Cómo cambiar de fertilización convencional a orgánica

IMG_4299Hacer la conversión hacia el uso de fertilizantes orgánicos es más complejo que simplemente cambiar de marca de fertilizante. A continuación les presentamos varios factores que deben tomar en cuenta antes de hacer este cambio.

Neil Mattson, profesor de Horticultura de la Universidad de Cornell (EUA) dice que muchos de los productores que efectúan el cambio al sistema orgánico, lo hacen porque opinan que les redituará a nivel financiero debido a la demanda del mercado. Si están pensando en producir de manera orgánica, estos son algunos de los problemas que deberán considerar.

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1 Es más fácil para los cultivos de ciclo corto
Según Mattson los productores que han tenido que realizar más ajustes al cambiar de fertilizantes convencionales a fertilizantes orgánicos, son los que cultivan plantas con ciclos de producción más largos. “La transición es más difícil para los agricultores que cultivan hortalizas hidropónicas o cultivos de ciclos más largos que requieren estar dentro del invernadero durante varios meses,” afirma. “Sin embargo, en el caso de los agricultores que producen plántulas de hortalizas o plantas de trasplante, el cambio a los fertilizantes orgánicos no ha sido demasiado difícil.”

2 Usen el fertilizante adecuado
Mattson ha realizado numerosos estudios de investigación comparando las diferencias entre los fertilizantes convencionales y los fertilizantes orgánicos y dice que todavía no ha encontrado un fertilizante orgánico que ofrezca la misma cantidad de control y flexibilidad que los convencionales.

“Los productores tienen que adaptar sus prácticas de cultivo al tipo de fertilizante orgánico que tengan a su disposición,” dice.

Una de las dificultades para los productores de cultivos orgánicos de ciclos largos es asegurarse de que las plantas estén recibiendo suficientes nutrientes. Asimismo, algunas fuentes de fertilizantes orgánicos tienen alto contenido de sales, “las cuales se acumulan y pueden tener efectos negativos, llegando a dañar las plantas con el tiempo.”

Mattson dice que otra preocupación con los fertilizantes orgánicos es su potencial de generar desequilibrios nutricionales. Muchos fertilizantes orgánicos contienen cierta cantidad de todos los nutrientes y puede ser difícil elegir un fertilizante, o una combinación de fertilizantes complementarios que suministren exactamente los nutrientes que requieran las plantas y nada más.

“Con los fertilizantes convencionales, los productores pueden suministrar ciertos elementos en la proporción requerida por las plantas. Con los fertilizantes orgánicos, cuando se produce alguna deficiencia, por ejemplo de fierro, no hay muchas herramientas en forma de nutrientes individuales que se puedan utilizar para aumentar las dosis de ese elemento en particular.”

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3 El fertilizante debe ir de acuerdo con el cultivo
“Los productores que han tenido éxito utilizando productos orgánicos conocen el uso correcto de los fertilizantes en sus sistemas de producción,” dice Mattson.

Los productores que han tenido más éxito con hortalizas de ciclo corto o con trasplantes de material vegetativo, utilizan fertilizantes orgánicos dentro de su mezcla para macetas. “Por lo general, son fertilizantes granulados con base en pollinaza o una mezcla de varios componentes,” explica. “Aportan gran cantidad de nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio.”

Mattson ha tenido éxito al incorporar estos fertilizantes granulados en la mezcla para macetas de trasplantes de hortalizas como el tomate. Encontró que una dosis de 380 gramos de nitrógeno por metro cúbico, funcionaba bien.

“Los fertilizantes orgánicos se desempeñaron bien durante varias semanas, antes de que se redujera su efectividad,” añade Mattson. “Llega el momento en el que el productor tiene dos opciones: abonar cubriendo el surco con más cantidad del fertilizante granulado, o bien complementarlo con un fertilizante líquido.”

Los fertilizantes orgánicos tienden a ser un poco más caros que sus contrapartes minerales; sin embargo las formulas granuladas son una forma costeable de aplicar fertilizantes orgánicos.

4 Consideren la forma en la que el agua afecta al fertilizante
Mattson explica que cambiarse a fertilizantes orgánicos para un cultivo de hortalizas de ciclo largo sería similar a utilizarlos en cultivos ornamentales de ciclo largo.

“Durante los primeros meses, los productores tienen que aplicar el fertilizante orgánico varias veces,” explica.

