4 factores a tomar en consideración antes de aplicar fumigantes al suelo

Foto cortesía de iStockphoto.

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Existen cuatro factores del suelo que están íntimamente ligados al comportamiento de los fumigantes del suelo — humedad, temperatura, textura y preparación del mismo.

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A continuación les presentamos las condiciones más adecuadas del suelo a fin de lograr el desempeño optimo de los fumigantes.

1 Humedad
En el momento de la aplicación de fumigantes, el suelo debe tener una humedad media equivalente a la humedad considerada óptima para la siembra o la plantación.

El suelo debe ser humedecido por lo menos una semana antes de la aplicación para estimular la germinación de las semillas de malezas y activar el crecimiento de nematodos y hongos, lo que ayudará  al productor agrícola a mejorar su control del mismo.

En suelos secos, la gasificación es muy rápida, sobre todo a nivel de la superficie, y no se consiguen concentraciones letales de fumigante. Por otra parte, en suelos muy húmedos, una gran parte de los poros están saturados de agua, por lo que el gas se difunde con dificultad y de forma desigual a través del perfil del suelo, provocando una fumigación deficiente.

2 Temperatura
Un suelo con temperatura entre 10° y 25°C ofrece las mejores condiciones para tener un adecuado efecto fumigante. Los microorganismos, semillas e insectos se activan a temperaturas superiores a 10°C, y sobre esas temperaturas tienen la sensibilidad necesaria a los ingredientes activos, garantizando una rápida efectividad. Si la temperatura del suelo es inferior a 10°C el proceso de acción es más largo y se prolonga el tiempo de espera para el trasplante del cultivo. Cuando la temperatura del suelo a 10 cm de profundidad es superior a 25°C, los gases se difunden demasiado rápido y salen a la atmósfera, por lo cual se hace necesario sellar el suelo.

3 Textura
En suelos arenosos y sueltos la difusión del ingrediente activo es más fácil y efectiva, en tanto que los suelos pesados o arcillosos pueden tener los espacios porosos bloqueados, lo que limita la difusión del producto.

Para lograr una buena desinfección, el suelo deber estar bien mullido — a una profundidad de 25 a 35 cm — de modo que se aumenta la superficie de contacto entre el ingrediente activo y los organismos a controlar.

4 Preparación del suelo
Para lograr el objetivo del control, es importante eliminar los restos del cultivo anterior.

Después que el suelo se ha fumigado, es necesario sellarlo por varios días, ya sea con polietileno o con una lámina de agua. Posteriormente, antes de iniciar el cultivo el suelo debe ventilarse por algún tiempo para evitar daño a las plantas por emanaciones ocasionales de gas de los residuos del fumigante utilizado.

En cualquier caso, para cerciorarse de que no queda ningún residuo fitotóxico en el suelo, se puede colocar algunas plantas de los cultivos sensibles, por ejemplo, plantines de lechugas. Estas prácticas así como las especificaciones técnicas, dosis, forma de aplicación y otros factores de suelo que implican recomendaciones inherentes a un producto en particular, deben tratarse en forma individual.

Extracto de artículo “Alternativas al Bromuro de Metilo para la Desinfección de Suelos en Tomate y Pimientos,” escrito por los ingenieros agrónoms: Silvia Altamirano S., Jorge Carrasco J., Liliannette Droguett I., Jose Olavarria M. y Felipe Pasten D.; y publicado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), dependiente del Ministerio de Agricultura, Chile.