Control con plantas trampa y reservorio

Control con plantas trampa y reservorio

Uno de los mayores retos en control de plagas en cualquier cultivo es el desarrollo de resistencia a los plaguicidas, lo que puede resultar en el agravamiento de una situación ya de por sí delicada.

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Thomas A. Zitter, profesor del Departamento de Fitopatología de la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York (Estados Unidos), afirma que con frecuencia los productores aplican el plaguicida más eficaz disponible comercialmente hasta que surja algún indicio de resistencia. “Muchos productores nunca han utilizado otros métodos de control — como el control biológico — porque sus plaguicidas siempre han funcionado,” explica Zitter.

¿Cuáles son las alternativas cuando los plaguicidas dejan de funcionar como resultado de esta resistencia? Para combatir plagas y enfermedades de manera eficaz y constante, es necesario desarrollar un plan exhaustivo que incluya diferentes métodos.

Presentamos dos métodos que pueden ayudar a controlar la población de plagas: plantas-trampa y plantas-reservorio.

Plantas-trampa, una muralla contra las plagas

Las plantas-trampa son cultivos que se siembran alrededor o intercalados con el cultivo principal para atraer a plagas problemáticas. El profesor Zitter comenta que “el objetivo de los sistemas de control biológico en los que se incluyen plantas-trampa es eliminar la mayoría de los insectos fuera del cultivo principal antes de que lleguen a infestarlo.” Así, las plagas infestan mayormente a plantas-trampa y no llegan a afectar el cultivo principal.

En el caso de las hortalizas, se suele sembrar estas plantas trampa en hileras alrededor del cultivo principal, como una muralla contra las plagas.

• ¿Cuándo se deben usar?

La técnica de plantas-trampa es apropiada para controlar insectos destructivos que sean numerosos durante la mayor parte de la temporada. Funciona mejor contra insectos de movilidad intermedia, pero no es eficaz para los que vuelan bien o se dispersan en el viento. Es más eficaz cuando se aplica en combinación con otras técnicas biológicas, mecánicas, culturales o químicas como los plaguicidas, sistemas de plantas reservorio o rotación de cultivos, o con sustancias atractivas o repelentes a las plagas.

• Tipos de plantas trampa.

Los tipos varían según el cultivo principal. Se puede usar una especie o variedad diferente al cultivo principal, o la misma especie en una etapa de crecimiento diferente. Lo más importante en la selección de plantas-trampa es que sean más atractivas para las plagas que el cultivo principal. Por ejemplo, si se desea utilizar la misma especie cuando el cultivo principal esté brotando, se puede usar plantas trampa que estén en floración, puesto que son más atractivas a las plagas.

  • Beneficios de plantas-trampa. Estos cultivos eliminan la necesidad de plaguicidas de amplio espectro en muchos casos; previenen el resurgimiento de la población de plagas principal; preservan los depredadores naturales; mejoran la calidad del cultivo por el uso reducido de pesticidas; conservan el suelo y el ambiente, y mejoran la eficacia de los pesticidas aplicados en el cultivo para combatir las plagas más difíciles.
  • Desventajas de las plantas trampa. El costo y mantenimiento de plantas-trampa puede ser elevado. Por otra parte, no reemplazan totalmente los plaguicidas, y en ocasiones podrían atraer a otras plagas.
  • Factores a considerar. Antes de integrar este método de control en su estrategia, tenga en cuenta la ubicación y número de plantas, la etapa de la planta y prevea la siembra de un cultivo de control.

Plantas-reservorio, hogar de depredadores naturales

Las plantas reservorio son plantas previamente pobladas de depredadores naturales que se reproducen y ayudan a controlar las plagas que afectan al cultivo principal. Estas plantas normalmente no estarían presentes, ni dentro ni cerca del cultivo principal, pero cuando son plantadas ahí, actúan como control biológico contra las plagas. 

Las plantas-reservorio atraen a insectos benéficos, específicos de una plaga. Estos insectos no dañan al cultivo principal, sino que lo protegen al atacar solamente a las plagas, controlando su población. Algunas plagas de plantas reservorio atraen, además, a depredadores naturales de la plaga en cuestión.

• Tipos de sistemas de planta reservorio. Los siguientes son ejemplos de los tres tipos principales de sistemas y qué se utiliza en ellos.

  1. Plantas vulnerables a la misma plaga que se va a controlar en el cultivo principal, siempre que sea un tipo de plaga caníbal, tal como Bemisia argentifolii (Mosca blanca de hoja plateada).
  2. Plantas distintas que atraigan a un depredador natural, que ataque a la plaga problemática, tal como vides o durazno, que atrae a Scolothrips sexmaculatus, un depredador natural de algunas especies de trips y ácaros
  3. Plantas que atraigan a hospederos alternativos (una plaga que no dañe al cultivo principal) y que sirva de alimento a los depredadores naturales de la plaga problemática. Por ejemplo, una planta de papaya que atrae a Trialeurodes variabilis (Mosca blanca de papaya), la cual a su vez atrae a Encarsia transvena, un depredador natural de Bemisia tabaci.

• Beneficios de las plantas reservorio. Estas plantas atraen depredadores naturales que no siempre están disponibles en el mercado; mejoran las posibilidades de establecer y retener un depredador natural; constituyen un método de control biológico económico y confiable; reducen la necesidad y el costo de utilizar plaguicidas agresivos, ya que se reduce la resistencia de las plantas a los mismos, y es posible retirar o proteger a las plantas-reservorio cuando se aplica el plaguicida en el cultivo principal, lo que proporciona al productor más flexibilidad en cuanto al uso de plaguicidas.

• Desventajas de las plantas reservorio. Es necesario combinar este método con otros métodos de control; no controla todas las plagas, sino una plaga específica; reemplazar las plantas-reservorio o insectos benéficos a medida que sea necesario presenta un costo adicional, y es necesario informarse bien sobre las técnicas.

Consejos de control integrado para el productor

El profesor Zitter recomienda desarrollar un buen programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) que integre métodos distintos como los mencionados arriba. Este plan puede incluir elementos químicos, como plaguicidas, técnicas de cultivo, como rotación, y otros elementos, como el control biológico. Si el problema es muy serio, el experto recomienda comenzar con sistemas o planes de confiabilidad demostrada y seleccionar métodos que traten un espectro amplio de plagas.

“Desarrollar un programa de MIP es un proceso continuo de aprendizaje por el cual todo productor tiene que pasar,” informa Zitter. Lo mejor es consultar con un asesor profesional para determinar cuáles son las mejores opciones para su programa. Métodos tales como los sistemas de plantas-trampa o plantas-reservorio pueden ser de gran utilidad para el productor, siempre que se informe bien sobre su uso e implementación.
 

Varga fue editora gerente de Productores de Hortalizas, una publicación de Meister Media Worldwide.