El método de producción más difícil es el cultivo hidropónico de hortalizas, debido a que el productor sólo cuenta con la solución hidropónica para aportar los nutrientes.

Mattson recomienda a los productores de hortalizas, que utilicen el cultivo en bolsas, dejando una sección grande de la bolsa de cultivo como depósito, por ejemplo en bolsas de 20 litros.

“Esto ayudará a tener un depósito grande de nutrientes. Con ese método proveerán más nutrientes a las plantas. De igual manera, se puede mejorar la fertilidad de la mezcla para macetas añadiendo nutrientes orgánicos a las plantas.”

La mezcla para macetas también servirá como buffer o amortiguador del pH y las sales. El productor puede monitorear el sustrato y — de ser necesario — lixiviar para mantener bajo control los niveles de sal.

“Si se trata de una operación hidropónica de circuito cerrado en la que el productor esté recolectando y reciclando el agua de riego, los niveles de sal pueden acumularse  con rapidez. La alternativa sería desechar la solución fertilizante y empezar de cero una vez más,” explica.

Los productores que utilizan una solución hidropónica para fertilizar tienen que monitorear su agua para revisar la acumulación de sal.

“Muchos productores monitorean el pH y las sales de manera manual al menos una vez al día y hacen los ajustes adecuados,” dice.

Los sensores de pH también pueden ser problemáticos, ya que sus lecturas pueden cambiar con el tiempo.

“Deberán realizar monitoreos  manuales de vez en cuando para asegurarse de que no haya cambiado el pH,” comenta Mattson. “Esos sensores pueden requerir recalibración.”

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“La alcalinidad del agua incluye carbonatos y bicarbonatos disueltos en el agua,” agrega. “El pH del agua se elevará de manera natural con el tiempo, cuando los carbonatos de acumulen, sin importar si los productores utilizan bolsas para el crecimiento de las plantas, o solución hidropónica.”

Otra cosa que puede afectar el pH es la forma del fertilizante nitrogenado. El pH disminuye cuando las plantas absorben nitrógeno amoniacal; pero conforme las plantas absorben el nitrógeno en forma de nitrato, se eleva el pH.

“Con los fertilizantes convencionales, podemos predecir de manera muy exacta lo que va a ocurrir con el pH, ya que conocemos con exactitud la proporción de amonio y nitrato,” afirma Mattson. “Por ejemplo, un fertilizante 21-5-20 consiste en 60% nitrato de nitrógeno y 40% nitrógeno amoniacal, lo cual produce un fertilizante ligeramente ácido.”

Mattson explica que la mayor parte del nitrógeno en los fertilizantes orgánicos no se encuentra en las formas de nitrato y amonio. En estos casos, es necesario que los microbios digieran la materia orgánica para liberar el nitrógeno.

“Eso da como resultado amonio, el cual puede ser convertido por los microorganismos en nitrato,” agrega. “Con los fertilizantes orgánicos, se requiere el proceso microbiano para crear las formas de amonio y nitrato del nitrógeno.”

5 La temperatura afecta al desempeño
Los fertilizantes orgánicos dependen de los microorganismos para descomponerse en las formas de nitrógeno que pueden aprovechar las plantas. Mattson dice que la disponibilidad de nutrientes a partir de los fertilizantes orgánicos depende de la temperatura.

“Si se cultiva a temperaturas bajas, va a ser más difícil que los fertilizantes orgánicos suministren suficientes nutrientes”, dice. “Por otro lado, con los fertilizantes convencionales, los nitratos son solubles en agua y están listos para ser absorbidos por las raíces.”

Mattson realizó un experimento con trasplantes de tomate cultivados tanto con fertilizantes orgánicos como con fertilizantes convencionales a temperaturas de 10ºC, 15ºC y 21ºC.

“Los fertilizantes orgánicos se desempeñaron bien a  5ºC y 21ºC, pero no se desempeñaron bien a  10ºC,” dice. “En general, las plantas de tomate no crecen demasiado rápido a 10ºC; sin embargo las plantas que recibieron fertilización convencional a esa misma temperatura [10ºC] crecieron dos veces más que las plantas con fertilización orgánica.” Cuando la temperatura del aire es baja, los microorganismos son menos activos y tardan más tiempo en convertir el nitrógeno en formas que las plantas puedan aprovechar.