos es una buena estrategia para monitorear y controlar la entrada de insectos dañinos. En las etapas tempranas, cuando no se hayan empleado organismos para control biológico, se recomienda usar bandas plásticas amarillas con pegamento en las áreas de más incidencia de mosca y en las capillas de los invernaderos cerca de las ventilas, siempre a una altura por encima del cultivo; también se puede usar plástico amarillo con pegamento en los carritos de trabajo.

Control biorracional

Una vez que se realizó el último tratamiento con algún insecticida sistémico, se deben realizar aplicaciones preventivas periódicas de productos biorracionales. Una recomendación adecuada es el uso de un extracto de ajo como repelente; es relativamente económico, sólo hay que considerar que sea un producto con una buena cantidad de halitos. El aceite de neem es uno de los productos históricamente más utilizados porque es difícil que se genere resistencia debido a que tiene varias formas de acción como insecticida; además otra gran ventaja que representa es el no tener restricciones en cuanto a días a cosecha y de tener un efecto noble contra polinizadores.

El pelitre es un insecticida natural extraído de la planta Chrysantemum cinerariaefollium (pelitre o piretro), también llamado piretrinas natural. Actúa por contacto, produciendo parálisis. Tiene baja toxicidad y es poco persistente (máximo tres días). Otros productos biorracionales muy efectivos que se encuentran ya en el mercado son el aceite refinado de soya (muy efectivo para el control de Moscas en estados inmaduros), jabones agrícolas potásicos, extracto de higuerilla y piretrinas naturales. Además del beneficio ambiental, estos productos no son muy caros, y al complementarlos adecuadamente se llega a tener un control muy efectivo.

Control biológico

Mosquita blanca tiene gran habilidad para generar resistencia a los insecticidas rápidamente; la brevedad de su ciclo de vida y la partenogénesis facultativa contribuyen en este sentido. Esa es una de las principales razones que el uso de sistemas de control biológico resulta económicamente más rentable que el control químico.

Parasitoides
Encarsia Formosa

  • Parásita ambas especies, pero prefiere parasitar Trialeurodes vaporariorum.

Eretmocerus eremicus.

  • En infestación alta de Mosca blanca, E. eremicus parásita mayor cantidad.
  • Parásita ambas especies.
  • Soporta temperaturas elevadas, por lo que tiene una vida más larga que Encarsia.
  • Más resistente a la mayoría de agroquímicos, lo que es de gran interés en el manejo integrado.

Eretmocerus mundus.

  • En condiciones de grandes poblaciones de Bemisia, parásita mayor cantidad.
  • Soporta mejor temperaturas elevadas.

En resumen, es de suma importancia identificar la especie de Mosca blanca presente en el invernadero. Si únicamente se encuentra Trialeurodes, lo más conveniente es utilizar Encarsia formosa pues es efectiva y “marca” las larvas parasitadas. Eretmocerus mundus es la especie más efectiva para el control de Bemisia. E. eremicus es más resistente a altas temperaturas y a residuos de plaguicidas, efectivo para el control de ambas especies, es conveniente aplicarlo junto con la otra especie que mejor controle a la Mosca blanca más común en el invernadero.

Entomopatógenos

De forma natural, cuando la humedad relativa es alta, algunos hongos atacan a las larvas de Mosca blanca; principalmente Verticillium lecanii, Paecilomyces farinosus, P. fumosorosus, y Aschersonia aleyridis. Se han aislado estos hongos de moscas en estados inmaduros y se producen comercialmente para su aplicación en invernaderos, considerando que se pueden propiciar las condiciones necesarias de humedad. En México se comercializa principalmente Verticillium, Paecilomyces, Beauveria Bastiana y Enthomophthora virulenta. La desventaja de aplicar Verticillium es que requiere de humedades relativas muy altas. Existen cepas regionales muy efectivas de Bacillus subtilis, es conveniente buscar información con los Comités Estatales de Sanidad Vegetal para conseguir este tipo de organismos. Y siempre hay que cuidar de no liberarlos cuando se hayan aplicado fungicidas o bactericidas. Al inicio del cultivo, cuando se hayan realizado desinfecciones o esterilizaciones, lo mejor es inocular con organismos benéficos.

