Controla el mildiu de cucurbitáceas

El manejo de las enfermedades es un componente importante para que los productores convencionales y orgánicos tengan éxito en la producción de melón, calabaza, pepino y otros cultivos de cucurbitáceas.

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Esta imagen muestra al mildiu en calabacita redonda. Una forma de reducir la gravedad de la enfermedad es aplicar fungicidas cuando se pronostique algún riesgo.

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Dos enfermedades importantes que atacan estos cultivos son la Cenicilla y el Mildiu, inevitables debido a que los patógenos producen esporas que se dispersan con el viento y son capaces de moverse a largas distancias. La ocurrencia de otras enfermedades es más variable y depende de la presencia de los patógenos (muchos sobreviven entre cada ciclo de cultivo) y de que las condiciones para su proliferación sean favorables.

Prevención y manejo
Las nuevas herramientas de manejo para los productores incluyen el uso de variedades resistentes, bioplaguicidas y túneles de exclusión de esporas. La lista de las variedades de melón resistentes a la cenicilla continúa creciendo. Asimismo, pronto se comercializarán variedades de pepino con una nueva fuente de resistencia al mildiu.

Investigaciones realizadas en el estado de Nueva York (EUA) han demostrado que se puede lograr el control completo del mildiu al cultivar pepinos en túneles equipados con un sistema de filtración de aire de bajo costo que tenga filtros alergénicos para atrapar esporas.

El sistema fue diseñado y probado por Lou Lego en su agrícola, Elderberry Pond Farm en Auburn, Nueva York. Lego utiliza un programa al cual se puede tener acceso para pronosticar el mildiu en las cucurbitáceas que cultiva en su agrícola, ayudándolo a decidir cuándo encender el sistema.

Nuevas herramientas
Hay varios nuevos bioplaguicidas que ayudan tanto a los productores orgánicos como a los convencionales a manejar los patógenos foliares y los patógenos transmitidos por el suelo.

Bioplaguicidas a base de la Cepa D747 de Bacillus amyloliquefaciens han sido etiquetados para aplicarse en suelo para combatir la secadera o damping-off y el decaimiento de las guías; así como al follaje para combatir el mildiu, el tizón de tallo gomoso y la cenicilla.

La Cepa QST 713 de Bacillus subtilis es una bacteria que coloniza las raíces y produce compuestos que afectan a los patógenos directamente, al mismo tiempo que abre vías metabólicas para activar las defensas naturales de las plantas y modular el crecimiento. Ha sido etiquetado para combatir enfermedades ocasionadas por Rizoctonia, Pitio, Fusario, Verticilo y Fitóftora.

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El pasado verano las plantas de calabacita se vieron afectadas por la cenicilla. Esta puede ser manejada de manera más efectiva con fungicidas orgánicos, en lugar de utilizar variedades resistentes.

Otro producto a base de extracto de Reynoutriasachalinensis (5%) ha sido etiquetado para ser aplicado en agua de trasplantes o como baño para remojar el suelo; lo cual puede ser más efectivo que aplicar al follaje. El producto refuerza el mecanismo de defensa natural de las plantas en contra de ciertas fungosis y bacteriosis y ha sido etiquetado para combatir la Antracnósis, el mildiu, el tizón de tallo gomoso, el tizón por Fitóftora y la cenicilla en las cucurbitáceas.

4 consejos para manejar las enfermedades producidas por mildiu

  1. Seleccionen variedades resistentes
  2. Inspeccionen los cultivos de manera rutinaria en búsqueda de síntomas, empezando al inicio del desarrollo del cultivo en el caso del mildiu y durante el desarrollo de los frutos, en el caso de la cenicilla.
  3. Asegúrense de revisar el revés de las hojas viejas para buscar alguna señal (esporas) de la presencia de patógenos. La mejor hora para encontrar esporas del mildiu es temprano por la mañana, ya que sólo se producen en el revés de las hojas.
  4. Apliquen fungicidas cada semana en cuanto detecten los primeros síntomas y siempre que el programa de pronóstico de plagas indique riesgo de la presencia de mildiu en algún cultivo específico.  Las plantas enfermas no pueden sanar, por lo que es crítico iniciar el tratamiento en etapas tempranas, si se desea concluir con éxito.Asimismo, los productores que han sufrido pérdidas significativas debido al mildiu en el pasado, deben pensar en producir parte de sus cultivos en túneles de exclusión de esporas.

Opciones de control de la cenicilla
La cenicilla se maneja con variedades resistentes y fungicidas. Se necesita un programa integrado con ambas herramientas de manejo para lograr un control efectivo.  Asimismo, es más difícil que se desarrollen nuevas razas o cepas de patógenos cuando se utiliza un programa integrado.

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Esta imagen muestra esporas de mildiu (áreas oscuras) y de cenicilla (áreas en blanco) en la superficie inferior de una hoja de calabaza.

Existen variedades resistentes en la mayoría de los grupos de cultivos y se liberan nuevas variedades casi cada año. Para el cultivo de melones, primero es importante preguntar a los extensionistas especializados del área cuáles son las razas que atacan en el área. Los melones con resistencia a las razas de patógenos 1 y 2 ofrecen buena supresión de la cenicilla; conforme a las pruebas realizadas en Long Island en el 2012.  Ya existen muchos tipos de melones resistentes disponibles.

Seleccionen calabazas y calabacitas con resistencia de ambos padres (resistencia homocigótica). El término resistencia homocigótica es utilizado en los catálogos de algunas compañías semilleras; mientras que otras compañías usan términos como “alta resistencia” y “resistencia intermedia” para referirse de manera general a la resistencia homocigótica y heterocigótica, respectivamente.

El grado de supresión de la enfermedad obtenido en una variedad determinada también depende de los genes modificadores que contenga esa variedad.

Las variedades resistentes de calabaza y calabacita no han proporcionado un control tan efectivo en los últimos años como en el pasado, sin embargo siguen siendo consideradas una herramienta importante. Los fitomejoradores siempre están en búsqueda de nuevas fuentes de resistencia a la cenicilla.

La cenicilla puede ser manejada de manera más efectiva con fungicidas orgánicos que el mildiu. Hay muchos productos disponibles para que los productores puedan elegir; desde productos que contienen una gran diversidad de ingredientes activos, incluyendo aceites botánicos (aceite de sésamo, romero y  tomillo), hasta aceite mineral, bicarbonato de potasio, organismos de control biológico (distintas especies de bacilos y Estreptomicetos); extracto vegetal de centáurea negra gigante, cobre y azufre.

El problema con el mildiu
El Mildiu se maneja básicamente con fungicidas. La resistencia había sido la herramienta principal para el cultivo de pepinos hasta que apareció una nueva cepa del patógeno.

Desde el 2004, las variedades con esta resistencia, incluyendo la mayoría de los híbridos, han proporcionado cierto nivel de supresión de las nuevas cepas del patógeno; sin embargo, ese nivel es substancialmente menor que el que se tenía con las cepas que existían antes del 2004. No obstante, estas variedades resistentes continúan siendo consideradas un componente valioso del programa MIP.

Por fortuna, se están desarrollando variedades de pepino con nuevos genes que aportan resistencia.