Protege la salud de tu suelo

Las plantas verdes son capaces de producir por sí mismas sus propios compuestos orgánicos, con la ayuda de la energía del sol. Durante este proceso de fotosíntesis — el cual produce la clorofila de la planta — las plantas toman agua con sales minerales del suelo y la conducen hasta las hojas y otras partes del vegetal, además de tomar dióxido de carbono (CO2) del aire.

Sodicidad del suelo

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La clorofila es un compuesto capaz de atrapar la energía del sol y usarla para construir compuestos orgánicos; mientras que las hojas actúan como laboratorios donde a partir del agua del suelo y del CO2 del aire y con el uso de la energía del sol — captada por la clorofila — se forman compuestos orgánicos simples tales como azúcares.

A partir de estos compuestos simples, otros más complejos (almidones, aceites, proteínas, enzimas, hormonas, entre otros) son formados. Éstos son transportados a las demás partes del vegetal, como son frutos, raíces y tallos; de ahí que si una planta tiene las condiciones óptimas para que se realice la fotosíntesis, va a elaborar suficientes compuestos orgánicos y por lo tanto, va a ser capaz de producir buenas cosechas. Por ello es importante que una planta reciba suficiente luz, esté bien aireada y reciba cantidades adecuadas de agua y sales minerales.

Interacción entre nutrientes
El inadecuado suministro de elementos esenciales en las plantas ocasiona desórdenes nutricionales que se manifiestan en síntomas de deficiencia o toxicidad característicos.

La deficiencia se entiende como la falta de niveles óptimos de un elemento necesario para el buen funcionamiento y desarrollo de la planta.

La toxicidad, por el contrario, hace referencia a excesos en los niveles óptimos de un elemento requerido para el crecimiento y desarrollo de una planta adecuados.

Si son varios los elementos que están en baja proporción, pero sin que la de ninguno sea demasiado baja, el aumento de cualquiera de ellos, aumentará el rendimiento.

Pero, si se aplican dos o más elementos juntos, pueden interaccionar de distintas maneras, de modo que:

  1. Si la respuesta del cultivo a los dos juntos, es mayor que la suma de las respuestas para cada uno de ellos separadamente, se trata de una interacción positiva.
  2. Si la respuesta del cultivo a los dos juntos es igual a la suma de sus respuestas por separado, entonces se dice que no muestran interacción.
  3. Si la respuesta a los dos factores unidos es menor que la suma de las respuestas a cada uno de ellos por separado, presentan interacción negativa.

De ahí que uno de los aspectos más importantes a la hora de abordar la nutrición vegetal sea las interacciones iónicas que ocurren cuando el suministro de un nutriente afecta a la absorción, distribución o función de algún otro, conocidos como antagonismos y sinergismos entre los diferentes elementos.

Sinergia entre los elementos
El antagonismo consiste en que el aumento por encima de cierto nivel de la concentración de un elemento reduce la absorción de otro; mientras que en el sinergismo, el aumento en la concentración de un elemento favorece la absorción de otro.

Puede darse el caso de existir “sinergismo negativo” donde la carencia de un determinado elemento propicia la deficiencia de otro, como el caso B/Ca.

En muchas ocasiones dos elementos pueden comportarse como sinérgicos o antagónicos en función de sus proporciones relativas, de tal forma que si guardan un correcto equilibrio se muestran como sinérgicos.

Los nutrimentos y otros compuestos, se encuentran en un estado dinámico en el suelo; se añaden o remueven de manera continua mediante diversas vías.

Un suelo que provee a las plantas de los elementos esenciales que requiere para su nutrición se considera un suelo fértil.

Factores de fertilidad del suelo
La fertilidad del suelo depende del material del que éste se formó, desde las propiedades físicas del mismo, como son su textura, estructura y profundidad, hasta las fertilizaciones hechas anteriormente, y de los cultivos previamente establecidos — los cuales representan las tasas relativas de adición y remoción de las sustancias nutritivas.

6 factores que afectan a la fertilidad del suelo

  1. Facilidad o dificultad con que los nutrimentos son absorbidos por la raíz
  2. Lavados del suelo por la lluvia o el movimiento del agua subterránea
  3. Concentración de nutrimentos en la solución
  4. El pH del suelo
  5. Contenido de oxígeno
  6. La capacidad de intercambio iónico del suelo

Utilización adecuada de fertilizantes
El fertilizante es un insumo que estimula el crecimiento, enriquece el suelo y aumenta el rendimiento de las plantas.

Los terrenos que nunca han sido cultivados necesitan muy poco o ningún tipo de fertilizante. Sin embargo, cada cosecha extrae del suelo elementos esenciales —  al cabo de un tiempo, éste llega a perder su fertilidad a menos que se le renueve mediante fertilizantes o abonos.

El objetivo de la fertilización es de devolverle al suelo los elementos esenciales que han sido extraídos por los cultivos.

Aunque las técnicas y metodos de la agricultura moderna trajeron consigo abudantes cosechas, desafortunadamente también provocaron la pérdida de la fertilidad natural del suelo. La utilización desmedida de los agroquímicos tiene un efecto negativo sobre los organismos del suelo tales como lombrices, hongos, bacterias y otros que, de manera natural, producen los alimentos que serán aprovechados por las plantas.

Sin embargo, no se trata de sustituir los abonos químicos por abonos orgánicos solamente, sino de un manejo adecuado de la fertilidad del suelo.

Beneficio a largo plazo de los abonos naturales

  1. Mejoran el contenido de los nutrientes y la estructura del suelo
  2. Estabilizan el pH
  3. Fomentan un círculo natural de fijación, descomposición y liberación de los nutrientes necesarios para el crecimiento de los cultivos.
  4. Mejoran la productividad de un terreno sin grandes inversiones económicas.

Uso de abonos naturales
Dra. Andrea Brechelt, autora del libro Manejo Ecológico del Suelo, explica que los abonos orgánicos no pueden resolver inmediatamente una deficiencia nutricional específica. Éstos necesitan tiempo de planificación, preparación y descomposición.

Suelos con alto contenido de materia orgánica y una alta actividad biológica, generalmente exhiben buena fertilidad, así como cadenas tróficas complejas y organismos benéficos abundantes que previenen la infección por organismos patógenos. Por estas razones, debemos ser muy cuidadosos a la hora de elegir las técnicas a usar para nutrir nuestros cultivos.

Lamentablemente, en la mayor parte de los casos no se toma en cuenta el contenido nutrimental del suelo y la planta, lo que repercute en la cantidad y calidad de la producción.

Es importante recordar que la aplicación de nutrimentos en cantidades insuficientes puede causar la disminución de la producción o su mala calidad, mientras que la aplicación excesiva puede provocar desbalances nutrimentales. Estos desequilibrios afectan a la absorción, distribución o función de algún otro elemento en la planta, o como sucede con N, Zn y Cu, que al aplicarlos en demasía propician un crecimiento foliar muy vigoroso que inhibe o disminuye la floración, y en consecuencia la producción de frutos.

Complemento natural al uso de agroquímicos
Una solución biorracional para la nutrición de las plantas es el uso de alternativas como son los abonos orgánicos, los acolchados orgánicos, los extractos húmicos concentrados, los abonos verdes y los biofertilizantes. En el cuadro adjunto les presentaremos una breve descripción de algunos de ellos.

Escrito por Por Ana Elizabeth Bárcenas Ortega, y Ana Tztzqui Chávez Bárcenas