Cualidades básicas de la fertilidad de su suelo

soil

La fertilidad del suelo es la capacidad que tiene éste para proporcionar nutrientes esenciales a la planta en forma equilibrada y de manera disponible para su óptimo crecimiento y desarrollo.

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Clasificación de nutrientes

Gracias a la fotosíntesis, las plantas pueden fabricar las moléculas orgánicas que necesitan como alimento mediante moléculas inorgánicas que extraen del suelo.

Existen 16 nutrientes esenciales; sin éstos la planta no puede completar su ciclo de vida y su deficiencia afecta a la resistencia de las plantas a estrés, plagas y enfermedades, y además afecta a sus procesos fisiológicos. Estos nutrientes esenciales son carbono, oxígeno e hidrógeno, aportados por el aire y captados por las hojas, y otros 13 nutrientes, aportados por el suelo.

A su vez se dividen en macronutrientes — aquellos que la planta requiere en grandes cantidades — como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, y micronutrientes o elementos traza, ya que se encuentran en pequeñas cantidades en el suelo — aquellos que la planta requiere en pequeñas cantidades — como hierro, cobre, zinc, manganeso, cloro, molibdeno y boro.

 
Esenciabilidad

Arnon y Stout establecieron criterios de esenciabilidad de los nutrientes vegetales, según los cuales “un elemento no puede considerarse como esencial a menos que su ausencia haga imposible completar las etapas vegetativas o reproductivas de su ciclo vital.”

La deficiencia ha de ser específica del elemento en cuestión, y sólo puede ser evitada o corregida mediante el suministro de aquél. El elemento ha de estar directamente implicado en la nutrición de la planta, con independencia de sus posibles efectos en la corrección de condiciones desfavorables, químicas o microbiológicas, del medio externo.”

Los nutrientes primarios (N, P, K) son los más importantes porque son los primeros en escasear en el suelo. Esto es debido a que las plantas los utilizan abundantemente, conteniéndolos en proporción elevada en sus tejidos y llegando a constituir hasta tres cuartas partes de la planta, por lo que su carencia en ella se manifiesta primero.

Sólo una pequeña parte de cada nutriente presente en el suelo (2%) se encuentra disponible para las plantas. El resto (98%) aparece en formas no asimilables por las plantas; es decir, se halla firmemente ligado a la fracción mineral y a la materia orgánica, resultando inaccesible.

Absorción de nutrientes

Los nutrientes absorbidos del suelo provienen de las rocas (excepto N, absorbido del aire) que al degradarse lentamente se convierten en compuestos solubles.

Estos compuestos se disocian en el agua del suelo en iones positivos (cationes) y negativos (aniones), siendo estas formas asimiladas por las plantas. Los iones pueden estar libres en la disolución del suelo o pueden ser adsorbidos por las partículas coloidales del mismo — de ahí la importancia de la capacidad de intercambio catiónico (CIC) del suelo.
Las plantas absorben nutrientes contenidos en el aire y el suelo a través de las hojas y las raíces.

El CO2, fuente de carbono y oxígeno, se absorbe a través de los estomas (pequeños orificios o poros de las hojas que regulan el intercambio gaseoso y de evapotranspiración de la planta); en tanto que los demás nutrientes se absorben generalmente desde la disolución del suelo a través de las raíces por medio de pelos radicales de las raíces jóvenes, que se renuevan constantemente.

Dichos pelos segregan sustancias ácidas que ayudan a solubilizar compuestos difícilmente solubles, tales como fosfatos y carbonatos, con ayuda del CO2 producido por la respiración de las raíces.

Fertilización apropiada

Se debe fertilizar si el análisis de suelo previo al cultivo revela deficiencias y necesidades reales, y no sólo fertilizar por costumbre o con la intención de dar al cultivo un aporte adicional. Recuerde que el exceso de algún elemento puede causar toxicidad al cultivo.

Se recomienda realizar un análisis de agua antes de sembrar y posteriormente un análisis de tejidos vegetales, con el fin de reforzar los resultados del análisis de suelo y seguir monitoreando la nutrición del cultivo a lo largo del ciclo.

Al implementar un plan de fertilización, se deberá realizar un diagnóstico de las necesidades nutrimentales que depende del rendimiento esperado, y de la oferta nutricional del sistema evaluada a partir del análisis del suelo, las condiciones de suelo y clima y el manejo del suelo y del cultivo y el manejo de la fertilización.

Uribe cursó estudios de Ingeniería Agrícola y Ambiental en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Su carrera maneja diferentes áreas como riego, horticultura, fruticultura y ornamentales, aunque se enfoca principalmente en las ciencias del suelo y del área ambiental. Anteriormente cursó como T.S.U. en Tecnología Ambiental.