Investigación sobre el uso de microorganismos benéficos en la raíz de aguacate

Foto cortesía de iStockphoto.

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La agricultura es un proceso dinámico, que ha evolucionado desde su inicio, pero no necesariamente de manera sustentable. Con el tiempo, se ha generado empobrecimiento y desertificación de suelos agrícolas, así como un impacto negativo al ambiente (temperatura y precipitación), por lo que se propone una segunda revolución verde — la de la agricultura sustentable.

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Una de las herramientas de esta revolución es el entendimiento de los microorganismos asociados a los cultivos y su uso de como biofertilizantes, biocontroladores, biorremediadores, entre otras funciones, por parte de técnicos y productores.

La salud del suelo
En el suelo existe una gran riqueza de microorganismos — la mayor parte de los cuales protagonizan diversas acciones para producir beneficios a las plantas. Entre estos destacan hongos formadores de micorriza, bacterias fijadoras de nitrógeno, solubilizadoras de fósforo, controladores de plagas y enfermedades (antagónicos), y rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal PGPR (por sus siglas en inglés).

Beneficios de los microorganismos
Las plantas con micorrizas pueden captar más agua, absorber más nutrimentos, y presentar mayor tolerancia a sequía, cambios de temperatura y algunos patógenos.

Los microorganismos que fijan nitrógeno pueden reducir considerablemente los costos de fertilización química, debido a que en forma natural incorporan este nutriente al suelo.

Las PGPR promueven el crecimiento de las plantas al fijar N, solubilizar P, producir hormonas vegetales que inducen crecimiento, y disminuir etileno (compuesto que interfiere con el crecimiento). Además, pueden actuar como antagónicos de fitopatógenos e influir para aumentar el número y tamaño de raíces y pelos absorbentes.

Uso en la agricultura
Existe en el mercado una gran cantidad de biofertilizantes que contienen microorganismos benéficos para el desarrollo de las plantas. Sin embargo, la mayoría de éstos están basados en inoculantes de unas pocas especies de bacterias u hongos — tanto biocontroladores de hongos fitopatógenos, como formadores de micorriza — que en muchos casos son importados de otros países.

El importar bacterias u hongos podría constituir un problema ecológico en el futuro, si las especies introducidas por este medio resultan agresivas y compiten por el nicho de especies endógenas; o en su defecto, no lograr un éxito adecuado al competir por un nicho con especies adaptadas y ya establecidas a las condiciones ambientales del suelo de producción. Por ello, es deseable conocer y utilizar como inoculante aquellas especies que generen beneficios para el desarrollo de las plantas y que se encuentran naturalmente en los cultivos o bien en las zonas donde están establecidos los cultivos de interés.

Respuesta del aguacate
Las raíces del aguacate carecen de pelos absorbentes, por lo que la presencia de este tipo de microorganismos es aún más importante para la absorción de agua y nutrimentos.

Se ha comprobado que en México existen varias especies de hongos formadores de micorrizas asociados a las raíces del aguacate cuyo efecto se ha evaluado,  sobre todo en etapa de vivero. Aunque la respuesta puede ser lenta, se ha observado que las plantas de aguacate que desarrollan micorrizas tienen un mayor crecimiento y tolerancia a Phytophotora cinnamomi (agente causal de la enfermedad conocida como Tristeza del aguacatero).

Estudios en suelo mexicano
En la Facultad de Agrobiología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo [umich.mx] se han identificado 49 especies de hongos formadores de micorrizas en huertos de aguacate del estado de Michoacán. Se trabaja con tres de las especies más abundantes para evaluar su efecto en plantas de vivero.
Durante el estudio se ha observado que estos hongos promueven el crecimiento de las plantas, número de hojas y diámetro del tallo, lo que podría constituir un mayor éxito durante el establecimiento del injerto.

El cultivo del aguacate en México se lleva a cabo bajo dos esquemas distintos: manejo convencional, que incluye el uso de agroquímicos sintéticos, y manejo orgánico, en el que se evita el uso de productos químicos de origen sintético y se incorporan enmiendas y fertilizantes de origen orgánico y biocontroladores.

En el cultivo del aguacate, el uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas químicos, así como la limpieza de la zona de goteo (que provoca la disminución del contenido de materia orgánica en el suelo) afectan a las poblaciones de microorganismos en general. Por lo anterior, no es sorprendente que en estudios hechos en Michoacán, los suelos de huertos con manejo convencional hayan mostrado una menor población de bacterias, hongos y otros microorganismos benéficos que en los huertos con manejo orgánico; siendo más notoria la diferencia en la época de estiaje, cuando se requiere mayor tolerancia a la falta de agua.

En la facultad se están aislando microorganismos benéficos en los suelos de Michoacán que puedan ayudar al desarrollo de las plantas de aguacate para en un futuro poder utilizarlas como biofertilizantes.

Además, se están estudiando sus características particulares como promotoras del crecimiento de raíces, solubilizadoras de fósforo, fijadoras de nitrógeno, tolerancia a metales pesados, entre otros, con el fin de dirigir más asertivamente su utilización.

Las autoras Ana Tztzqui Chávez Bárcenas y Ana Elizabeth Bárcenas Ortegason Investigadoras de la Facultad de Agrobiología Presidente Juárez de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMICH). Chávez Bárcenas es Bióloga por la UMICH, con Maestría y Doctorado en Biotecnología de Plantas por el CINVESTAV-Irapuato, y Profesora-Investigadora. Para más información escriba a [email protected]