¿Alimentos locales mejores que orgánicos?

En un artículo titulado “Mejor que orgánico,” que una prominente revista de noticias estadounidense publicó el mes pasado, el autor especulaba sobre qué era mejor – una manzana orgánica cultivada a miles de kilómetros de distancia y embarcada a través del continente, o una producida localmente que hubiera sido rociada con plaguicidas.

Para resolver el dilema, él se planteaba varias preguntas. ¿Cuál sabe mejor? ¿Cuál es más inocua? ¿Cuál es más nutritiva? ¿Cuál es mejor para el ambiente?

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Con respecto al sabor, el autor especulaba que, como los productos cultivados localmente son más frescos que los empacados, refrigerados y transportados a miles de kilómetros, deberán saber mejor. Los defensores de lo orgánico argumentaban que las frutas y verduras orgánicas saben mejor, ya que son cultivadas en un suelo que ha sido cuidadosamente tratado y es más sano que uno en el cual los cultivos hayan sido rociados con fertilizantes sintéticos y tóxicos plaguicidas.

En un estudio que la Universidad de California acaba de publicar, los investigadores compararon kiwis cultivados en dos fincas vecinas – una orgánica y la otra convencional. Los niveles de azúcares y ácidos medidos en ambos tipos de kiwis fueron casi idénticos, por lo que concluyeron que el sabor no variaría.

Sin embargo, el mismo estudio mostró que los kiwis orgánicos tenían 14% más de Vitamina C y 17% más de polifenoles – los antioxidantes que protegen el cuerpo contra dañinos radicales libres. Un estudio similar de la misma universidad reveló que los tomates orgánicos tenían niveles superiores de Vitamina C que los convencionales; pero no se encontró ninguna diferencia nutritiva en pimientos.

El que las frutas y verduras orgánicas sean realmente mejores que las convencionalmente cultivadas es discutible. De lo que no cabe duda es que las ventas de productos orgánicos se han incrementado rápidamente, sobre todo en Europa y Estados Unidos. El año pasado, se estimó que las ventas de orgánicos en EUA alcanzaron $25 mil millones de dólares, y durante varios años el ritmo anual de crecimiento se ha mantenido en un rápido y firme 15-20%

Al final, el autor concluyó que los productos locales eran mejores, aunque no fueran orgánicos. Visitó una agrícola local, se entrevistó con el productor, y decidió que la conexión personal que éste mantenía con sus alimentos y con su “vecino” compensaba por la diferencia.

Ahora, la compañía Dole ofrece una manera de que los consumidores conecten con productores de plátano orgánico en tierras lejanas. Cada manojo de plátanos orgánicos Dole lleva ahora una etiqueta con un número correspondiente a la granja en donde fue producido. Yo me compré un manojo en el supermercado; visité la página www.doleorganic.com; introduje el código de productor 060, y encontré montones de información sobre las granjas hondureñas que forman Alma Verde – los productores de mis plátanos. Incluso vi una ampliación fotográfica satelital de la granja.

Algunos han encontrado amor en Internet. Yo encontré a los productores que cultivaron mis plátanos orgánicos.