Influencia de los medios visuales en las tendencias de consumo

 

En las líneas siguientes expondré algunos pensamientos sobre la influencia de los medios visuales en las tendencias de consumo.
 
 

Cruda realidad

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Hace años, un adolescente mostró una conducta ejemplar durante dos semanas con el fin de poder conseguir suficientes fondos y el permiso adecuado para asistir al estreno de una película muy esperada por él y por otros muchachos de su edad.
 
 
Al final lo logró, y allí estaba haciendo fila para adquirir uno de los primeros boletos.
 
 
Debo mencionar a manera anecdótica que en ese cine, curiosamente siempre aparecían dos personajes, independientemente de la productora cinematográfica — dos murciélagos. Sin embargo, era tal el éxtasis provocado por esa película, que ni los niños más curiosos se hubieran percatado de esos alados invitados aquella noche.
 
 
La tanda fílmica tendría sin duda un impacto trascendental en la alimentación de muchos menores de edad de esa época. Tanto que el muchacho de mi historia, al terminar la película, salió con la convicción de entrenarse para una competencia deportiva, y cada madrugada ingeriría huevos crudos antes de salir a correr por la calle.
 
 
Esa escena de Silvester Stallone, en una de las famosas películas de Rocky el boxeador, hace reflexionar mucho a ese mismo muchacho tres décadas después; sobre todo porque el mismo dedica parte de su vida a mejorar la inocuidad de los alimentos.
 
 
Como todo mal perdedor, quiero justificar el riesgo que tomé a la ignorancia de aquellos tiempos (no que no sea ignorante en muchas cosas ahora), pero sobre todo, a la influencia directa de lo que veía, que sugería un resultado exitoso con la ingestión de tal comida riesgosa.
 
 
Ahora se sabe por resultados de diferentes estudios, como uno realizado en el Reino Unido en el 2006, que más del 3% de los huevos podrían contener patógenos como Salmonella sp., razón por la cual se desmotiva el consumo de huevos crudos. Es más, es posible que la contaminación cruzada de huevos crudos a frutas y hortalizas sea frecuente en algunas cocinas, pues algunos no le toman la importancia debida al cocinar.
 
 

Concursos de belleza

A través de la historia se han dado muchos ejemplos de cómo se puede influenciar a los niños a través de la pantalla grande y chica. Se han realizado esfuerzos a nivel estatal para mejorar el consumo de ciertos productos, pero definitivamente algunas herramientas de comunicación que no necesariamente tienen el interés de promover alimentación, tales como la película antes mencionada, crean un poco de desorientación.
 
 
Por algunos años, también pareciera que se han utilizado recursos de promoción que no son tan efectivos, ni políticamente correctos, y quizás tampoco legales. Por ejemplo, hace un tiempo me encontré con etiquetas de empresas productoras de lechuga y col, y me llamó la atención la imagen de niños en un ambiente de familia y otras de mujeres en poses muy cercanas a las que uno vería en la alfombra roja de Hollywood en la ceremonia de entrega de los Oscar.
 
 
No estoy muy seguro sobre qué tanto cautivarían esas imágenes a distribuidores y usuarios finales de esos productos, amén de lo correcto que pueda ser utilizar ilustraciones con alusión a las características intrínsecas de cierto grupo de la población.
 
 
Por cierto, es curioso ver cómo en ciertas áreas existen concursos de belleza donde se elige a Señorita Sandía, Señorita Durazno, Señorita Aguacate, etc. Esto, aunque para algunos tiene un objetivo claro, me atrevería a decir que no altera directamente el consumo de la fruta u hortaliza en alusión.
 
 

Ignorancia del consumidor

Una gran parte de los consumidores están prestos al cambio, pero parece que la industria ha utilizado más los símbolos mercadotécnicos para atraer a los brokers con herramientas tales como diseño de cajas y sellos específicos de calidad.
 
El consumidor, en realidad, poco llega a conocer sobre qué significa un sello particular que verifica inocuidad o asegura la calidad estándar de un producto.
 
 
Un proyecto en la región donde trabajo, casualmente ha tenido como objetivo conocer qué tan informado está el consumidor de la zona sobre los esfuerzos de aquellos productores que siguen un programa inédito para asegurar buenas prácticas agrícolas. La conclusión: El consumidor sabe muy poco o casi nada sobre el movimiento de los productores en relacion con las BPA.
 
 
Se dice que en la industria de los perfumes primero se debe pensar en elaborar la botella (y en agradar al consumidor) y luego en la esencia; sin embargo, en frutas y hortalizas frescas, así como en muchos otros alimentos, primero se piensa en el producto y luego en el envase o empaque. Las compañías de alimentos más exitosas, quizás no estén entregando lo mejor para la nutrición infantil, sin embargo tienen un programa muy efectivo para atraer a los niños, que los lleva hasta obsequiar juguetes.
 

Influencia visual

Está claro que las frutas y hortalizas, por su naturaleza perecedera, presentan el gran desafío de mantener la calidad visual por largo tiempo durante el manejo poscosecha, pero pareciera que aquéllos que logran algo más que eso irrumpen con fuerza en el mercado.
 
Si las herramientas de comunicación visuales influyen tanto en el consumo de jóvenes (y otros no tan jóvenes), ¿por qué no entonces utilizarlas en una forma más agresiva para expresar los esfuerzos por asegurar calidad e inocuidad en productos frescos? ¿A usted que le parece?

 

Fonseca es especialista en hortalizas y tecnología poscosecha, ha laborado para la Universidad de Arizona, EUA y ha sido consultor en tecnología poscosecha en EUA y en diferentes países de Latinoamérica (República Dominicana, Panamá, Costa Rica y México).