Depredadores

Existen diversos insectos depredadores que se comercializan con la finalidad de controlar distintas plagas, muchas veces, tienen el efecto contra varios insectos. Por lo anterior, al hacer un control con biológicos depredadores para otras especies también se controla de forma indirecta la incidencia de Mosca blanca. Por ejemplo, los chinches de la familia Miridae como Macrolophus caliginosus, Dicyphus tamaninii, D. errans, y Cyrtopeltis tenuis se alimentan de los minadores de hoja; distintas especies de Anthocoridae del género Orius (chinche pirata) se nutren normalmente a base de trips, aunque cuando escasean se alimentan de larvas de Mosca blanca. El caso de Chrysoperla es similar, controla especialmente pulgones, pero es tan voraz que no sólo se alimenta también de Moscas blancas, sino que incluso tiene actitudes caníbales.

Control químico

El control químico de Mosca blanca es difícil debido a la biología de este insecto. B. tabaci ha desarrollado resistencia a la mayor parte de los insecticidas. Es conveniente usar este tipo de control únicamente cuando la presencia de Mosca blanca es grave y no se ha podido controlar con las anteriores medidas. También se justifica el control químico cuando se tienen poblaciones de B. tabaci que se sospecha sean infectivas de enfermedades virales de plantas, pues no hay un umbral económico recomendado. Las aplicaciones deben iniciar al observar los primeros focos.

Varios de estos compuestos no son compatibles con el uso de controladores biológicos. Revisa cuidadosamente la etiqueta de los productos para averiguar los intervalos de seguridad y niveles de residuos autorizados por las agencias internacionales o nacionales que reglamentan al respecto (EPA y Codex Alimentarius para el mercado de exportación y SENASICA para el mercado nacional). Es preciso alternar el uso de materias activas con diferentes formas de acción para evitar que se genere resistencia.

La experiencia ha mostrado que para la implementación de toda estrategia efectiva del manejo de la resistencia a plaguicidas se debe de buscar minimizar la selección o el uso de un solo tipo o grupo químico de plaguicidas. En la práctica, la alternancia, secuencias o rotaciones de compuestos de diferente modo de acción proporciona un enfoque sustentable y efectivo del manejo de la resistencia.

Para todas las aplicaciones se deben usar las dosis indicadas en los productos, usando los rangos bajos para etapas iniciales o cuando la incidencia de la plaga es muy baja. Se debe procurar mojar bien el envés de las hojas y añadir humectantes para actuar en las poblaciones que se encuentran cubiertas por melaza. Dentro de las acciones inmediatas respecto al uso racional de los plaguicidas, destaca el mejoramiento de la tecnología de su aplicación. Esto involucra el mejoramiento de los equipos de aspersión (incluyendo su calibración continua), el uso de boquillas adecuadas, la corrección del pH y “dureza” del agua de aspersión, y el horario más adecuado de aplicación entre otras actividades. El agua que se utiliza para la aspersión de los insecticidas sólo sirve como un vehículo que facilita la deposición sobre las plantas de las cantidades necesarias del plaguicida, con la finalidad de obtener el mayor porcentaje de mortalidad de la plaga objetivo.
 

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Este artículo fue extraído y adaptado del capítulo “Mosca Blanca,” escrito por Rafael Bujanos Muñiz y Jesús Arévalo Zarco, del Manual de Producción de Tomate en Invernadero, libro que se enfoca en la producción protegida de tomate de tecnología baja e intermedia. El Manual contiene cerca de 500 páginas a todo color, 111 cuadros y 81 figuras para orientar al técnico en los aspectos cotidianos de la producción del tomate de invernadero.

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