Mantén la sanidad de tus cultivos con microorganismos

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El suelo es el elemento más importante en la producción agrícola, al cual no le hemos dado la atención que se merece. Algunos lo consideran un simple elemento físico, un objeto que proporciona beneficios a las plantas, como por ejemplo el soporte para su crecimiento y desarrollo.

Comúnmente se define al suelo como la parte más externa de la corteza terrestre, resultante de la meteorización de las rocas. Se considera a este elemento como un sistema de interacción entre tres fases bien definidas: una fase sólida, constituida por materia mineral y orgánica, una fase líquida, y una fase gaseosa.

El tipo y composición de la materia mineral viene dado por las características de las rocas del subsuelo, así como de los procesos edáficos que hayan tenido lugar en su formación. La porción inorgánica es muy importante por su influencia en la disponibilidad de nutrientes, aireación, retención del agua, etc. La materia orgánica procede de la actividad de los distintos microrganismos vivos del suelo y su composición y cantidad es variable, principalmente en función del tipo de cubierta vegetal.

El resto del volumen del suelo está prácticamente constituido por espacios porosos, que a su vez están ocupados por agua y los gases que constituyen la atmósfera del suelo. La cantidad y tamaño de poros (porosidad) depende de la textura, determinada por la cantidad de arena, limo y arcilla, la estructura y el contenido de materia orgánica. Todos estos factores determinan a su vez el movimiento y la capacidad de retención del agua del suelo así como la composición gaseosa de su atmósfera.

De forma característica, la atmósfera del suelo se encuentra enriquecida en dióxido de carbono y empobrecida en oxígeno, como resultado de la respiración aeróbica de raíces de plantas, animales y microorganismos.

Sin embargo, cuando se producen condiciones de anaerobiosis (p. ej. acumulación de agua en los poros del suelo) aparecen en la atmósfera del suelo otros gases como óxido nitroso, nitrógeno gaseoso y metano, resultantes de la actividad respiratoria anaeróbica bacteriana.

¿Qué tipo de vida hay en el suelo?

Considerando un conocimiento más profundo del suelo, el factor microbiológico es también importante. Se ha reportado una gama diversa de microorganismos y las poblaciones son enormes; así, en una cucharada de suelo saludable se puede encontrar hasta…

  • 600,000,000 bacterias individuales
  • 60,000 metros de hifas de hongos
  • 100,000 protozoarios
  • 500 nemátodos benéficos
  • 500,000 microartrópodos.

Un suelo en armonía

La diversidad de microorganismos se encuentra en constante interacción y balance de acuerdo a las condiciones ecológicas que la relación suelo-planta lo permita, lo que acciona una red de cadena alimentaria compleja y que sustenta toda la vida vegetal, animal y humana.

En la relación anterior la materia orgánica juega un papel preponderante, es decir, la vida en el suelo es como una orquesta en donde el director es la materia orgánica.

Los microorganismos y sus funciones

Los microorganismos, a través de su actividad individual y de su interacción con el ambiente y lo que les rodea en el suelo, generan una cantidad de funciones vitales y únicas, que transforman el suelo a diferentes niveles:

1. Funciones químicas

  • Procesan fertilizantes y los hacen disponibles para las plantas.
  • Almacenan nitrógeno para uso de la planta (Rhizobium, Azotobacter, Azospirillum).
  • Aumentan la disponibilidad del fósforo a la planta (micorrizas).
  • Los actinomicetos liberan anticuerpos que protegen las plantas.
  • Liberan enzimas que amortiguan toxinas y problemas de pH.
  • Suministran reguladores de crecimiento.

2. Funciones mecánicas

  • Liberan polímeros y azúcares que aglomeran partículas de suelo.
  • Abren orificios a través del suelo, permitiendo mejor movimiento de agua y aire (mayor porosidad).              
  • Hacen los suelos más blandos.
  • Liberan enzimas que rompen suelos compactados.

3. Funciones biológicas

En esta actividad, lo más importante es la prevención de enfermedades. Los microrganismos del suelo interactúan entre sí de maneras muy complejas y generan  efectosde supresión de  actividad de patógenos  normalmente existentes en forma latente en el suelo. Este fenómeno de supresión ha sido reportado en los últimos años y ha generado todo un campo nuevo de la ciencia agronómica, llamado Control Biológico de Enfermedades.  

El mejor ejemplo que podemos mencionar es el hongo Trichoderma, que ha sido reportado desde 1980 como un excelente microrganismo que previene enfermedades  del suelo y algunas foliares.

Otros ejemplos son: Bacillus subtilis y otras especies, Pseudomonas fluorescens, como bacterias antagónicas a patógenos de las plantas. Los nemátodos no patogénicos están controlando plagas del suelo y foliares, como es el caso de Steinernema spp.

Fusarium en sandía, un ejemplo a comentar

Las hortalizas se ven afectadas por patógenos como es el caso de Fusarium oxysporum, que han devastado los campo de sandía en el noroeste de México y otras regiones del mundo, y por dar un ejemplo solamente, su prevención puede llevarse a cabo con el uso de microrganismos como Trichoderma spp., Pseudomonas fuorescens, Bacillus amyloliquefasciens, Bacillus subtilis, Streptomyces y Gliocladium spp. entre otros.

Los mecanismos de actuación de los microrganismos anteriores son conocidos y pueden ser explicados en concreto.

A nivel mundial, cada hortaliza tiene sus problemas y los microrganismos pueden ayudar a prevenir los ataques y reducir las aplicaciones de agroquímicos.     

Dr. Guerrero Ruiz, es Profesor-Investigador en el Depto. de Agricultura y Ganadería. Universidad de Sonora, México. M.S. Guerra es Investigador en el área de Microbiología en Nuevo León, México.